Ruta trasatlántica de Cristóbal Colón durante sus 4 históricos viajes (desde 1492 hasta 1504).
Parte desde Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), un 30 de mayo de 1498 con una flota de 6 buques, llevando a la importante figura del fraile dominico Bartolomé de las Casas, que además de la tarea evangelizadora recopila información genérica sobre las exploraciones. Parte de la financiación para la expedición, la aporta la banca genovesa. Consiguió que partiera antes, en el mes de febrero, dos naves carabelas al mando de Pedro Hernández Coronel, hombre de confianza de Colón, encomendado como alguacil mayor de la isla de La Española, para que transportaron víveres, municiones, y hombres a la colonia de Sta. Isabella -ubicada en la isla de Santo Domingo-, tratando de evitar que se produjeran más revueltas violentas como ya había ocurrido con anterioridad por la falta de suministros. Pocos días después el 6 de febrero se envía otra flotilla al mando de Juan de Bermúdez para abastecer también a los colonos de La Española. La mayoría de la tripulación de las expediciones fueron castellanos y andaluces, pero tuvieron problemas para conseguir voluntarios y se recurrieron a indultar a presos comunes para reclutarlos, ya que habían corrido rumores como la pólvora de la alta peligrosidad del viaje a la que se añadía que en El Nuevo Mundo se pasaba todo tipo de penurias.
Estatua del controvertido fraile sevillano Bartolomé de las Casas, férreo defensor de los derechos indígenas, frente a la Iglesia de Santo Domingo (Guatemala), inaugurada el 12 de octubre (fecha de la Hispanidad), de 1892.
En primera instancia Colón con su flota recalaron en la isla de Madeira (llamada Madera en esos tiempos), llegando el 16 de junio. Desde allí se dirigieron a Canarias llegando a la isla de La Gomera el 19 de Junio, fondeando en su capital San Sebastián de la Gomera. En las cercanías de la costa tuvo un enfrentamiento contra piratas franceses que trataban de asaltar la isla, haciéndolos desistir y huir. Tras aprovisionarse y descansar unos días, parte el 21 de junio recalando en la isla de El Hierro.
Beatriz de Bobadilla y Ulloa apodada La Cazadora (n.1462-m.1504), fue una mujer muy bella, decidida y ambiciosa. Consejera real en la Corte de la reina Isabel I, y amiga personal. Su apodo tiene doble intención; el primero por ser hija del Cazador mayor de la Corte Juan Bobadilla, y el segundo porque sabía rendir a los hombres a sus pies. Fue amante de Rodrigo Téllez Girón maestre de La Orden militar de los Calatravas en 1466, y se llega incluso a decir que pudo haber tenido algún escarceo amoroso con el marido de la reina, Fernando II de Aragón, y que por ello Isabel I decidió a modo de destierro, pactar su matrimonio en 1482 con Hernán Peraza, Señor de La Gomera y que heredaría el Señorío de Canarias, alejándola a aquella isla situada en los confines del mundo. En 1488 enviuda convirtiéndose en Señora de las Islas Canarias, y contrae nuevas nupcias en 1498 con el adelantado capitán general de Canarias Alonso Fernández de Lugo. En ese tiempo intermedio antes de contraer matrimonio con el conquistador Alonso de Lugo, se cree que pudo haber tenido relaciones con Pedro de Vera, Gobernador de Gran Canaria, tras socorrerla ante la sublevación indígena que había asesinado a su marido Peraza, y cual pacifica nuevamente la isla.
Allí decide dividir a su flota cogiendo dos rutas tras-oceánicas: Seis navíos parten directamente hacia la isla de La Española, y las otras tres comandadas por Colón en una Nao y seguida de dos Carabelas, se dirige hacia el archipiélago de Cabo Verde, desde allí navegan hasta la altura de Sierra Leona (África occidental), haciendo otra parada para aprovisionarse de víveres y para el mantenimiento de las embarcaciones. La flota de Colón una vez terminada la labor, leva anclas iniciando el largo viaje llegando a finales de julio descubriendo la montañosa isla de La Trinidad, así como el Cabo de Galea que los lleva a desvelar el Sur del continente americano avistando el norte de Venezuela, llegando incluso al delta del río Orinoco, y vislumbrando varios poblados encontrándose con numerosa presencia nativa. Durante la travesía por mar descubre nuevas islas como Tobago, Granada, Margarita, y Cubagua.
Una vez en la isla de La Española (año 1499), tuvo que enfrentarse a nuevos amotinamientos por el descontento generalizado de los colonos establecidos, además de las sublevaciones de los indígenas a causa del exceso de trabajo y el maltrato, y de los que muchos habían muerto por causa de las enfermedades contraídas llevadas accidentalmente por los europeos. En esos momentos la isla se hallaba al mando de su hermano Bartolomé Colón. Hernández Coronel había llegado el 3 de febrero de 1498 a socorrerlos pero no había tenido éxito con los rebeldes. Finalmente Colón consigue a través de la negociación sofocar la revuelta, acordando pagar los salarios atrasados y su regreso libre sin represarías, de todos aquellos que quisieran volver a España.
Numerosos rumores sobre los excesos que se cometían en las colonias de Las Indias llegaron a los reyes, que mostrando su preocupación deciden enviar a un juez ojeador con el cargo de gobernador en el año 1500, al mando de una flota con 3 naves, Francisco de Bobadilla, para administrar orden y justicia en la isla. Es tal el caos que observa, que determina arrestar a Colón y sus hermanos, siendo llevados hacia octubre encadenados a Sevilla ante la presencia de los reyes.
Colón consigue ser liberado perdonado por la reina Isabel I, aunque debía para ello explícitamente renunciar a los derechos otorgados en las Indias. En el año 1501 se envía a un nuevo gobernador para la isla de la Española llamado Nicolás de Ovando sustituyendo a Francisco de Bobadilla.
Como anécdota, se introduce en Castilla los primeros ejemplares de pavos salvajes, que serían domesticados llamados en principio Gallinas de las Indias. Se achaca también que el catalán Joan de Serrallonga, que fuera el lugarteniente de Colón descubre en este viaje Terranova (Canadá).
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