jueves, 7 de mayo de 2020

Cuarto y último viaje de Cristóbal Colón (1502-1504), y su paso por Canarias.


Colón contaba con 51 años y estaba algo mermado físicamente. El largo viaje se inicia el 3 de abril desde Sevilla, embarcando Colón con dos navíos que baja desde el río Guadalquivir hasta el puerto de Cádiz, y desde allí parte con el resto de la flota el 9 de mayo de 1502. La escuadra estaba compuesta por 4 naves: Dos carabelas y dos Naos. Colón estaba decidido a encontrar al fin un estrecho que conecte con el tan buscado y objeto del viaje, el Océano Índico. Los reyes financiaron el viaje, aunque con la orden expresa de no desembarcar en La Española, y anulándose su potestad de gobernador. Viajó con él su hermano Bartolomé, y su hijo de 13 años Hernando Colón. 


Pasa por varios enclaves del actual Marruecos (Sta. Catalina y Arcilla), llegando a Gran Canaria un 20 de mayo, hospedándose en la ciudad de Real de Las Palmas (Casa Colón), durante varios días. 
En la zona Sur de la isla, en Maspalomas, se abastecieron de agua y leña. Parte el 25 de mayo cruzando el Atlántico, y alcanza el 15 de junio tierra escapando de un posible huracán, descubriendo la Isla Martinico (Martinino). 


Estatua de piedra de Colón encima de una plataforma que lleva debajo el globo terráqueo y elevada por una columna de estilo románica de más de 10 m. situada en la Avenida Cristóbal de Colón en Maspalomas (San Bartolomé de Tirajana). En su base lleva unas inscripciones y relieves, destacando una placa en con el texto en español/inglés: "En su último viaje Colón visitó este hermoso lugar el 24 de mayo de 1502, después de hacer aguada y descansar un día, continuó su viaje hacia lo que creía era el extremo oriental del continente asiático". El monumento es copia del de Barcelona y fue obra conjunta de los escultores Rafael Atché (catalán) y Etual Ojeda (canario), inaugurada en el 2006.

El 29 de junio llega a La Española huyendo de la tormenta, pero su gobernador Nicolás de Ovando, (Gobernador General desde 1502-1509), le prohíbe el desembarco. Ovando había tomado posesión por mandato real de la isla hacia el 15 de abril, partiendo el 13 de febrero desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), después de la desastrosa gestión primero de los hermanos Colón y luego de Francisco de Bobadilla. Su flota estuvo compuesta por la más numerosa hasta entonces enviada, con 32 naves que transportaron a más de 1000 colonos, siendo la primera colonización seria del Nuevo Mundo. En este viaje llevó a figuras tan importantes como el fray Bartolomé de las Casas (alias ‘el protector de los indios’), y al célebre conquistador Francisco Pizarro.
Colón tomó pues rumbo a la isla de Jamaica para descansar y abastecerse, luego continuó hacia la costa de Cuba dirigiéndose hacia el oeste, a tierras vírgenes sin explorar. La aventura lo lleva por un periplo de recorrido por Centroamérica (Honduras, Nicaragua, Costa Rica, y Panamá), así como diversas islas que se encontraron en su camino como las Islas Tortugas (llamadas así por la gran cantidad de ellas que hallaron). En tierras hondureñas el 16 de octubre, se estableció el primer contacto de los españoles con los mayas.

El 2 de noviembre funda la ciudad de Portobelo (ubicada en La República de Panamá), y a principios de 1503 llegados al río Belén, encontraron fastuosos yacimientos de oro. Fundaron el enclave de Sta. María de Belén, pero que tuvieron que abandonarlo apresuradamente huyendo del cerco de los nativos y debilitados por la falta de aclimatación al clima de la región. 
El 29 de febrero de 1504 durante su obligada estancia de un año en tierra jamaicana debido a que una tormenta los hace naufragar perdiendo las naves, concurre otro eclipse lunar semejante al del segundo viaje más conocido como el evento del Eclipse de Colón. Aunque inicialmente los nativos jamaicanos se mostraron amistosos con los náufragos y les proporcionaron víveres, a medida que los días se convertían en semanas fueron aumentando las tensiones y se negaron a continuar socorriéndolos. Se dice que el almirante, hostigado por el hambre, se le ocurrió idear plan desesperado aunque ingenioso, y conocedor por varios libros que pronosticaban que en la fecha del 29 de febrero de 1504, se produciría un eclipse total de luna. Tres días antes de que ocurriera, Colón se reunió con el cacique para advertirle que el “Dios de los Cielos” estaba muy enfadado con ellos a causa de su hostilidad y, como castigo, se llevaría la Luna. Por supuesto no se lo tomaron en serio, pero cuando en hora y día indicado comienza a suceder oscureciéndose la Luna, las burlas se tornaron en creciente temor. Colón continuó interpretando su pose hasta que los indígenas rogaron desesperados que los perdonaran. Colón se hace rogar y simula interceder ante Dios retirándose para ello, acto seguido aparece poco antes del final del eclipse con las buenas noticias de que Dios los perdonaba, y en ese momento la Luna vuelve gradualmente a su estado normal de brillo. 


De este modo vuelven a ocupar Colón y sus hombres, el estado de huéspedes de honor tratados a cuerpo de rey, hasta la llegada en junio de 1504 de una carabela mercante procedente de La Española a cuyo gobernador había solicitado ayuda a través de uno de sus hombres, los encuentra y los rescata. Parte de la tripulación decide quedarse en La Española. 
Colón, su hijo Hernando, y el restante de sus hombres llegan a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), el 7 de noviembre de 1504
Es cierto que los europeos llevaron muchos de las enfermedades responsables de gran número de muertes de indígenas como el sarampión, cólera, difteria, paperas, viruela, rubeola, malaria, lepra, etc. Pero sin embargo otras enfermedades como la sífilis, fueron contraídas del contacto con los indígenas. Muchos de los agentes patógenos proceden de los animales domésticos y los contagiados pasan a los humanos a través de ellos. Los nativos americanos tenían pocas especies de animales domésticos, desconocían la gran variedad de todo tipo que posee el hombre blanco, y por ello se comprende la falta de inmunización ante enfermedades que nos son triviales y comunes, y a los que a ellos, el contagio podía desembocar en la muerte.

Figura encomiable fue la del soriano dominico Fray Tomás de Berlanga (se cree nacido en 1487, y fallecido en 1551), que embarcado hacia el año 1510 con destino al Nuevo Mundo, no se limitó únicamente a la misión evangelizadora, sino como naturalista fomentó la agricultura difundiendo entre otros cultivos el del plátano llevado desde Gran Canaria en primera instancia a la isla de La Española, pasando luego a Cuba y Las Antillas, y a la inversa, introduciendo en España pasando a Europa las papas, el tomate, etc. Descubridor de las Islas Galápagos estuvo a cargo del obispado de Panamá, humanista comprometido con los derechos indígenas, y que llegó a lidiar con los conquistadores Pizarro y Almagro, tenía visión de futuro y propuso al rey por entonces Carlos I el proyecto de abrir un paso a través del Istmo de Panamá para conectar ambos océanos Atlántico con el Pacífico, y así conectar rápidamente con Oriente. Se estudió su proyecto en la Corte, pero fue descartado por lo costoso que supondría su ejecución. 



En La Parroquia de San Francisco de Asís situada en la Alameda de Colón en Las Palmas de Gran Canaria y construida sobre un antiguo convento del año 1518, hay varias placas conmemorativas tanto a la figura del fraile Tomás de Berlanga, como de Gonzalo de Oviedo.

Otro personaje de notable importancia fue el militar Gonzalo Fernández de Oviedo (n.1478- m.1557), y que fuera alcalde de La Fortaleza de la isla de La Española. Nombrado como el primer gran cronista sobre el Nuevo Mundo escribió su primera obra en 1526, pero la más extensa y completa llegó hacia el año 1535, llamada Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme del mar océano; en donde describía las exploraciones, flora y fauna, así como los contactos con los indígenas desde la llegada a Las Indias en 1492 hasta 1549. Estuvo gran parte de su vida, unos 22 años, en tierras americanas. Contrario a Bartolomé de las Casas, tuvieron muchas discusiones al que acusaba de mentiroso y embaucador.

Muchos de los magnicidios y atrocidades que  Bartolomé de las Casas denunció sobre los conquistadores castellanos son muy discutibles, y hay consenso en que gran parte fueron exageraciones para conseguir una mayor atención de los Reyes Católicos a su causa en la defensa indígena.

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