La primera de las leyendas se sucede en el municipio de Tijarafe situado al Noroeste de la isla. Tijarafe (Tixarafe) es un topónimo de origen aborigen que viene a significar "Lugar de sombra y aire fresco". Del municipio destaca el enclave portuario denominado Porís de Candelaria (porís es de origen portugués y significa puertito); Un curioso puerto natural enclavado dentro de una cueva, y donde todavía existe un pequeño pueblo de marineros, muchas de las viviendas, bajo el refugio de la sorprendente bóveda, son casas-cuevas y algunas muy antiguas. El camino para acceder a la zona fue construido en 1921. Muy cerca se halla una playa popular, la llamada Playa de El Jurado, a la que se accede a través de un sendero dejando atrás la ermita de El Buen Jesús (ermita construida hacia 1584 y declarada Bien de Interés Cultural en 1994), y al fondo del barranco, de también interés cultural, se halla el llamado Pozo del Jurado. También de interés paisajista es la ruta para la práctica de senderismo del Barranco del Jurado, que recibe su nombre por los numerosos agujeros naturales producidos por la erosión en sus laderas.
Durante las incursiones de piratas entre los siglos XVI y XVII, no tan sólo para saquear sino en busca de esclavos, se cuenta que muchos pescadores seguidos por otras naves, se refugiaban en la Cueva Bonita de Tijarafe; una gruta volcánica originaria de un tubo volcánico, ubicada entre La Playa de El Jurado, y El Puerto de Tazacorte. Es un lugar solo accesible desde el mar con dos entradas donde fluye el mar y suficientemente grande para caber una embarcación pequeña, por lo que se metían en su interior logrando despistar a sus perseguidores saliendo por la otra salida. Testimonio de esta época es el topónimo de Punta del Moro, por donde se ubica hoy en día El Faro de Punta Lava (Tazacorte).
Un camino real con historia es el de Amagar, que une Tijarafe con Los Llanos de Aridane, del que nace la leyenda de La Luz del Time y que existen varias versiones: La primera narra que su inicio se pierde en el tiempo cuando un grupo de peregrinos, que descendían por el camino real que llevaba hasta el Pto. de Tazacorte, los sorprendió la llegada de la noche (sin luna), y decidieron iluminarse utilizando las maderas de algunas de las cruces que señalaban la vereda, antiguamente se colocaban a lo largo de los diferentes caminos reales cruces que además de señalar el sendero, se tenía la creencia que protegía de apariciones demoníacas manteniendo a ralla el mal. Por ello se cuenta que por la acción de arrancar las cruces, fueron condenados a vagar eternamente en bucle, y por ello aparecen sus luces durante las noches sin luna tratando de hallar el camino y salir de la oscuridad.
Pero otra leyenda más extendida, declara que el origen del mito se inicia con una madre acompañada con un niño pequeño muy enfermo, que marchaban camino del Santuario de las Angustias en busca de sanarlo, cuales al ir descendiendo por la vereda el fuerte viento y la lluvia apaga el único farol que portaban, quedando en la oscuridad más absoluta, pero entonces se encuentran de lleno en medio del camino, con un madero de pino de tea en forma de cruz. La mujer muy angustiada, decidida la arranca y destroza haciendo una antorcha, consiguiendo encenderla, quedando gratamente sorprendida por la cantidad de luz que produce pudiendo reanudar el camino bien iluminado y llegar a su destino. El niño recuperó su salud y noches mas tarde, quiso a modo de promesa, reponer con una nueva cruz, a la que arrancó de su lugar, y se cuenta que cuando comenzó a bajar la vereda se topó con una luz deslumbrante en forma de cruz que la hizo arrodillarse, a la vez que escuchaba la voz dulce de la que identificó como La Virgen de las Angustias, diciendo que su promesa estaba cumplida, y encomendándola a que vaya en paz. Desde entonces existen testigos que aseguran que ciertas noches sin luna se puede ver en las laderas de Amagar un fulgor, La Luz del Time, a la espera de servir de guía a caminantes desamparados. Time viene a significa en habla aborigen “Risco alto”, en la actualidad, allí en la cima del camino de la herradura, se halla una cruz junto a dos palos de madera, aguardando por si llegara algún caminante buscando auxilio.
La ermita del Santuario de Nuestra Sra. de Las Angustias en el municipio palmero de Los Llanos de Aridane, en su interior se halla una famosa escultura de La Virgen que representa a La Piedad. La talla de unos 100 centímetros de altura, y de estilo flamenco tallada en madera policromada se representa con su hijo Jesús muerto en sus brazos. La imagen data de entre los años 1515-1522.
En el municipio de Puntallana situado al lado contrario de Tijarafe, al noreste de la isla de La Palma, se halla en El Mirador de San Bartolo el monumento de El Salto del Enamorado: La leyenda se sucede en el barrio de La Galga, y trata sobre un pastor, que enamorado perdidamente de una joven doncella la pretende día tras día, un amor que ella no corresponde y por lo cual llega a hastiarse de su continua insistencia. Un día decide ponerlo a prueba pactando que si era capaz de dar tres vueltas con una lanza a pies de un acantilado, le concedería su amor. El pastor aceptó entusiasta el reto, y en la primera vuelta gritó: ¡En el nombre de Dios! En la segunda dijo: ¡En el nombre de La Virgen! Pero cuando daba la tercera exclamando: ¡En el nombre de mi amada, que ya la tengo ganada!, acaba perdiendo el equilibrio, y cae al vacío.
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