La reina-faraón Hatshepsut, hija de Tutmosis I (reinado desde 1504-1492 a. C), tiene tantos admiradores por su genuina inteligencia, como detractores, que la califican de haber sido una implacable usurpadora de glotona ambición política.
En realidad su figura fue de más importancia que la aclamada Cleopatra, y de hecho su relevancia ocupa el segundo lugar detrás de Tutankamon. Nacida en Tebas, antigua capital del Imperio y ciudad principal de la época, reinó en el Antiguo Egipto durante la esplendorosa dinastía XVIII, hacia aproximadamente el 1490 a. C, siendo la 5ª gobernante de su dinastía, tuvo el honor de ser una de las pioneras en aventurar expediciones a zonas muy alejadas de lo que era entonces el mundo civilizado conocido. Las leyendas hablaban de un lugar al que llamaban Punt (probablemente situado en la actual Somalia del África Oriental), de donde se aseguraba que era desde donde procedían los árboles de incienso y mirra, muy preciados en la antigüedad en mayor medida que el oro.
Casada con su medio hermano Tutmosis II (reinado desde 1492-1479 a. C.), 4º faraón de la dinastía XVIII, con su muerte temprana, Hatshepsut reinó las "Dos Tierras" bajo el nombre de Maatkara Hatshepsut heredando de su padre la máxima expansión territorial hasta entonces del Imperio, y pretendiendo confirmar si las leyendas eran ciertas, envió una expedición que marchara por tierra y mar bajando por el Mar Rojo llegando -se especula-, incluso hasta el Océano Índico. Comerciaron y estudiaron la fauna y flora desconocida hasta entonces por la civilización, así como además la organización política y social de las diferentes tribus a su paso. Con anterioridad su padre, Tutmosis I, hizo historia por llevar a sus tropas hasta el curso del Éufrates para descubrir, que al contrario del Nilo, este discurría de Norte a Sur.
La misión resultó un éxito, no tan sólo por importar mirra a Egipto, sino la gran cantidad de cargamentos de oro, ébano, marfil, maderas preciosas, etc., que enriquecieron considerablemente las arcas reales y de los templos que sumarían decoraciones de oro y piedras preciosas.
Esfinge de la faraona con su habitual barba postiza.
Como curiosidad sobre la reina Hatshepsut, habitualmente se hacía pasar por hombre, e incluso llevaba en público una barba postiza. Fue la primera mujer que se conozca en preparar un golpe de estado en toda regla para que no heredara su sobrino-hijastro Tutmosis III (el faraón guerrero), sabiendo rodearse de fieles y separando a los contrarios a su causa, manteniendo la regencia hasta que Tutmosis III obtuvo los apoyos necesarios, aún así logró retener el poder durante 22 años hasta finalmente su muerte. Se desconoce si la causa de su muerte fue natural, o por asesinato.
A su muerte, Tutmosis III, -que intentaría por todos los medios extinguir todo rastro de su anterior sucesora por relegarlo y no haber permitido su ascenso al poder-, sería el gran faraón, y convirtió a Egipto en una superpotencia mundial.
El templo Deir El Bahari en la ciudad de Luxor (Tebas), y La Capilla roja de adoración al dios
Amón.
Una de las joyas que nos deja es la arquitectónica. En Tebas ha quedado el legado de la llamada Capilla Roja, templo en honor al dios Amón. Cual se añade a la construcción a orillas del Tebas, de un templo funerario de una belleza singular, y en donde se halla uno de sus misterios contenido en un sector sellado imitando a una caja en la pared, en la que se observa a la reina por un lado en actitud copulativa, y a Senenmut (famoso arquitecto que fuera el artífice del templo), en la otra cara. Lo que hace intuir una relación entre ellos amorosa, prohibida, por los rangos y el linaje de ella.
Por último añadir que su tumba catalogada como Kv 20 se encuentra obviamente en el Valle de los Reyes, y fue finalmente identificada hacia el 27 de junio del 2007. En realidad la tumba había sido descubierta en 1903 por el arqueólogo Howard Carter (descubridor de la tumba de Tutankamon en 1922), pero la momia no estaba dentro. En el 2005, Zahi Hawass, director del Egyptian Mummy Project, inició una nueva investigación para resolver el misterio del paradero del cadáver de Hatshepsut, sospechando sobre una momia hallada sin ataúd, denominada KV60a, que había sido desempolvada más de un siglo antes, pero que pasó inadvertida porque no llevaba los tesoros que acompañan a los faraones. Pero por algunos indicios como la postura hallada lo indujeron a investigar, confirmando las pruebas de ADN su identidad. En la actualidad la momia de Hatshepsut se halla consagrada en una de las dos salas de Momias Reales, en el Museo egipcio de El Cairo, acompañada de una placa con la leyenda tanto en árabe como en inglés, que la proclaman como: Hatshepsut, “La Reina Hombre de Egipto”.
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