Al margen de las cíclicas epidemias que se han cernido sobre nuestro archipiélago canario y lo han empobrecido al punto de casi acabar con los recursos obligando a gran parte de su población a emigrar, las crisis que originaron las paulatinas guerras contribuyó a agravar con nefastas consecuencias la sociedad.
Un hecho interesante de como Canarias ha sido siempre un lugar intercultural, fue la llegada de más de 2.000 prisioneros franceses (algunas fuentes aluden al doble de esa cantidad) entre los años 1809-10, trasladados desde Cádiz capturados durante la Guerra de la Independencia española (1808-14), sobre todo con la victoria de La Batalla de Bailén, cuales acabaron más que siendo presos integrados en la sociedad de Canarias, casándose con mujeres isleñas y formando familias. Puesto que las islas con un potente baraje de atraso cultural, muchos de estos extranjeros aportaron conocimientos modernos siendo contratados como maestros en diversos talleres desde mecánicos hasta artísticos. Arriaron en un principio en Tenerife siendo trasladados a un campamento provisional en la Candelaria, pero siendo insostenible por su número, acabaron repartidos por las diferentes islas principalmente por la orografía de Tenerife, Gran Canaria, y La Palma.
Peor suerte sufrieron los prisioneros franceses enviados a la isla balear de Cabrera puesto que Andalucía según se desarrolla la guerra y Francia era derrotada, se hallaba desbordada sus prisiones. El contingente de presos que fueron confinados en la isla alcanzaron unos 9.000 hombres, de los que muchos muriendo durante el viaje por las penosas condiciones de hacinamiento. En principio llegaron regularmente buques de abastecimiento, pero acabaron siendo olvidados y abandonados a su suerte en aquella pelada isla sin comida, sucumbiendo una gran mayoría además del hambre de las epidemias que se cebaron con ellos. Recurrieron incluso al canibalismo tratando básicamente de subsistir. El sufrido cautiverio infrahumano en la isla acabó al firmarse la paz en 1814, sobreviviendo y con graves secuelas, apenas la mitad de los presos.
Destacar así mismo la importancia que tuvo el batallón La Granadera Canaria formado por 600 voluntarios grancanarios, que acudió a luchar en esta Guerra de la Independencia rumbo a Cádiz en 1809, contra la invasión napoleónica para la liberación nacional. Luchando activamente desde el frente de Extremadura, a la defensa de Cádiz, participando en la famosa Batalla de Chiclana (1811), combatiendo junto a los ejércitos de la coalición anglo-española-portuguesa, logrando contenerse a los franceses que entraran en Cádiz. Murieron alrededor de 3000 personas.
Otro hecho trágico relevante fue el perpetrado entre marzo y julio del año 1926, sucediéndose la matanza de cientos de isleños en Cuba en represaría por el secuestro en la ciudad de Ciego de Ávila de un colono, Enrique Pina, que fuera un ex oficial del ejército cubano que luchó en el pasado por la independencia de Cuba. Tras pagarse el rescate de unos 10.000 pesos es liberado, pero se llega a descubrir que los secuestradores fueron unos canarios, y el presidente de Cuba por ese entonces, el General Gerardo Machado Morales, ordena a sus tropas literalmente que: “Maten isleños hasta que se les canse el brazo”. La orden se cumple, se asesina a medio centenar, entre ellos a los secuestradores, y aparecen muchos canarios más muertos en una misteriosa ola de suicidios en fechas posteriores. Fue tal el pánico, que muchos canarios emigraron huyendo de Cuba.
En el pasado Canarias padeció diversos periodos de crisis que hicieron difícil la subsistencia básica de sus ciudadanos. A los ataques intermitentes piratas desde XVI, y las diversas epidemias graves sucedidas, hay que sumar los embargos económicos sucedidos durante las principales guerras:
· En 1701 durante La Guerra de Sucesión española (considerada por muchos historiadores como la verdadera 1ª Guerra Mundial), durante la pugna por la Corona entre Carlos de Habsburgo y Felipe V de Borbón, Canarias sufrió el primero de ellos debido a la guerra contra Inglaterra y Portugal. Afectando gravemente a la producción de vinos que exportaba a Inglaterra, que fueron sustituidos por los vinos portugueses de las islas de Madeira. Con el triunfo de los Borbones se firman los llamados Pactos de Familia (1733-1789), no cesaron las hostilidades principalmente por la ayuda española-francesa a EEUU durante la Guerra de la Independencia (1775-1783). Canarias no llegó a recuperarse hasta 1788 reinando por entonces Carlos III interponiendo un periodo de política más liberal, donde se consigue a la vez que importar, expandir internacionalmente sus mercancías, principalmente el vino. Aunque pocos años después, vuelven las confrontaciones contra el Imperio Británico al firmar España un tratado con Francia en 1796, de cooperación mutua por el control comercial y hegemónico del llamado Nuevo Mundo. El almirante Horatio Nelson en 1797 trata, a las órdenes de la Corona británica, conquistar el archipiélago canario, y después de previamente dos intentos fallidos, ataca la capital de Tenerife, Sta. Cruz de Tenerife, intentando ocupar la isla contando con una tropa de 900 hombres. La ciudad contó con la ayuda de un destacamento francés, y el pueblo echado a la calle, luchó encarnizadamente. Finalmente un cañonazo certero decidió la contienda amputando el brazo del almirante cuando trataba de llegar a tierra. Derrotados, abandonaron la empresa de conquista.
Otro hecho trágico relevante fue el perpetrado entre marzo y julio del año 1926, sucediéndose la matanza de cientos de isleños en Cuba en represaría por el secuestro en la ciudad de Ciego de Ávila de un colono, Enrique Pina, que fuera un ex oficial del ejército cubano que luchó en el pasado por la independencia de Cuba. Tras pagarse el rescate de unos 10.000 pesos es liberado, pero se llega a descubrir que los secuestradores fueron unos canarios, y el presidente de Cuba por ese entonces, el General Gerardo Machado Morales, ordena a sus tropas literalmente que: “Maten isleños hasta que se les canse el brazo”. La orden se cumple, se asesina a medio centenar, entre ellos a los secuestradores, y aparecen muchos canarios más muertos en una misteriosa ola de suicidios en fechas posteriores. Fue tal el pánico, que muchos canarios emigraron huyendo de Cuba.
En el pasado Canarias padeció diversos periodos de crisis que hicieron difícil la subsistencia básica de sus ciudadanos. A los ataques intermitentes piratas desde XVI, y las diversas epidemias graves sucedidas, hay que sumar los embargos económicos sucedidos durante las principales guerras:
· En 1701 durante La Guerra de Sucesión española (considerada por muchos historiadores como la verdadera 1ª Guerra Mundial), durante la pugna por la Corona entre Carlos de Habsburgo y Felipe V de Borbón, Canarias sufrió el primero de ellos debido a la guerra contra Inglaterra y Portugal. Afectando gravemente a la producción de vinos que exportaba a Inglaterra, que fueron sustituidos por los vinos portugueses de las islas de Madeira. Con el triunfo de los Borbones se firman los llamados Pactos de Familia (1733-1789), no cesaron las hostilidades principalmente por la ayuda española-francesa a EEUU durante la Guerra de la Independencia (1775-1783). Canarias no llegó a recuperarse hasta 1788 reinando por entonces Carlos III interponiendo un periodo de política más liberal, donde se consigue a la vez que importar, expandir internacionalmente sus mercancías, principalmente el vino. Aunque pocos años después, vuelven las confrontaciones contra el Imperio Británico al firmar España un tratado con Francia en 1796, de cooperación mutua por el control comercial y hegemónico del llamado Nuevo Mundo. El almirante Horatio Nelson en 1797 trata, a las órdenes de la Corona británica, conquistar el archipiélago canario, y después de previamente dos intentos fallidos, ataca la capital de Tenerife, Sta. Cruz de Tenerife, intentando ocupar la isla contando con una tropa de 900 hombres. La ciudad contó con la ayuda de un destacamento francés, y el pueblo echado a la calle, luchó encarnizadamente. Finalmente un cañonazo certero decidió la contienda amputando el brazo del almirante cuando trataba de llegar a tierra. Derrotados, abandonaron la empresa de conquista.
· Cuando la 1ª Guerra Carlista (1833- 1840) reinando Isabel II, su tío Carlos María Isidro de Borbón, se creía con derechos a reclamar el trono, y comienza una de las guerras civiles más cruentas de España. Hubo diversos enfrentamientos entre milicias carlistas contra isabelinos, pero sobre todo se resintió la economía en todo el territorio peninsular generando un efecto colateral para los intercambios de mercancías y las partidas de dinero para el desarrollo de Canarias.
· Durante la 1ª Guerra Mundial (1914- 1918) afecta fuertemente a la economía canaria, y aunque España fue neutral, el tránsito de mercancías tanto importación como exportación, se cerraron por los combates entre los frentes de los llamados Aliados (Triple Entente), contra las Potencias Centrales, puesto que Canarias ocupa un lugar estratégico en el Atlántico para el tránsito de mercancía. En las cercanías de sus aguas se sucedieron importantes combates navales, principalmente entre Reino Unido y Alemania, jugando un papel importante los submarinos de estos últimos, para evitar la llegada de mercancías desde América, más cuando en 1917, EEUU decide intervenir en la contienda a favor de los Aliados.
Consecuentemente de la miseria que padeció Canarias derivadas de la inestabilidad de tantos conflictos políticos. La emigración fue una constante, y llevó a buena parte de la población emprender cruzar el atlántico en busca de una vida mejor. En ello, hay que recordar al trágico accidente naval el 9 de septiembre de 1919 a bordo del trasatlántico Valbanera (considerado el “Titanic Canario”), en donde se tragó el mar a 488 personas de los que la inmensa mayoría fueron canarios. El barco había salido desde Cádiz, arriado en Gran Canaria el día 17 de agosto, y el día siguiente en Tenerife. Desde las dos islas se embarcaron muchos paisanos para intentar alcanzar la isla de Cuba y lograr conseguir allí hacer realidad sus sueños de éxito. Antes de emprender viaje definitivo, el día 21, también consta que recogió un centenar de pasajeros en Sta. Cruz de La Palma. Algunos canarios escaparon de la muerte porque el crucero hiso escala en Puerto Rico y se quedaron en tierra. Partió el 5 de septiembre rumbo a Cuba, pero fue sorprendido por una fuerte tormenta huracanada que acaba por hacer embarrancar y hundir a la embarcación, desapareciendo todos sus pasajeros.
Como leyenda histórica cabe mencionar el hundimiento de un trasatlántico a vapor, el Alfonso XII, que encalló poco después de partir del Muelle de la Luz el 13 de febrero de 1885, y se fue a pique cuando pasaba por la Bahía de Gando. Fue una sorpresa mayúscula porque la zona donde embarrancó estaba bien señalada en los mapas náuticos. Los pasajeros (entre ellos muchos soldados que iban destinados a Cuba), y tripulantes -en total unas 270 personas-, así como buena parte de sus pertenencias, se pudieron salvar, pero no así toda la cantidad de lingotes y monedas de oro que llevaba. En días posteriores los buzos contratados por la compañía naviera pudieron rescatar gran parte del botín del pecio que se hundió a unos 48 m de profundidad, pero se perdió al menos una de las cajas, por lo que se creó la leyenda del tesoro de Alfonso XII, que persiste aún hoy en día y no han sido poco los buceadores profesionales y aficionados que han ido en su busca.
· Durante La Guerra Civil española (1936-1939) que tuvo su epicentro en Canarias, lugar donde Franco da pie a la consumación del Golpe de Estado. La represión al igual que en el restante territorio español, se cebó especialmente persiguiendo a todo republicano o comunista así como sospechoso de serlo, acabando apresado o fusilado. La guerra entre sublevados y republicanos afectó duramente a Canarias con una fuerte crisis económica, sucediéndose masivas emigraciones a Hispanoamérica.
Por otro lado Canarias se convierte en un destino de cruceros turísticos nazis, un lugar paradisiaco para descansar tomando el sol. El mismísimo «Füher» Adolf Hitler inauguró en Hamburgo el 1 de abril de 1939, el viaje de uno de sus más vanguardistas cruceros, el llamado Robert Ley con destino a Santa Cruz de Tenerife, llegando el 26 de abril transportando a casi 500 turistas. Mientras continuaba desarrollándose la guerra civil en el territorio español, llegaron más de 10.000 turistas alemanes en cruceros de lujo al archipiélago entre los años comprendidos 1934-9, concretamente a las islas de Tenerife, La Palma, y Gran Canaria. Hitler pretendía promocionar la buena concordia de su pueblo con sus países simpatizantes. El crucero tenía una estancia de tres días y la ciudad lo despedía con fuegos artificiales, celebrándose ese último día, una gran fiesta.
Hoy en día se ha recuperado el boom por el turismo de los cruceros que reporta grandes beneficios económicos para las ciudades, que actualmente marcha en auge con paulatinos incrementos anuales en las principales capitales de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. Aunque esperemos que por culpa del confinamiento por el mal de la pandemia del Coronavirus que ha obligado a preservar la cuarentena en todo el territorio nacional incluido nuestras islas, no haga perder este flujo constante de ingresos.
Relacionado con los nazis se los recuerda que buscando las raíces de la «raza aria», llegaron a Canarias interesados en el mundo aborigen, atribuyéndolos ser descendientes del mítico pueblo de los atlantes puesto que había llegado a sus oídos que los antiguos canarios fueron rubios y de ojos azules, y basándose en parte en los estudios del antropólogo austriaco Josef Wölfel que en su investigación había visitado en 1932 Gran Canaria y Tenerife, el comandante del Tercer Reichr, Heinrich Himmler, mano derecha del propio Hitler, y alentado también por el famoso escritor-arqueólogo Otto Rahn, encomendó hacia 1937 a un equipo de científico alemanes recopilar elementos arqueológicos de la cultura aborigen. Hitler tenía una visión de España como un país hermanado por su pasado visigodo. Durante los años previo a la Guerra en 1933, tras el ascenso de Adolf Hitler al poder, la bandera nazi llegó a ondear en el Puerto de Sta. Cruz de Tenerife. En territorio español se hallaba la forma de gobierno de la 2ª República (1931-39), aunque la amistad germana-española se afianzó con la llegada del régimen dictatorial de estilo fascista del general Franco, al que ayudó con las últimas tecnologías armamentísticas para derrocar la república.
· Con la llegada de la 2ª Guerra Mundial (1939-1945), Canarias además de padecer la crisis mundial por la contienda, con bloqueo en especial hacia las rutas hacia América, y las penosas consecuencias de la pos-guerra Civil, tuvo serias amenazas de ser invadidas por Reino Unido si España dejaba de ser neutral aliándose a Alemania, y decidía ocupar Gibraltar.
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