Continuamos con otros cortos de vídeos para invitar a la sonrisa, del youtuber y polifacético actor, doblador, locutor profesional, editor audiovisual, Alfredo Diaz. Aquí presentamos de nuevo al incombustible Rambo protagonizado por Sylvester Stallone, a Michael London de la serie de los años 80, Autopista hacia el Cielo, el aventurero arqueólogo Indiana Jones interpretado por Harrison Ford, y por último el villano de la película Marvel, Joker, interpretando el papel el actor Joaquin Phoenix.
Os recomiendo visitar su página oficial: http://www.alfredodiaz.es/ https://www.youtube.com/channel/UCJJnNe7LwIRFlr04iLaDv8wjueves, 30 de abril de 2020
Humor sobre la Covid-19 (SARS-coV-2)
En estos momentos de duro confinamiento es bueno algo de humor para conllevar el día a día, y que no se nos desplome el mundo encima.
La Covid-19, acrónimo inglés de las palabras coronavirus disease (enfermedad) 2019, es la enfermedad que provoca el SARS-coV-2.
Aquí dejo a un confuso Sylvester Stallone (nacido en 1946) en el papel del personaje de Rocky, en unos vídeos muy imaginativos de humor:
La Conquista de Tenerife (1494-1496)
Tenerife es la mayor de las islas con una superficie de 2.034 kms2, y más poblada con aproximadamente 866.000 habitantes (2019). Su capital Santa Cruz de Tenerife, es también capital provincial a las que pertenece las islas más occidentales conformadas por La Palma, El Hierro, y La Gomera.
Su Teide, que fuera lugar de culto y veneración por los aborígenes, es además la montaña más elevada de España con sus 3.718 m, y el tercer volcán más grande del mundo, sólo superado por los dos de la isla de Hawái. Situado dentro del Parque nacional del Teide, fue declarado por la Unesco en el 2007 Patrimonio de la Humanidad por ser “uno de los lugares de valor natural y mayor diversidad paisajístico volcánico del mundo”. Los guanches lo llamaban Echeyde, y dentro de su mitología lo consideraban el lugar donde vivía el demonio, o la fuerza superior del mal, llamada Guayota. Los romanos llamaron al Teide por el nombre de Nivaria, en relación a la nieve. El nombre actual del Teide se debe a los aborígenes palmeros (awaritas), con significado de “Montaña luminosa”.
Hasta la fecha sólo se cuenta cinco erupciones volcánicas acontecidas. La primera en 1492 en el llamado Volcán Boca Cangrejo, observada por Cristóbal Colón. La siguiente en 1704 con las erupciones a la vez de los volcanes de Arafo, Fasnia, y Siete Fuentes. En 1706 ocurriría la mayor con la erupción del volcán de Trevejo, expulsando grandes cantidades de lava sobre el enclave de Garachico. En 1798 las ocurridas en Las Cañadas del Teide en Chahorra. Y finalmente hacia 1909 la del volcán de Chinyero en el municipio de Santiago del Teide. Todas ellas sin víctimas mortales.
Se especula que los guanches llegaron a Tenerife hacia el siglo V a. C., con una cultura predominantemente bereber del norte de África. Su modo de subsistencia se basaba en la agrícola ganadera, la recolección, y la pesca con marisqueo. Entre sus principales dioses figuran Achamán (Dios del Cielo y Supremo Creador), Chaxinaxi (Diosa Madre, con el cristianismo guarda sincretismo con la Virgen de Candelaria), Magec (Dios del Sol), y Guayota (El Demonio). Destaca el ídolo de El Guatimac; cual se cree que representa a un espíritu protector. Practicaban rituales y el culto a lugares, y a los muertos, que se completaba con la momificación a las castas superiores. También se han encontrado piedras con inscripciones como la llamada Piedra de Anaga. En el municipio de El Tanque se encontró otra piedra conocida por Piedra Zanata con inscripciones que parece haber estado relacionada con el mundo mágico-religioso de los guanches, y en la isla se encuentran las controvertidas Pirámides de Güímar, de las cuáles hay muchas hipótesis sobre su construcción, aunque aún no se ha dado una definición oficial sobre su origen.
Los aborígenes tinerfeños, llamados Guanches, llamaban a su isla con el nombre de Archimed o Achinech, aunque también se alude al nombre de Beñesmer o Beñesmen. Así, se cree que la palabra Guanche deriva de Guan (hombre), y achinech (Tenerife), significando unida Hombre de Tenerife.
Pero su nombre en general se ha tomado de su grandiosa montaña-volcán, los romanos se referían a ella con el nombre de Nirvaria (en latín Nieve), y según se desprende de los mapas del siglo XIV y XV por los cronistas en la obra Le Canarien, Pierre Bontier y Jean Le Verrier,-los frailes franciscanos de Béthencourt y La Salle-, la llamaron Isla del Infierno en alusión también a su volcán. Su nombre último parece ser de una fusión castellana de palabras en idioma de los benahoaritas (aborígenes de La Palma); entre Tene (Montaña), e Ife (Blanca). Cuales al combinarlas añadiéndole una r obtuvieron el nombre de Tenerife.
Tras esta introducción, la llegada de la conquista de Tenerife (1494-1496), por parte de la Corona castellana-aragonesa fue capitaneada por el adelantado Alonso Fernández de Lugo, y había sido parte financiada por las ventas de las plantaciones de azúcar en el valle de Agaete finalizada la conquista de Gran Canaria. Tenerife se dividía en nueve menceyatos, mostrándose pacíficos los de Sur y el Este (Anaga, Güimar, Abona y Adeje), y belicosos los del Norte (Tegueste, Tacoronte, Taoro, Icoden, y Daute), manteniéndose resistentes a la invasión.
Según el mapa actual, los menceyatos se localizaban en los siguientes territorios municipales:
1. Anaga: El macizo de Anaga era domino del mencey Beneharo ocupando el territorio actual de Santa Cruz, y una pequeña parte Sur del municipio de San Cristóbal de La Laguna. Beneharo decidió pactar un acuerdo de paz con el adelantado Fernández de Lugo.
2. Güímar: Se cree que su mencey Añaterve, fue el primero en aliarse a los castellanos intermediando en el acuerdo el gobernador de Gran Canaria Pedro de Vera. Su territorio abarcaba los municipios del propio Güímar, El Rosario, La Candelaria, Arafo, así como 1/3 de Santa Cruz de Tenerife, y algo menos de Sª Cristóbal de La Laguna.
3. Abona: Su mencey Adjona también decidió pactar la paz con Alonso F. de Lugo en su primer desembarco. Su territorio era muy extenso con una superficie de 420 km2, abarcando gran cantidad de municipios incluyendo Arona, Fasnia, Arico, Vilaflor, Granadilla, y San Miguel de Abona.
4. Adeje: El cantón estaba gobernado por el mencey Pelinor que tampoco se opuso a la conquista. La superficie de su menceyato se calcula que ocupaba unos 180 km2, pertenecientes a los actuales territorios de Adeje, Guía de Isora, y parte de Santiago del Teide.
5. Tegueste: Su mencey Tegueste ofreció gran resistencia a los castellanos y luchó en la Batalla de La Laguna. De hecho, su menceyato además del propio municipio de Tegueste, dominaba casi la totalidad de Sª Cristóbal de La Laguna.
6. Tacoronte: El cantón estuvo gobernado por Acaymo, según el divulgador Antonio de Viana fue enemigo de Bencomo, pero habían acordado la paz poco antes de la llegada de los conquistadores. Su territorio abarcó además de Tacoronte, los municipios de El Sauzal, Sta. Úrsula, La Matanza y La Victoria de Acentejo.
7. Taoro: Su mencey fue Bencomo, llamado El Grande porque fue el que liderara la guerra contra los castellanos. Su territorio abarcaba la superficie de los municipios de La Orotava (aprox. 1/3 de territorio), Puerto de la Cruz, Los Realejos, y San Juan de la Rambla.
8. Icodem: Su mencey fue Pelicar y participó en la última batalla de La Victoria de Acentejo, de las que salieron derrotados los guanches en 1496. Su superficie abarcaba los municipios de Icod de los Vinos, La Guancha, Garachico y prácticamente todo el territorio de El Tanque.
9. Daute: El cantón fue gobernado por Romen, y su superficie acogía a los actuales municipios de Buenavista del Norte, Los Silos y compartía El Tanque con el cantón de Icodem.
En abril de 1494 desembarca el conquistador procedente de Gran Canaria en la actual Santa Cruz de Tenerife, con unos 1000 hombres a pié y 200 a caballo. Su primera batalla fue en el municipio La Matanza, -llamada Batalla de Acentejo-, resultando perdedores los castellanos y en donde casi acaban con el adelantado Alonso de Lugo, que tuvo que huir a Gran Canaria, destruyendo los isleños su primer fortín cuartel. Alonso regresó con otro ejército más preparado contando entre los hombres de refuerzos con el propio caudillo canario Fernando Guanarteme, quien consigue que el mencey de Anaga, Beneharo, eterno enemigo de otro mencey del reino de Taoro llamado Bencomo, pero que habían hecho las paces en 1494 al principio de la conquista castellana en frente común, se mantuviera neutral dejando de prestarle apoyo, consiguiendo con la división los conquistadores derrotar a Bencomo en la llamada Batalla de Aguere, acabando muerto junto a su hermano Tinguaro. Las crónicas relatan que contribuyó a la victoria la aparición de una fulminante epidemia que diezmaría a los isleños, conocida como la Gran Modorra. Puede que no fuera una epidemia en sí, sino se especula que fuera una treta de los conquistadores, con la táctica del envenenamiento de las fuentes de agua principales donde se aprovisionaban los guanches.
En la batalla además de contar con la ventaja de usar jinetes a caballo con lanzas, espadas, las efectivas ballestas, y ayudado de hordas de perros entrenadas para matar que usaron tanto Alonso de Lugo, como Pedro de Vera, se usaron la moderna arma de fuego de entonces, denominada arcabuz.
En diciembre de 1495 y a la muerte del caudillo Bencomo, lo sucedería su hijo Bentor que habían luchado juntos contra los conquistadores, liderando los bandos de guerra. Tras un periodo regular de guerrillas y saqueos, los castellanos penetran en el interior de la isla hacia Taoro (Puerto de la Cruz), produciéndose la llamada 2ª Batalla de Acentejo, cercano al municipio de La Victoria, siendo decisiva para la conquista final por parte de los castellanos. Finalmente diezmado ante la infringida y grave derrota, el mencey acaba suicidándose despenándose al vacío de la ladera de Tigaiga (1496), situada en el municipio de Los Realejos. Ello acarreó la sumisión de los restantes menceyatos de los bandos de guerra, en la conocida Paz de los Realejos. Actualmente se recuerda su suicidio despenándose por el barranco con una escultura ubicada en el mirador de El Lance.
Estatua de homenaje al mencey Bentor, instalada en el mirador El Lance desde donde se observa panorámicamente el Valle de La Orotava, e Icod El Alto perteneciente al municipio de Los Realejos.
La estatua de bronce es obra de la artista Carmen León en 1996. La placa conmemorativa lleva inscrita la leyenda de uno de los textos de Viera y Clavijo: "Los Menceyes de Tenerife nunca habían conocido jamás la vileza de sujetarse ni obedecer a otros hombres como ellos."- y se añade- "Homenaje de la Villa de Los Realejos a Bentor, el último Mencey Guanche, el cual, según la tradición, por no entregarse, se arrojó al vacío desde este lugar".
Estatua de homenaje al mencey Bentor, instalada en el mirador El Lance desde donde se observa panorámicamente el Valle de La Orotava, e Icod El Alto perteneciente al municipio de Los Realejos.
La estatua de bronce es obra de la artista Carmen León en 1996. La placa conmemorativa lleva inscrita la leyenda de uno de los textos de Viera y Clavijo: "Los Menceyes de Tenerife nunca habían conocido jamás la vileza de sujetarse ni obedecer a otros hombres como ellos."- y se añade- "Homenaje de la Villa de Los Realejos a Bentor, el último Mencey Guanche, el cual, según la tradición, por no entregarse, se arrojó al vacío desde este lugar".
Fuente con escultura de la Princesa Dácil, o Dacila, situada en El Ramal, La Orotava. Fue convertida al cristianismo y bautizada como Mencia Bencomo, contrayendo nupcias con el que fuera mencey de Abona, Adjoña, y que fue bautizado por el nombre de Gaspar Hernández. La otra hija de Bencomo se casó con Juan Doramas, hijo del héroe isleño grancanario. La estatua en bronce fue creada en el 2005 por los escultores por los artistas Ezequiel de León Cruz y Cristo Quintero.
Como anécdota cuenta la leyenda, que una hija de Bencomo, la princesa Dácil, se enamoró de un capitán castellano llamado Fernán García del Castillo (Gonzalo del Castillo). Un guanche que los vio juntos, la denunció ante Bencomo de que había estado a solas con el soldado castellano cual era una fragante transgresión a las normas guanches. El Mencey, su propio padre, condenó a su hija a morir emparedada. Pero Dácil consiguió liberarse al demostrar que había existido testigos en dicho encuentro, por lo que contrajo matrimonio con el castellano y pasó a llamarse Mencías del Castillo tras su bautizo al cristianismo.
La mayoría de los menceys derrotados fueron llevados por orden de Alonso de Lugo ante la Corte de los Reyes Católicos en primavera de 1946, donde existen pocos datos sobre la suerte que corrieron, a excepción de los de Icod y Anaga.
El último mencey en plantarle cara a los conquistadores fue Ichasagua (El Mencey de los hombres libres), del Menceyato de Adeje. Aunque otros historiadores dicen que no fue mencey sino un alzado, que lideró hacia el año 1502 la rebelión contra los castellanos empleando tácticas de guerrillas aprendidas de los propios invasores. Puso durante meses en jaque a los hombres de Alonso de Lugo. Pero acaba traicionado por sus mismos aliados en la reunión celebrada en el Tagoror de Abona llamado Los Parlamentos para las negociaciones de paz (1503). Una vez estos llegan para transmitirles sus intenciones en la zona del Llano del Rey, para presentar las condiciones de la capitulación, decide suicidarse ante la comitiva de consejeros acuchillándose, prefiriendo morir a ser esclavizado.
Sobre la historia de Tenerife a la llegada de los conquistadores es muy controvertida, en especial con el nombre de los menceyes. Los primeros documentos corresponden a los frailes Alonso de Espinosa y Juan de Abreu Galindo, o la del ingeniero Leonardo Torriani, escritos entre finales del siglo XVI, y mediados del XVII , que decían que solo perduraban en la memoria de los descendientes de los guanches, los nombres de los primeros menceyes de Abona (Atguaxoña), Adeje (Atbitocazpe), Güímar (Acaymo) y Taoro (Betzenuhya). Por lo tanto las sucesivas obras como la del poeta lagunero Antonio de Viana sobre 1604, y la del historiador Juan Núñez de la Peña en 1676, existe consenso entre los historiadores actuales que la gran parte de sus nombres fueron inventados, o recogidos de ambiguas leyendas. A posteriori, el propio José Viera y Clavijo colocó nombres a los aborígenes basándose en algunos poemas de Antonio de Viana, en su obra Historia de Canarias (1772-1773). De ello se percató otro importante historiador difusor de la cultura canaria, el tinerfeño Juan Bethencourt Alfonso (n.1847-m.1913), estudioso de los ídolos aborígenes y autor de tres importantes obras sobre las costumbres y cultura, principalmente del pueblo guanche, destacando su ensayo Historia del Pueblo Guanche publicado en 1978, mucho tiempo después de que el escritor falleciera. Los únicos nombres corroborados con aporte de documentación histórica durante la conquista castellana, son los de los menceyes de Taoro, Bencomo y Bentor, ambos padre e hijo.
Como en el resto de las Islas, muchos de los aborígenes fueron esclavizados, especialmente los pertenecientes al bando de guerra, mientras que buena parte de la población indígena sucumbió a enfermedades importadas como la gripe, la viruela, y un sinfín de enfermedades infecciosas para las que aquella sociedad neolítica, debido a su aislamiento, no había desarrollado su sistema inmune. Los Menceyes fueron llevados a la Península como en el caso de Beneharo, que tras volver a Tenerife fue desterrado hacia 1497 a Gran canaria concretamente a Arguinegüín junto a otros guanches de Anaga, permitiéndoles mantener, en una especie de reserva, su estilo de vida. Después de acabada la conquista, y especialmente durante el siglo posterior a ella, se fue produciendo una repoblación y colonización paulatina de la isla con la llegada de inmigrantes provenientes de diversos territorios pertenecientes al incipiente Imperio Español procedentes desde territorios como Portugal, Flandes, Italia, Alemania, etc.
jueves, 23 de abril de 2020
Guerreros aborígenes destacados de Gran Canaria
La isla de Gran Canaria estuvo en la era anterior a la Conquista (Pre-hispánica), dividida contabilizados hasta en 10 reinos, aunque para fechas de la llegada hispánica quedó equilibrada derivando en dos grandes Guanartematos (Reinos): Uno en Gáldar situado en el norte de la isla, y el otro al sur llamado reino de Telde. Grandes guerreros aborígenes de esta tierra destacaron e hicieron historia durante el periplo de la conquista como:
· ARTEMIS SEMIDÁN
Rey (guanarteme) de toda Gran Canaria a la llegada de los primeros castellanos. Se especula que es antecesor al menos de tres generaciones, del último rey de Gran canaria Thenesor Semidán.
Estatua del guanarteme situada en la rotonda del Becerril, en la entrada de Gáldar en el Paseo de los guanartemes, obra del artista aldeano Roberto Rodríguez Ojeda en el 2008.
Fue hijo de Gumidafe (1373-1403), jefe del cantón de Agáldar cual se convierte en monarca absoluto de la isla sometiendo a los otros 12 gayres o jefes, de los otros distritos independientes (cantones), y que según se cuenta estuvo casado con Andamana (Attidamana), perteneciente a la nobleza de las mujeres místicas, una harimagua, a las que se atribuían poseer dotes adivinatorias y poderes sanatorios.
Artemis fue un buen estratega y comandante, e impidió los primeros ataques de las tropas de Gadifer Le Salle, socio de Bethencourt, hacia finales del año 1404, en la playa sureña de Arguineguín, de la que casi no logran contarlo ninguno de los conquistadores. Trató en varias incursiones más, sorprender a Artemi, pero fueron repelidos contundentemente. Atacó entonces por la costa de Telde, pero tampoco tuvieron suerte y tuvieron que desistir en la conquista.
Meses después, en el año 1405, lo intentó con mayor número de tropas y bien pertrechadas, por la misma cala de Arguineguín, el normando Jean de Bethencourt. El contingente castellano llegó con 4 naves desembarcando durante la noche para actuar aprovechando la ventaja sorpresa, aunque a pesar de haber actuado en el más absoluto sigilo, acabaron siendo rodeados por las huestes canarias, que atacando al amanecer, infringieron una sangrienta derrota teniendo que huir partiendo a la desesperada.
Bethencourt, reponiendo las fuerzas, insiste varias veces en sucesivos días atacando por el mismo lugar, donde se dice que perdió a uno de sus hijos. Pero es repelido una y otra vez cayendo en emboscadas, hasta que tuvo que desistir. Solo le satisface al ver muerto en la orilla a su odiado enemigo, el líder guanarteme. De esta batalla se dice que toma el nombre Canaria con el apelativo delante que Bethencourt honró, de Grande: Gran Canaria.
Artemi Semidán murió en el combate de la dura refriega, se cree que aproximadamente cuando contaba con 30 años. Los datos genealógicos aborígenes canarios son contradictorios. De su matrimonio algunos textos relatan que tuvieron un único hijo llamado Asemidán, pero en otros textos se alude a un tal Taghoter, que a su vez tuvo dos hijos varones llamados Guanache o Guayasén Semidán, que reinó en Gáldar, y Bentaguaire Semidán, que lo hizo en Telde.
· ADARGOMA
Apodado «el de espaldas anchas, o de Risco». Fue un Guayre (Jefe guerrero de la nobleza, cual se ganó a pulso por su valentía y fuerza), del guanartemato (reino) de Gáldar. Participó al lado de otros nobles guerreros aborígenes tanto suyos como del reino de Telde, en la Batalla del Guiniguada (1478), asaltando el recinto fortificado del Real de las Tres Palmas. El primer asentamiento que Juan Rejón funda en una planicie cubierta de palmeras al lado del barranco Guiniguada, donde hubo un riachuelo perenne de aguas claras. La ciudad fortaleza se construyó usando la madera de las palmeras. Entre los canarios presentes en la gran batalla estuvieron Tazarte, Doramas, Bentaguayre, Maninidra, y el propio Thenesor.
Adargoma fue capturado al caer herido en el muslo, mientras luchaba rodeado de enemigos como un verdadero poseso, por una estocada de lanza efectuada desde caballo. Su hercúlea fuerza, y coraje lo convertían en un "demonio", según los españoles. Se cuenta que quien clavó la determinante lanza, fue el propio Juan Rejón, que casi cae del caballo al Adargoma lograr arrear un bestial garrotazo a una de las patas del animal, estando a punto de derribarlo. Rejón fue salvado ‘in extremis’ por el alférez mayor Alonso Sotomayor que acudió en su ayuda antes de que acabara rodeado.
A posteriori, Adargoma fue llevado prisionero a Sevilla donde es vendido como esclavo a un arzobispo, recuperado, y debido a su proverbial fuerza, se dice que fue empleado para singulares duelos a lo largo de la Península ibérica.
Existe una escultura realizada por Manolo González Muñoz que se puede contemplar en la Plaza Sta. Isabel de Hungría con la representación del bravo Adargoma, blandiendo un garrote con el que se dice era imbatible.
· MANINIDRA
Se desconoce su fecha de nacimiento, así como oficialmente su muerte, aunque se especula que fuera en el 1500 en la costa norteafricana (entre Marruecos y Libia). Fue un importante guayre (capitán) del reino de Telde, que destacó en las batallas contra los conquistadores europeos, entregándose a los castellanos -según algunas versiones-, tras el acuerdo de Catalayud de 1481.
Su nombre se cree que significa «esplendor de la estirpe», y perteneció a la nobleza pariente de Thenesor Semidán, guanarteme de Gáldar. Su lugar de residencia estuvo en las cuevas de Tufia, y tuvo diversos enfrentamientos con Doramas, cual cortejaba a una de sus hermanas.
Maninidra participó hacia 1457 ó 1459 en el encuentro que tuvo el conquistador Diego García de Herrera, convertido en Señor de Canarias, con los respectivos guanartemes de Gáldar y Telde. La reunión fue para solicitar permiso el conquistador de establecer en la costa de Gando una pequeña colonia, a lo que se autorizó, pero que luego se convirtió en un fuerte con una torre defensiva. En esos mismos años combatió al mando de un contingente aborigen contra españoles y portugueses, superando la defensa de la Torre de Gando, y acabando por arrasarla destruyéndola. Algunos cronistas sostienen que los ataques a las fortalezas fueron más a posteriori que las fechas de consenso general: Uno ocurrido entre los años 1465 contra los castellanos de Diego Herrera, y el otro en 1474 a la siguiente fortaleza erigida por Diego Da Silva en un nuevo ataque años después de su intento por Gáldar, establecida en zona más interior de Telde.
También asistió en 1461 al encuentro y pacto en la Bahía de las Isletas, entre los guanartemes y Diego G. Herrera, formalizándose una alianza conjunta contra las amenazas de conquista europeas.
Luchó heroicamente en la llamada Batalla de Argüineguín de 1478, retirándose al darse por perdida la contienda. En 1481 se rinde junto a varios guayres principales del reino de Telde, ante las tropas de Pedro de Vera (Se especula si entre ellos estaba el guanarteme Thenesor).
Maninidra fue bautizado al cristianismo (algunas fuentes aluden que el lugar fue en Lanzarote, tras un periplo en el que casi acaba siendo vendido como esclavo), y acabó uniéndose a Tenesor Semidán convertido en Fernando Guanarteme, enrolándose en las tropas castellanas como capitán de los canarios que llevaron primero la conquista de La Palma, entre 1491-2, y luego la de Tenerife entre 1494-6, participando en sus principales batallas: La Matanza de Acentejo (1495), La Batalla de La Laguna (1495), y La Victoria de Acentejo (1495).
Según las crónicas, una vez terminó la conquista en 1496 recibió como premio tierras en Tenerife, y una importante suma económica. Aunque otras fuentes aluden a que ahí no acabaron sus aventuras, y se enroló en el año 1500 junto al entonces Adelantado de Canarias, Alonso Fernández Lugo, rumbo a las costas norteafricanas a propuesta de los Reyes Católicos a establecer unos refugios seguro, fortalezas defensivas que sirvieran de bases, harto de los constantes ataques piratas berberiscos. Se cree que en costa marroquí, en Ifni, en la desembocadura de un río, construyeron una torre llamada de San Miguel de Saca, pero al poco, acabaron sitiados por los musulmanes, y que durante el transcurso de la batalla murió Maninidra junto a un número indeterminado de cristianos, muchos de los cuales fueron canarios.
NOTA: Personalmente no me creo que debiendo tener más de 50 años de la época (yo creo que tendría sobre los 60 años), se embarcara en semejante aventura.
Maninidra, según las crónicas constatan, estuvo casado con la canaria de nombre cristiano Ana de León, fruto de la relación al menos tuvieron dos hijas: Inés de Maninidra, y Costancia Ferrández.
· BENTAGUAYA
Guaire capitán del reino de Gáldar, que logró engañar al adelantado Pedro de Vera fingiendo rendirse y cristianizándose, pero que en realidad su pretensión era estudiar en general los puntos débiles de La Plaza Real de Las Palmas, así como de las fuerzas que disponían los españoles y sus planes futuros de ataque. Una vez creyó tener la información necesaria para atacar las defensas de la ciudad, huyó reuniendo a sus hombres consiguiendo casi tomarla, volviendo a intentarlo sitiándola en repetidas ocasiones pero sin éxito, finalmente cayó abatido en una de las batallas.
· DORAMAS (D-UHRAW-QWAS):
Se cree que naciera hacia 1440/50, y por las diferentes crónicas todas coinciden en que en origen perteneció a una casta pobre, de origen trasquilado, es decir un plebeyo dentro de la jerarquía canaria y probablemente era pastor, puesto que era usual llevar el pelo corto los que pertenecían a la plebe, aunque tras ‘rifi- rafe’ con los suyos, es decir, por sus dotes innatas para la lucha, más sus actos heroicos en combate sería proclamado noble ascendiendo a guayre de guerra, capitán, cuando hubo que rejuntar fuerzas contra los invasores llegaron en gran número en La conquista realenga en 1478. Se cree que procedía del distrito de San Mateo o Utiaca, que regentaba el guayre Nenedán.
Su nombre, de procedencia berebere, significa «él es ancho de nariz». Físicamente era de complexión muy fuerte, y solía portar una enorme espada de madera junto a un escudo hecho de drago.
Se dice que manejaba diestramente una espada de palo tostado con una sola mano, que ningún soldado español podía sostener ni con las dos manos. Por lo que era muy difícil acercársele en la lucha cuerpo a cuerpo, siendo prácticamente imbatible.
Siempre estuvo muy ligado al guanartemato de Telde y participó en la destrucción junto con el gayre Maninidra Semidán, de la segunda torre de Gando de Diego de Herrera. Con Maninidra tuvo un incidente puesto que no veía con buenos ojos su relación con una pariente suya, probablemente su hermana Abenahoara, debido principalmente a la diferencia de linaje. La leyenda dice que lleva a la chica al Roque de Gando, que se halla situado a unos 30 m frente a la costa, al noroeste de la península de Gando (frente al poblado de Tufia), para apartarla de Doramas. Pero que fue inútil, puesto que durante la noche cruzaba a nado la distancia que separa el peñón de la costa, al encuentro de su amada. También se recoge en la crónica de Sedeño que es vencido en lucha con el poderosos gayre de Arguinegüín, Bentaguayre, que conocedor de su leyenda de invicto en la lucha cuerpo a cuerpo además del supuesto robo de ganado, lo desafía en un lugar apartado a solas, y logra inmovilizarlo en tierra haciendo morder el polvo por primera vez al bravo Doramas.
A la muerte de su Guanarteme Bentagoyhe, Doramas durante el vacío de poder, se hace en principio cargo del mando de Telde. Doramas fue muy popular entre los suyos por su arrojo y valentía, participando en numerosas emboscadas y guerrillas contra los invasores en principio de Diego de Herrera, y más tarde contra Juan Rejón, que parecían de número ilimitado, enfrentándose a éstos con arrojo suicida, cuerpo a cuerpo, derribando a los que le salían a su paso. Ello llevó al guanarteme (rey) de Gáldar, Egonaiga, a concederle el cargo de capitán, declarándolo noble, entregándole tierras y vivienda en el bosque de los Tilos de Moya en donde se halla el enclave de la conocida Montaña Doramas.
El 20 de agosto de 1481, en la llamada Batalla de Arucas, llegó a poner en serios apuros al capitán Pedro de Vera y Mendoza. Pero finalmente Doramas cayó mortalmente herido por una lanza. Algunos historiadores afirman que lo atacaron por la espalda a caballo hiriéndolo, y con el despiste finalmente lograron atravesarle mortalmente el pecho con una lanza.
El gobernador mandó a que le cortaran la cabeza clavándola después en una pica a modo de escarmiento, tal como mandaba la tradición de la época. Se congregó una multitud entre cristianos y canarios, a acompañar su funeral siendo enterrado en la Montaña de Arucas, lugar en la que colocaran una cruz que continúo conservándose en el siglo XVII. Su famosa espada de enorme peso, causaba admiración. La muerte de Doramas como líder que era contribuiría anímicamente a un clima desmoralizador entre los canarios, quedando la resistencia isleña cada vez más sitiada. Como anecdótico una escultura del caudillo creada por el escultor Abrahán Cárdenas, desapareció misteriosamente del Parque Hermanos Millares en la ciudad de Las Palmas, donde estuvo expuesta. Medía unos 2 metros, y pesaba casi media tonelada.
· TENESOR SEMIDÁN (FERNANDO GUANARTEME):
Tenesor se baraja que naciera en 1447, y murió en Tenerife en 1496. Su padre se dice que fue Tagotrer Semidán, hermano de Egonayga (El Bueno), que fue rey de Gáldar, y su madre Atendiura. Se casó con Abenchara, cual fue bautizada al cristianismo como Juana o Ana Fernández. Se cree que tuvieron al menos 3 hijas: Margarita, Catalina, y Ana. La familia Díaz de Aguilar son familiares descendientes directos del linaje Guanarteme.
En la captura de Tenesor Semidán (Guadartheme de Gáldar), intervinieron conjuntamente el adelantado y capitán general, Alonso Fernández de Lugo, y Fernán Peraza ‘El Joven’ (dueño de la isla de La Gomera y de El Hierro, casado con Beatriz de Bobadilla), entre los años 1481-2 (No existe un consenso claro entre los investigadores, y por ello existen imprecisiones en las fechas), lo que supuso prácticamente el punto y final a la larga Conquista de Gran Canaria (1478-83), y evitó más su estancamiento.
Escultura en honor al guanarteme en la plaza de heradamientos en Gáldar, situada en la calle Tenesor Semidán. La escultura fue realizada por el escultor Juan Borges Linares, y lleva en conjunto una placa de con la leyenda de inauguración que dice: "S.M. El rey de España, D. Juan Carlos I asumió la presidencia de honor del homenaje a Tenesor Semidán, último rey de Canaria, Real Ciudad de Santiago de los Caballeros de Gáldar, el 24 de julio de 1986".
Tenesor fue consciente de la desigual fuerza entre su pueblo y Castilla-León, e influyó sin duda que su esposa Abenchara, que se hallaba embarazada, fuera apresada por soldados del fuerte que el capitán Alonso Fernández de Lugo había levantado en Agaete, optando por rendirse y entregarse para negociar. Trasladado a la Corte ubicada en Córdoba a principios de 1483, se reencontró con su esposa secuestrada Abenchara, aceptando ambos acogerse al cristianismo. El bautismo en 1483 por el arzobispo de Toledo, Pedro González de Mendoza, fue realizado en presencia de los Reyes Católicos en la ciudad del recién rendido Califato de Granada, en el Alcázar de Córdoba, cristianizando su nombre por Fernando Guanarteme, desde donde se pactó la anexión de Canarias a la Corona Castellana-aragonesa en el llamado Tratado de Córdoba. Cuentan las crónicas que Fernando de Aragón ofrece a Tenesor "un trato de igual a igual", y en señal de cortesía “ropa de grana y seda”, como las de otro rey más. Los acuerdos convencieron a Fernando Guanarteme que con ellos se evitaba que su pueblo fuera masacrado, garantizaba acuerdos comerciales ventajosos, y un régimen fiscal específico por la condición de lejanía de Canarias, limitar la esclavitud, libertad de circulación de los isleños de Gran Canaria, así como capitulaciones con el reparto de tierras a los canarios no alzados. Aunque el acuerdo quedó en suspenso hasta 1485 por la oposición del gobernador militar Pedro de Vera, que finalmente acabó por ceder a Fernando Guanarteme el territorio de Guayedra, al oeste de la isla junto a la actual villa y puerto de Agaete, que quedó como espacio de jurisdicción propia, junto a la devolución de una cantidad importante de dinero sustraído.
Como fiel aliado de Pedro de Vera no sólo intervenía en las negociaciones como mediador para que los isleños sucumbieran a la rendición, además se cuenta que les mostró senderos secretos a los invasores cuales sino lograban sorprender a los rebeldes, se llevaban los víveres y mataban al ganado para debilitarlos. Por estos hechos algunos lo consideran en la historia de canarias como un traidor, y otros lo valoran como negociador, salvador de muchas vidas poniendo fin a la guerra.
Escultura homenaje en la Plaza de las Islas Canarias en Calatayud (Zaragoza), con la siguiente leyenda que lo circunda: "Calatayud 1483. Firma del Pacto de la Unificación de Gran Canaria a España por los Reyes Católicos y Monarca canario Fernando de Guanarteme. Versión histórica por Domingo Navarro Navarro".
NOTA: Domingo Navarro Navarro fue un periodista que publica en 1959 un articulo en el diario Falange, que alude este pacto a tenor del descubrimiento de la carta de Calatayud enviada a los Reyes Católicos, aunque existen al respecto muchas dudas sobre la autoría de la misma.
La otra versión sobre el acuerdo asevera que Tenesor fue capturado en mayo de 1481, y enviado a Castilla desde Sevilla. Convencido de que las fuerzas castellanas-leonesas eran muy superiores, y atisbando infranqueables para su pueblo, decide acogerse a la fe cristiana bautizándose en la catedral de Toledo con el nombre de Fernando Guanarteme. Pacta posteriormente con el rey de Aragón Fernando II el 30 de mayo de 1481, en ciudad capital del Reino de Aragón, el llamado Pacto de Calatayud. Un pacto que respetaba el carácter de Reino de Canarias así las estructuras políticas y sociales -es decir, manteniendo los títulos nobiliarios de los canarios-, y que se garantizase la libertad para todos los canarios rendidos, así como poder moverse libremente por el territorio.
Se cita que el pacto fue llevado en julio de 1496 por Fernando Guanarteme al Tagoror de Tenerife, y presentado ante todos los menceyes reunidos en los Realejos, acogiéndose al acuerdo y acabando firmando la paz los menceyatos que continuaban en guerra contra los conquistadores, llamado Pacto de los Realejos. A posteriori el pacto fue llevado al Tagoror de Benahuare (La Palma), última isla por conquistar.
En esta otra versión no existe registro escrito en el Archivo General de Simancas, pero si existe una placa testimonial que recoge el pacto en la ciudad de Calatayud (en Zaragoza), junto a una carta enviada a los Reyes Católicos. Pero muchos detractores creen que Thenesor Semidán (Fernando), no fue quien participara en este acuerdo, sino otros importantes guayres pertenecientes al reino de Telde.
A ello cabe destacar la obra sobre Gran Canaria publicada en 1947, el llamado Libro Rojo de Gran Canaria, o, Gran libro de provisiones y reales cédulas, consistente en un tratado de las copias originales de las cédulas y cartas, en que los Reyes Católicos, la Reina Juana y los príncipes y reyes Carlos y Felipe atendieron las singularidades del archipiélago, recriminaron a gobernadores clero y ricos de la época, por sus actitudes soberbias y mezquinas, contrarias al interés insular y de la Corona.
En Córdoba es donde se sella con la palabra el acuerdo la paz entre Castilla y Canarias. Debido al Tratado o Pacto, se exalta a la figura de Fernando Guanarteme como responsable de las exenciones fiscales del archipiélago canario, y que llegado el descubrimiento de América adquirieron mayor importancia como puente, justificando las exenciones y franquicias, que se prueba en una carta real fechada el 20 de enero de 1487, reinando en España Fernando II de Aragón, en donde se dice “primero por veinte años y luego para siempre jamás”, entregada en Burgos el 24 de diciembre de 1507.
Las cédulas reales excluían a las islas el pago de impuestos en sectores como el comercio o ganadería. La citada fiscalidad se recoge en las tercias reales. También se emitieron cédulas en los años 1505, 1515, 1528, 1565, 1617, 1626, 1643, 1664, 1686 y 1708.
El Cabildo de las islas se establece en 1528, y por ese entonces los cabildos son los gobiernos de las islas con un techo competencial altísimo.
· BENTEJUI:
Después de que Tenesor fuese hecho preso quedó como último caudillo fuerte de la isla su joven sobrino Bentejui (n.1460-m. 1483). Debido a su minoría de edad quedó regentado Telde por el consejo de faycanes, destacando como líder Tasarte.
Destacó en La Batalla de San Bartolomé (1479), asestando un golpe importante a los colonizadores españoles, librándose en los altos de los Tirajanas, cuando, en su retirada, las tropas que mandaban el obispo Juan de Frías y el capitán, antiguo pirata-corsario, Pedro Hernández Cabrón, fueron sorprendidas a la altura de Risco Blanco donde antes habían destruido el "templo aborigen" que allí existía, lo que provocó la fulminante e inmediata reacción por parte de los grancanarios, que obtuvieron así una gran victoria, donde por cierto el capitán Cabrón perdió parte de su dentadura y con la cara torcida de una brutal pedrada.
El padre de Bentejui fue el guanarteme Bentagoyhe, rey de Telde, se especula que murió hacia 1475/6. Durante los últimos tiempos, siendo superados tanto militarmente como en número, se vieron abocados a retirarse hacia el último reducto y considerada una las mayores fortalezas naturales del centro de la isla, en donde desde allí emplean tácticas de guerrilla consiguiendo sendos triunfos en zonas de cumbre como Artenara, y sur-oeste de la isla entre Tasarte y Tasartico, dentro del municipio de la Aldea de San Nicolás. Los asediados marchan a Ansite en las Tirajanas. Bentejuí se había hecho fuerte en la laberíntica e inexpugnable Sierra de Bentayga y las llamadas Cuevas del Rey a unos 1.400 m de altitud en el municipio de Tejeda.
En el año 1483 Thenesor se reuniría en Ansíte en el Bco de Tirajana, llamada La Fortaleza, con Bentejuí -cual estaba profundamente decepcionado sabiendo perdida la lucha por la isla-, tratando de convencerlo igualmente para que se rindiera y evitara más muertes inútiles. Tenesor actuando como diplomático a favor de los invasores, había subido acompañado de Pedro de Vera por la Aldea de San Nicolás a través del Barranco de Tejeda, llegados desde un embutido y denso bosque del corazón isleño, quedando abajo las tropas. Reunidos con Bentejuí se encontraban contando con sus apoyos: El faycan de Telde, Tasarte, así como la princesa galdense Guayarmina Semidán (hermana de Tenesor).
Thenesor logra convencer a la princesa, que baja y se entrega. Bentejuí, como Guanarteme, dice la leyenda que dice a su tío: “Déjanos morir con honra. Canarias existe. Mírala en píe sobre estos roques”. Después de ello, el faycan Tazarte, junto a dos mujeres canarias de la nobleza y Bentejuí, siguiendo el ritual canario se suicidan al unísono, arrojándose al vacío por el barranco que llevaría el nombre del grito: "¡ATIS TIRMA!" (Se especula que podría interpretarse como: ¡Canarias Libre!).
Monumento conjunto escultórico titulado ATIS TIRMA situado en el parque Doramas, obra del escultor Manuel Bethencourt Santana (1931-2012), e instalada en 1981. Representa a Bentejuí y Tasarte saltando desde el Roque de Ansite. En una placa colocada en el pie del basamento dice: "Cuando el valeroso canario Tasarte observó que la mayor parte de los suyos seguía el dictamen de un cobarde... arrebatado de dolor y de frenesí corrió al borde del célebre risco Tirma y clamando ¡Atis Tirma!, se precipitó al mar". Viera y Clavijo.
Dándose por concluida la conquista de Gran Canaria el 29 de abril de 1483. (Aunque otros historiadores discrepan, señalando el fin de suspensión de hostilidades de los canarios en abril de 1484).
Por su gran dedicación Fernando Guanarteme (Tenesor Semidán), fue recompensado con posesiones de tierras -destinándolas a plantaciones de la caña de azúcar que su puso muy en boga-, junto a diversos títulos nobiliarios. Continuó su tributo de colaboración una vez dominada Gran Canaria intentando la conciliación con los Menceyes de Tenerife, cual finalmente tuvo que ser sometida por las armas. También se atribuye que participara junto a otros canarios en la Conquista de Granada (1492). Se especula que murió casi al término de la Conquista de Tenerife (1494-1496), y que la causa pudiera ser bien de enfermedad, o tal vez por envenenamiento.
Realizó viajes a la Península en 1483, 1484 y 1486. En 1497 tenía pronosticado volver a entrevistarse con los Reyes Católicos del reparto del poder entre las islas, pero la muerte lo sorprendió un año antes.
A su muerte fue enterrado y trasladado desde una ermita vieja llamada de la Concepción, a la ermita de San Cristóbal de La Laguna (Tenerife). Dejó varias hijas en Gáldar. Precisamente hace décadas desde el municipio se ha intentado llevar sus restos bajo la lápida, o lo que quedara aunque sólo fuera tierra, ya que la ermita fue remodelada en varias ocasiones en el transcurso de los siglos, pero no ha habido respuesta por parte del Obispado de la Diócesis de este municipio tinerfeño. El municipio de Gáldar le otorgó hacia el 2008 el título póstumo de Hijo predilecto.
La princesa Guayarmina posteriormente se casaría con el caballero Hernando de Guzmán.
Conviene recordar que los Reyes Católicos tenían como prioridad la Conquista de Granada. Tras llegar a un acuerdo, la Conquista del resto de las islas, de Tenerife y La Palma, se subcontrata a señores que emplean sus recursos a cambio de poderes e influencia. Desde la Península se intenta que se haga controlando las formas, pero en la práctica, debido a la lejanía, es casi una utopía.
Agregar que la superioridad de los españoles fue aplastante, a las armaduras, las armas de fuego, en principio unos primitivos arcabuces, el uso de cañones, y en general el uso de la pólvora, se añadieron el uso del caballo, desencadenando un papel trascendental de sorpresa y completo asombro en el mundo indígena. También jugaría un papel importante el uso de jaurías de perros asesinos acorazados, para protegerlos de los embistes con lanzas y piedras. Perros de presa de gran envergadura como los alanos, mastines, lebreles, galgos, y otros poderosos sabuesos, que iban acorazados y perfectamente adiestrados para matar. En Canarias parece que su uso no fue tan frecuente y extendido como en la isla de Tenerife y La Palma, por el adelantado Pedro Fernández de Lugo. Los perros autóctonos canarios se mestizaron con los foráneos a tal punto que casi se extinguen razas puras como por ejemplo la del Garafiano.
Agregar que la superioridad de los españoles fue aplastante, a las armaduras, las armas de fuego, en principio unos primitivos arcabuces, el uso de cañones, y en general el uso de la pólvora, se añadieron el uso del caballo, desencadenando un papel trascendental de sorpresa y completo asombro en el mundo indígena. También jugaría un papel importante el uso de jaurías de perros asesinos acorazados, para protegerlos de los embistes con lanzas y piedras. Perros de presa de gran envergadura como los alanos, mastines, lebreles, galgos, y otros poderosos sabuesos, que iban acorazados y perfectamente adiestrados para matar. En Canarias parece que su uso no fue tan frecuente y extendido como en la isla de Tenerife y La Palma, por el adelantado Pedro Fernández de Lugo. Los perros autóctonos canarios se mestizaron con los foráneos a tal punto que casi se extinguen razas puras como por ejemplo la del Garafiano.
El uso del perro como arma contundente fue muy empleado en la conquista americana llevado por los adelantados. Grandes perros que no eran rivales para los que tenían los nativos que eran de un tamaño pequeño, como los perros de pradera, así como otras razas de las mismas características, que ni siquiera ladraban. Se relatan hechos terribles de llegar a alimentarse los perros de comunas de indígenas diezmando a familias enteras. Así mismo como ocurriría casi por la misma época en las recién descubiertas Indias, la llegada de nuevas enfermedades traídas involuntariamente por los españoles, de las cuales los indígenas su sistema inmune carecía de defensas, ayudaron a acelerar el proceso de conquista. Famoso fue el llamado Becerrillo, un vigoroso alano español de potente envergadura posiblemente descendiente de los perros presas traídos por los godos. De carácter fiel hacia los conquistadores contribuyó en las contiendas contra los aborígenes infligiendo gran cantidad de daño a las tribus naturales, y acabando muriendo en una refriega en la isla de Puerto Rico hacia el año 1514 derribado con flechas envenenadas. Pero la historia de estos perros fieros que iban en 1ª fila como legionarios no acabó con él, y se cuenta que lo sucedió su hijo Leoncico propiedad del mismísimo adelantado Vasco Núñez de Balboa, personaje que atravesó el istmo de Panamá y descubrió el Océano Pacífico, bautizado por aquel entonces por el nombre del «Mar del Sur».
miércoles, 22 de abril de 2020
Conquista de las Islas Canarias: Implicación directa de la Corona, La conquista Realenga (1478-1496)
El inicio de la conquista comienza oficialmente con el desembarco de los españoles el 24 de junio de 1478 en la costa a modo de puerto natural en el norte de la isla, en La Isleta, capitaneados por Juan Rejón, acompañado del deán (eclesiástico de labor misionera) Juan Bermúdez, marchan por la costa dirección Sur acampando en una primera instancia en una planicie fértil a orillas del Barranco Guinigüada, fortificando el asentamiento y fundando la primera ciudad llamada Real de Las Palmas. Los canarios en primera instancia no atacaron, debido a que se encontraban celebrando las llamadas fiestas del Beñesmer. Festividad que se celebraba con la llegada del Solsticio de Verano, coincidiendo con la recogida de la cosecha, en honor principalmente a la divinidad del Sol y del Cielo, Magec y Achamán. La festividad, propia de Tenerife y Gran Canaria, que aún se celebra actualmente tratando de recuperar tradiciones canarias ancestrales, se cree que fue extensible a las demás islas del archipiélago.
Juan Rejón de origen leonés y con amplia experiencia en numerosas batallas, había participado en numerosas campañas contra los sarracenos así como la guerra contra Portugal.
Durante finales de verano llega un serio incidente contra llegados conquistadores portugueses que se habían aliado en secreto con los canarios, y trataban de sorprender en una maniobra conjunta, atacar a los castellanos y tomar la Bahía de las Isletas. Los castellanos se enteran por espías canarios de la estratagema, y los ataca escondidos nada más desembarcar, acabando con ellos. Rejón toma represarías con los canarios rebeldes persiguiéndolos, y emprende castigos quemando sus cosechas, silos, y matando su ganado.
El modo de emprender la conquista no gusta al misionero e informa a la Corte quien envía a otro capitán, un sevillano llamado Pedro de Algaba a supervisar las fases de la conquista. Pronto ambos capitanes se enemistan a tal punto que relevó a Rejón y mandó llevarlo preso a Castilla, aunque logró salir airoso del apuro y retornar a Gran Canaria acompañado de un obispo llamado Juan de Frías que tenía la misión además de trasladar la sede episcopal desde San Marcial de Rubicón en Lanzarote, a la recién fundada ciudad de Real de Las Palmas (aunque el traslado final de la diócesis se concluye hacia 1485), de poner fin a la disputa entre ambos capitanes. Pero al comprobar que era una labor imposible, decide ordenar que fuera de nuevo llevado Rejón detenido a la Península. En tales momentos las guerrillas con los isleños se habían recrudecido y el nativo caudillo Doramas, se alzó victorioso en las batallas en el enclave de Moya y Las Tirajanas.
Real de Las Palmas.
Juan Rejón supo aprovechar el descrédito de Algaba en la Corte para convencerlos de una nueva oportunidad, cual consigue encomendándolo de nuevo a la labor de tomar el control de la isla poniéndolo al mando con tropas de refresco. Lo primero que hace al llegar a la isla es detener a Pedro Fernández de Algaba y al deán Juan Bermúdez, manda a matar al primero cuando salía de misa de la ermita de San Antonio, en Vegueta, siendo decapitado, y al religioso lo condena al destierro embarcándolo a la isla de La Gomera. Estos hechos ocasionaron un revuelo importante en la Corte, pero se impuso el pragmatismo y se decidió por sustituir al conquistador por Pedro de Vera cual llegó a la isla hacia 1481 como nuevo gobernador de la isla, y que fuera junto con Hernán Peraza quien terminaría la conquista en el año 1483. Un año antes, en 1482, se consigue capturar refugiado en una cueva de Gáldar al último rey Thenesor Semidan. Cual se convierte al cristianismo llevado a la península ante la misma presencia de los Reyes católicos, y bautizado por el nombre de Fernando Guanarteme, apellidado en referencia a su estatuto social, con su título de rey. Se alió a los conquistadores regresando con las tropas de Pedro de Vera a la isla para derrotar a la resistencia canaria liderada por Guayarmina, el faycan teldense Tasarte y el guanarteme Bentejuí. El fin de la lucha acaba tras reunirse según las crónicas el 29 de abril de 1483 en el enclave llamado Fortaleza de Ansite, entregándose la princesa Guayarmina y arrojándose al vacío, tanto Bentejuí como el faycan. Pedro de Vera fue un personaje con muchos claros oscuros, entre uno de sus actos viles trató de esclavizar a canarios cristianizados con el engaño de embarcarlos para ir a la conquista de la isla de Tenerife, pero en el último momento estos logran evitarlo, rebelándose.
Escultura del faycan de Telde, Tasarte. Obra creada por el artista Luis Arencibia Betancor también autor del Neptuno en el mismo municipio teldense de La playa de Melenara.
El adelantado Alonso Fernández de Lugo que había llegado a Gran Canaria en 1478 junto a Rejón y sus hombres, y que también participara en la Batalla del Guinigüada y en la fundación de la 1ª ciudad Real de Las Palmas, recibe el encargo de los Reyes Católicos de conquistar las dos islas pendientes: La Palma y Tenerife. Con la financiación necesaria en 1492 se dirige primero arriando en sus dominios de Gran Canaria, para hacerse con un ejército (entre ellos muchos naturales isleños), y embarcarse rumbo hacia La Palma.
Por ese entonces, tras 10 años de asedio, se había conquistado el último reducto musulmán hispánico cayendo Granada. Se inicia un periodo de expulsión de los judíos, la unificación lingüística, y además, Cristóbal Colón descubre el territorio americano.
Alonso Fernández de Lugo (1456-1525), caballero de origen andaluz, era familiar del capitán Algaba, rival de Rejón, por lo que lo había apoyado durante los enfrentamientos que tuvieron ambos capitanes, y que acabó con el primero preso. Pero tras el regreso de Rejón en 1480 con más tropas de refuerzo y ejecutar a Algaba y sus partidarios, Lugo acabó siendo desterrado a la isla de El Hierro.
Con la llegada al año siguiente de Pedro de Vera, nombrado capitán de Guerra y Gobernador de la isla, Rejón volvió a ser apresado, aunque vuelve a ser indultado condicionado a que emprendiera la conquista de la isla de La Palma y Tenerife. Rejón, buscando aprovisionamientos, trata primero de desembarcar en la Bahía de las Isletas en Gran Canaria, pero debido a una tormenta no puede arriar, y decide pues, tomar rumbo hacia la isla de La Gomera gobernada por Hernán Peraza ‘El Joven’, hijo de Diego Herrera, y con quien Rejón se había enemistado tiempo atrás a principios del año 1479 cuando había acudido a Lanzarote a pedir provisiones al Señor de la isla Diego García Herrera. Éste se las negó por conflictos que tenía con algunos de los acompañantes de Juan Rejón por litigios sobre la propiedad de las islas conquistadas y a conquistar. Al llegar a La Gomera, y enterado su hijo Peraza, ordena su detención a lo que Rejón se resiste, es entonces cuando acaba en el transcurso de la lucha, muerto atravesado por una lanza, la leyenda asevera que en presencia de su mujer Elvira de Sotomayor.
Mientras tanto, Lugo volvió a ser incorporado en la conquista de la isla de Gran Canaria, comandando exitosamente la toma del noroeste de la isla en 1481 ocupando la zona de Agaete, resistiendo los constantes asedios de los naturales del reino de Gáldar. Recibe la ayuda por mandamiento real, de Hernán Peraza que trae consigo tropas de refresco logrando la captura del rey isleño Tenesor Semidán, y que ello supuso el empujón definitivo de la contienda, obteniendo Fernández de Lugo en recompensa este territorio donde se había hecho fuerte. En el lugar construye ingenios de azúcar residiendo entre 1483-1491, llevando a cabo incursiones, las llamadas “razias”, en Tenerife con ataques sorpresa contra los guanches. El pillaje le supuso una buena fuente de ingresos extra.
Por sus éxitos de campaña los Reyes Católicos le conceden licencia para que capitaneara la conquista de la isla de La Palma, que se inicia en junio de 1492. Empresa que logra en apenas 8 meses, por lo que los Reyes nuevamente satisfechos con su hombre le encomiendan la tarea de emprender la conquista de Tenerife, última isla que se incorporaría al feudo castellano-aragonés.
La isla de La Palma estaba dividida por 12 cantones, y fue una isla que pese a su tamaño opuso gran resistencia a los invasores en el pasado, aunque si se hubieron establecido pequeñas comunas temporales de misioneros evangelizadores europeos llegados en paz, no se habían enfrentado a tropas tan bien pertrechada y con suficiente refuerzo de hombres como la de los castellanos. Desembarcando un 29 de septiembre -día de San Miguel Arcángel-, en la costa occidental de la isla en el enclave de Tazacorte, en su avance no tardan en iniciar un primer contacto con el Cantón de Tedote ubicado por Sta. Cruz de La Palma, pactando acuerdos de paz con los correspondientes tributos, y armonía recíproca. Alonso continúa ganando terreno por el Norte estableciendo los mismos acuerdos pacíficos con los restantes reinos, hasta que se topa con el Cantón de Aceró, gobernado por su rey Tanausú, establecido su dominio en la zona central de la isla, hacia el Parque Nacional de La Caldera de Taburiente, a los que se une otros conatos rebeldes de otros Cantones de la zona central oriental. Todo acaba tras una hábil emboscada con la captura de Tanausú con muchos de los suyos, siendo enviados a Castilla para su posterior venta como esclavos, aunque el caudillo finalmente decidió morir de hambre. La conquista se terminó el 3 de mayo de 1493 fundándose su capital en la zona oriental central costera recibiendo el nombre de Sta. Cruz de La Palma.
Una vez termina la conquista de San Miguel de La Palma, Alonso emprende la farragosa conquista de Tenerife (1494-96), de la que previamente hubo muchos intentos, desde los iniciales constatados en 1464 por Diego García de Herrera cual llegó a tener acuerdos con algunos reinos de la isla para permitir algunos asentamientos estables. Por entonces dominaban nueve reinos desembarcando el conquistador en la costa donde se halla la capital tinerfeña de Sta. Cruz, estableciendo allí a principios de mayo de 1494 su campamento base que denomina Real de Santa Cruz. Cuatro de los reinos asentados hacia el Sur de la isla pactaron con los castellanos (Güímar, Adeje, Abona y Anaga), denominados “Bando de Paz”; mientras que los restantes que se resistieron situados al Norte se los denomina “Bandos de Guerra”.
El líder de la resistencia guanche fue Bencomo del Valle de la Orotava, que los derrotó en una primera gran batalla a finales de mayo aprovechando la orografía en el barranco de Acentejo, llamada La Batalla de Acentejo, teniendo los españoles supervivientes que huir y embarcar hacia Gran Canaria, el propio Fernández de Lugo casi no consigue sobrevivir. Una vez allí tuvo volver a reunir capital suficiente vendiendo gran parte de su patrimonio, tardando unos 6 meses para volver a Tenerife y continuar la Conquista. Así a mediados de noviembre de 1494 con tropas de refresco los conquistadores apoyados también con muchos naturales de la isla de Gran Canaria a la orden de Fernando Guanarteme, emprenden la lucha derrotando a los naturales en La Batalla de La Laguna o Batalla de Aguere, quienes cometieron el error táctico de presentar batalla en campo abierto llano donde se impuso el contingente bien pertrechado de los conquistadores acabando muerto el propio Bencomo, mencey de Taoro, acabando su cabeza cortada y clavada en una pica hasta podrirse. La última gran ofensiva guanche se produce unas seis semanas después, cerca del municipio de La Matanza de Acentejo donde se sucedió la primera gran batalla, el enclave que se llamaría La Victoria de Acentejo, acabando muertos los principales líderes guanches. Contribuyó a la derrota la llegada de una fuerte epidemia pestilente que diezmó considerablemente la población aborigen afectados por la modorra. Enfermedad infecciosa que se caracteriza por malestar, fuertes vómitos, pústulas, y somnolencia profunda.
Estatua del líder mencey Bencomo situada junto a los otros menceyes en la Plaza de la Patrona de Canarias en el municipio de La Candelaria.
En 1496 la isla acabó conquistada e integrada a la corona castellana, y los reyes Católicos premian a Alonso Fernández de Lugo con el título de Adelantado de Canarias y Gobernador de La Palma y Tenerife. Traslada su residencia a San Cristóbal de La Laguna, lugar que es también una de las sedes del Obispado de Canarias. A pesar de que estaba prohibida la esclavización de nativos por orden del papa Eugenio IV desde el año 1434, se procedió a la venta, esclavizando a un buen número de ellos. En 1476 el papa Sixto IV acabó redactando una bula en la que amenazaba con la excomulgación de todos los capitanes o piratas que continuaran esclavizando a los aborígenes cristianos a su paso por el archipiélago canario, y no restauraran la libertad a los cautivos acogidos a la fe cristiana y no respetaran sus bienes. Decir que muchos guanches al igual que pasó con los canarios, optaron por el suicidio en masa antes de ser atrapados. En la iglesia de San Miguel de Almazán, en la provincia de Soria, fueron llevados los últimos menceyes tras rendir pleitesía a los reyes Fernando e Isabel, para ser bautizados al cristianismo. El mencey de Icod de los Vinos consta que fue regalado por los Reyes Católicos al embajador de La República de Venecia.
En 1511 se redacta decretos reales que obligaran a liberar a todos los indígenas cautivos.
El 20 de mayo de 1525 fallece en su residencia el capitán Fernández de Lugo, y se halla enterrado en la catedral de La Laguna. Hubo una estatua del conquistador inaugurada en 1966 en la Plaza de la Esperanza situada en el municipio tinerfeño de El Rosario con ocasión de la visita del ministro del régimen franquista Manuel Fraga Iribarne, pero fue decapitada el 23 de mayo de 1977 por el movimiento independentista MPAIAC que dirigía Antonio Cubillo. La estatua no se ha vuelto a reponer.
El personaje es ciertamente controvertido pero no hay que olvidar que corresponde al contexto histórico de entonces. El historiador académico tinerfeño Antonio Rumeu de Armas (n. 1912- m. 2006), lo define de la siguiente manera:
“Alonso de Lugo no es mejor ni peor que otros conquistadores de la tierra. Tiene virtudes de unos y defectos de otros y viceversa. Su retrato podría ser éste: Valiente hasta rayar en la temeridad; es decir, más esforzado que buen capitán, mejor soldado que estratega —ello explica algunos de sus fracasos—; ambicioso, y como tal, andariego e inquieto; rebelde unas veces, sumiso y obediente otras, según las circunstancias. En fin, hábil, mañoso, interesado, con pocos escrúpulos, arbitrario, despótico, gran protector de su linaje, y en extremo devoto de los santos. Es el modelo de los conquistadores de todas las épocas, con todas las virtudes y vicios inherentes al cargo…”.
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