miércoles, 17 de junio de 2020

2ª PARTE: Similitudes entre tres tiranos históricos: Lósif Stalin (1878 -1953), Mao Tse-Tung (1893 -1976), y Adolf Hitler (1889 -1945).

No fueron los únicos dictadores sanguinarios que tuvieron en sus manos el poder para mandar a ejecutar a miles de personas. Existe un listado de una lista de 10 dictadores, considerados los más despiadados genocidas del siglo XX.
Nombrados de mayor a menor en el ranking de número de muertes, el orden sería el siguiente:
  1. MAO ZEDONG (China 1949 -1976): Estimado en 78 millones de personas.
  2. JOSEF STALIN  (URSS 1922-1953): Estimado en 23 millones de personas.
  3. ADOLF HITLER (Alemania 1934-1945): Estimado en 17 millones de personas.
  4. LEOPOLDO II (Bélgica 1865-1909): Estimado de provocar en el Congo (1885-1908), aproximadamente 10 millones de muertes.
  5. HIDEKI TOJO (Japón 1941-1944): Estimado en 5 millones de personas (Este fulano se dio prisa en asesinar cuantos pudo).
  6. ISMAEL ENVER PASHA (Turquía 1913-1918): Estimado en 2,5 millones de personas.
  7. Saloth Sar, más conocido por POL POT (Camboya 1963-1981): Estimado en 1,7 millón de personas.
  8. KIM II-SUNG (Corea del Norte 1948-1994): Se calcula que su régimen mató a unos 1,6 millón de personas. 
  9. MENGISTU HAILE MARIAM (Etiopía 1974-1991): Estimado en 1,5 millón de personas.
  10. YAKUBU GOWON (Nigeria 1966-1975): Estimado en 1,1 millón de personas.
En esta lista queda por añadir los antagónicos sucesivos líderes de las dos principales potencias: EEUU y la actual Rusia. De este siglo XXI destaca GeorgeW. Bush (2001-2009) que en su cruzada contra el terrorismo apoyado por algunos países miembros de la OTAN, lo llevó a incendiar Oriente Medio invadiendo países como Irak y Afganistán provocando millares de muertos tras los atentados del 11 de septiembre del 2001. Estas guerras serían el preludio de la llamada Las Primaveras árabes (2010-2012), con mayor escalada de violencia y aumento del radicalismo, y que abrió el frente de guerra civil en Siria comenzando en el 2011 y que EEUU centró su lucha contra el llamado y cada vez mas poderoso Estado islámico.

En esta guerra sucia contra el terrorismo tampoco se queda atrás la madre Rusia de Vladimir Putin, antiguo espía de la KGB llegando al poder desde el año 2000 tras el mandato de Yeltsin, en su currículo figuraba haber reprimido con éxito en 1999 la insurgencia del territorio de Chechenia. Desde entonces inició duras campañas bélicas contra Georgia (2008) y anexiona en el 2014 a Crimea arrebatándosela a Ucrania (antigua provincia de URSS). Putin, considerado el nuevo Zar de Rusia, ha intervenido en la guerra silenciosa contra EEUU apoyando por ejemplo a países como Venezuela y Cuba, e interviniendo más descaradamente que EEUU en la guerra civil de Siria en el 2015 apoyando la presidencia del controvertido Bashar Al Asad.



El último a pasar a describir de estos oscuros personajes del pasado siglo XX es Adolf Hitler. Nombrado canciller accedió al poder hacia el año 1933. Liquidó las instituciones democráticas de la república e instauró una dictadura de partido único llamado Partido Nacional-Socialista (abrev. de partido “Nazi”). Reprimió brutalmente toda oposición e impulsó un formidable aparato propagandístico al servicio de sus ideas: superioridad de la raza aria, exaltación nacionalista, anticomunismo y antisemitismo. Y sobre todo militarismo de revancha con aires imperialistas. La autoproclamación de Führer no es sinónimo de dictador, sino se empleaba en la Alemania de antaño para designar a un jefe principal, o líder carismático, pero que desde entonces quedaría relacionado con la figura de Hitler. 
Hitler había cursado estudios básicos. No se le daba mal pintar óleos y acuarelas, tratando de subsistir de éste medio en Munich (1907-13). Con la llegada de La 1ª Guerra Mundial (1913-1919), se incorporó a filas donde llegó a ascender a “Cabo” resultando heroicamente herido dos veces (1916-1918), y recibiendo varias medallas al mérito. Por otro lado iba creciendo en él una ira consumada hacia lo foráneo, ya gestada en su vida de artista malviviendo por las calles poniendo el énfasis en los judíos. 
Hitler es el primero del lado derecho de la imagen, el del bigote espeso.
Hitler no se tomó nada bien el que Alemania perdiera la llamada Gran Guerra, acusando a los políticos de de haber traicionado a la nación de haber aceptado las humillantes condiciones de paz del Tratado de Versalles (1918). 

Orador innato con vocación, ingresó en un pequeño partido ultraderechista, del que pronto se convertiría en dirigente principal, cual acabaría llamándose Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). En 1923 sería su primer intento de tomar el poder apoyándose en milicias armadas “Las Camisas Pardas (o Negras)”. En esta época imperaba una gran crisis económica y sus discursos demagógicos calaban en una población oprimida por la desesperación de las carencias más básicas, también se cernía la amenaza comunista de la antigua Unión Soviética. 
Fue detenido y tras el juicio pasaría en la cárcel un año y medio. Tiempo que aprovechó para plasmar sus ideas políticas extremistas en un libro que tituló Mi lucha y que diseñaba a modo de programa político las líneas de su actuación posterior (1925). También se conoce que llegó a escribir otro manuscrito sobre su afán imperialista una vez llegado al poder, pero no acabó por editarse. 


Hábilmente arropado ganado peso electoral, logró en 1933 que el entonces presidente Hindenburg, muy mayor y aquejado de muchos problemas de salud, lo nombrara Jefe del gobierno, a pesar de ser contrario a sus ideales. Desde la Cancillería, Hitler destruyó el régimen constitucional y lo sustituyó por una dictadura de partido único basada en su poder personal. Se iniciaba así el llamado Tercer Reich (el Tercer Imperio alemán, tras el Sacro Imperio Romano-Germánico y el Imperio de 1871, desaparecido con La 1ª Guerra Mundial).

Hitler saluda al Presidente de la República alemana Paul Von Hindenburg (1933).
Hindenburg finalmente lo declara Canciller mientras mira para otro lado incapaz de frenar la violencia de las casacas pardas y juventudes nazis. Al poco el viejo general monárquico muere gravemente enfermo. Hitler se hace nombrar “Caudillo de Alemania”, y se produce la sangrienta represión contra la clase política opositora a su régimen, y la purga de las propias filas nazis durante la Operación Colibrí, más conocida como la «Noche de los Cuchillos Largos» (1934), -en realidad fueron dos noches del 30 de junio al 2 de julio-, desmantelando gran parte de la S.A. (camisas pardas), ejecutándose a su líder el controvertido Ernst Röhm. Instaura el control policial total de la sociedad contra cualquier intelectual que disintiese del nuevo régimen, mientras que la persecución contra los judíos, iniciada con las racistas Leyes de Núremberg (1935), que negaban todos los derechos de estos ciudadanos, conduciría al exterminio sistemático de los judíos europeos a partir de 1939 en la llamada «Solución Final».
Hitler con Benito Mussolini.
Empezó el afán de imperialismo históricamente perdido. Se alineó con la dictadura fascista de Benito Mussolini con la que intervino en auxilio de Franco en la Guerra Civil española (1936-39). Se alineó con Japón en una alianza antisoviética (1936) hasta formar el Eje Berlín-Roma-Tokyo (1937). 

Reactivó la industria más destinada a la armamentística, con la que redujo el paro considerablemente acabando prácticamente con la crisis económica. Hay que considerar que se quedaron con todas las propiedades y bienes de los apresados que fueron procesados y ejecutados. Reclamó los territorios de habla alemana como la anexión de Austria (1938). Y comenzó la larga ocupación de hacerse con Europa invadiendo seguidamente a Checoslovaquia separándola en dos en un protectorado, rompiendo con los tratados de las Naciones Unidas. Continuó en su afán ocupando el territorio de Memel en Lituania (1939). Seguiría Polonia, e inició la guerra con Francia y Gran Bretaña que reaccionaron dando lugar a la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Adolf Hitler había preparado sus fuerzas para esta gran confrontación, que según él habría de permitir la expansión de Alemania hasta lograr la hegemonía mundial.
Expansión Nazi entre 1939-41. La Francia de Vichy fue un régimen político instaurado entre 1940-44 por el mariscal (general) francés Philippe Pétain que tras la firma del armisticio con Alemania se convierte en un gobierno títere nazi.
En un principio de sus años de guerra obtuvo brillantes victorias, mediante una «guerra relámpago»: ocupó Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Yugoslavia y Grecia (mientras que Italia, España, Hungría, Rumania, Bulgaria y Finlandia eran sus aliadas, y países como Suecia y Suiza declaraban una neutralidad benévola). 
Gran Bretaña al mando de Winston Churchill fue el único país de la discordia en resistir a su guerra relámpago (1940-1). Pero obtuvo éxitos en la invasión de Rusia (1941), su archienemigo el comunismo, principal rival cuando pugnaba para tomar el poder de Alemania. Con el proyecto soñador de someter aquel inmenso territorio y sumarlo a su Imperio.

Pero a partir de la Batalla de Stalingrado (1943) cual salió derrotado obstinado en tomar la ciudad en vez de haber ocupado Moscú como era el objetivo inicial, el curso de la guerra se invirtió y las fuerzas soviéticas comenzaron una contraofensiva que no se detendría hasta tomar Berlín en 1945; simultáneamente, se reabrió el frente occidental con el aporte masivo en hombres y armas procedente de Estados Unidos (involucrados en la guerra desde 1941 tras el ataque por parte de los nipones a la base de Pearl Harbour de Hawai), que permitió el desembarco de Normandía (1944).

Mientras muchos de sus colaboradores huían, a excepción de los más fieles generales, Hitler prefirió el suicidio a la rendición suicidándose junto a su mujer Eva Braun en el búnker de la Cancillería donde se había refugiado, pocos días después de la entrada de los rusos en Berlín (1945). La batalla en Berlín fue muy cruenta ya que Hitler había ordenado presentar batalla sin cuartel y el ejército rojo avanzó lentamente. Los contingentes rusos a su paso se desquitaron con el enemigo violando a miles de mujeres alemanas no respetando ni la edad sin hacer excepciones entre mujeres y ancianas. Cuando era eminente la entrada al refugio el Füher se descerrajó un tiro en la cabeza mientras su mujer se envenenaba con cianuro. Acto seguido según sus órdenes expresas fueron rociados con gasolina y quemados por un ayudante como parte del plan que le encomendara. 

Aunque recientes investigaciones han puesto entre dudas la veracidad oficial de esta parte de la historia, y han surgido todo tipo de especulaciones una vez se han abierto públicamente el sumario de archivos rusos sobre los acontecimientos y se han podido analizar más con detalle los restos óseos que se habían llevado el Ejército Rojo, y que a modo de trofeo macabro se exponía en Moscú. Parece ser que los cráneos supuestos de Hitler y Braun no coinciden con los que deberían ser los auténticos en cuestiones tan fundamentales como el sexo y la edad. Aparte de que el oscurantismo de aquella época de Stalin sobre lo sucedido ayudara a acrecentar las dudas de lo que pasara realmente. 
A pesar de que posteriores análisis de sus restos hacia el 2017 corroboran -aunque fueron pocos los dientes conservados-, que los restos corresponden al Führer. Pero pese a ello muchos investigadores aún conservan dudas puesto que consideran poco sólida las pruebas, por ello se han sugerido un sinfín de hipótesis cada cual más descabelladas sobre si Hitler lograra escapar o no, y como lo resolvió. Una de ellas se trata de un supuesto túnel de vía de metro descubierto bajo la ciudad de Berlín, que podría haber conectado con el bunker del dictador, y que sería usado como medio de escape para llegar al aeropuerto en donde lo esperaba fletado un avión para llevarlo rumbo a Argentina. También otras teorías más expeditivas afirman que pudo haber sido trasladado a bordo de un submarino a una base naval secreta ubicada en el Ártico, de la cual se han hallado pruebas de que un comando de nazis pasaron un periodo indeterminado en una estación ubicada al sur de Groenlandia desde el año 1943, pero que se abandonó hacia el verano de 1944. Oficialmente la base se ocupaba de recopilar datos meteorológicos.


Otro rumor popular sugiere que el Führer pudo haber escapado junto con su amante de incognito ayudado por el gobierno español, subiendo a uno de sus submarinos secretos ideados a tal fin, junto a otros jerarcas nazis rumbo hacia Argentina. Incluso se dice que hizo escala en las Islas Canarias, concretamente en Tenerife, aunque también se señala a Gran Canaria, afirmándose que allí los nazis disponían de una base. Decir que el periplo de la travesía con la ambigua tecnología de entonces hace al relato poco creíble, sobre todo con la testada débil salud de Hitler. Mención especial merece su médico personal Theodor Morell; un prestigioso y a la vez controvertido médico homeópata innovador en sus tratamientos médicos para restablecer la salud y la energía tanto física como mental del paciente, y que usó al Führer como cobaya experimentando en él un gran abanico de drogas con fines terapéuticos y revitalizantes.


El doctor y Hitler se conocieron en una gala de la alta sociedad hacia 1936. Al dictador le habían llegado noticias de sus éxitos curando diversas patologías sobre todo de carácter venéreas, y se acercó a éste comentándole si conocía un remedio para una dolencia estomacal que padecía desde hace algún tiempo. Morell sometió a Hitler a un novedoso preparado compuesto principalmente de vitaminas concentradas y las ahora populares ‘bacterias E. coli’ presente en muchos yogures. Hitler se recuperó al poco tiempo y tal fue su agrado que lo nombró su médico personal de confianza a tiempo exclusivo. Hitler en realidad tenía una constitución muy precaria; se cuenta que padecía de la enfermedad del ‘Síndrome del intestino irritable’, flatulencias, y serios problemas dentales con halitosis. Morell experto en estimulantes e investigador de vanguardia en éste tipo de drogas supo ganarse el respeto del Führer, para que en su alocada agenda siempre pudiera dar una imagen de un hombre fuerte, rebosante de vitalidad, y mente siempre despierta. Comenzando a suministrar a su jefe a medida que se precipitaba sus jornadas maratonianas de trabajo, gran cantidad de drogas metanfetaminas mezcladas con vitaminas. Pronto le fue variando la gran cantidad de drogas necesarias para resistir las continuas e intensas veladas con los diferentes mandos, las participaciones públicas, y poder estar en todos los sitios a la vez. Convertido en un verdadero ‘yonkie’ llegó a usar desde morfina, heroína, testosterona a base de semen de toro, sedantes (para poder conciliar el sueño), e incluso se cuenta que llegó a usar además de sanguijuelas para las migrañas, inyectarse heces en la sangre de personas sanas para sus problemas de intestino. No hay que decir que su salud gradualmente fue mermándose y debido a su cada vez mayor tolerancia a las drogas, tenía mayor ansiedad y necesitaba nuevas combinaciones y brebajes con dosis cada vez más altas. Se dice que se inyectaba tanta droga que apenas tenía ya venas sanas donde hacerlo… Según se documenta sufría de temblores incontrolados a lo que se sumaba un progresivo deterioro de sus facultades motoras y cognitivas en general, lo cual todo indica según los expertos que en los últimos estadios de su vida estaba aquejado de la enfermedad de Parkinson. 


Comentar también que no todos los nazis fueron malvados psicópatas, aunque existen controversias por ejemplo con la figura del general condecorado Erwin Rommel (1891-1944), apodado el ‘Zorro del Desierto’. Considerado uno de los comandantes más brillantes de la historia moderna previamente por sus éxitos en 1940 las campañas francesas pero consiguiendo destacar y reconocido internacionalmente por medio de sus hazañas al mando del Afrika Korps. Escuadrón militar que fue destinado al norte de África en 1941 llegando como refuerzo para las tropas italianas, que estaban siendo diezmadas por los británicos en las zonas de Libia y Egipto. Las tropas de Rommel aun siendo inferiores numéricamente organizaron una serie de estrategias militares basadas en la rapidez logística de su ejército, que consiguió derrotar a los británicos sin tregua batalla tras batalla. Uno de los principales objetivos era hacerse con el control del Canal de Suez para cortar los suministros y especialmente del acceso al petroleo del Imperio Británico. Sin embargo hacia 1943 Rommel ya no pudo contener los intensivos contraataques conjuntos de los Aliados y fue evacuado cayendo enfermo. Poco tiempo después los nazis tuvieron que desistir de sus posiciones en territorio africano. Luego sería destinado a Francia para contener a las tropas enemigas del desembarco aliado en Normandía, pero entraron en conflicto diversidad de criterios de planteamientos de cómo afrontar la batalla, no se siguió su consejo, y las tropas aliadas no pudieron ser detenidas en su avance. Su leyenda de héroe también se alimentó por formar parte del complot en 1944 para acabar con la vida del Führer cual por supuesto no obtuvo éxito por poco, pero que por ello pagó como precio pactar su suicidio con la promesa de que se perdonara a su familia.


Otro nazi a destacar pero por su labor humana fue un comerciante diplomático admirador de Hitler y miembro del partido nazi desde 1934 llamado John Heinrich Rabe (1882-1950). 
Por su relación laboral con la empresa Siemens, se había trasladado desde el año 1931 a la sede establecida en China como representante de la empresa ubicada en la ciudad de Nankín, por entonces capital de China. En diciembre de 1937 se sucede el ataque japonés ocupando las tropas la ciudad. La toma de la capital fue una verdadera carnicería en donde se estima que se asesinaron en unos 42 días a más de 200.000 civiles. Con ejecuciones en masa, saqueos, incendios, personas quemadas y enterradas vivas, decapitaciones a golpe de katana, mutilaciones y violaciones sistemáticas de mujeres y niños. La barbarie llegó al punto de haber competiciones entre oficiales japoneses para ver quien asesinaba primero a 100 chinos. En la localidad convivían numerosos extranjeros ligados al comercio con numerosos intereses de empresas multinacionales, así como diferentes comunidades de misioneros. Pero casi la totalidad de ellos huyeron y evacuaron la ciudad, excepto algunos pocos, entre ellos John Rabe que quedó horrorizado por tales atrocidades y decidió quedarse allí para dirigir y organizar junto con el resto de los otros extranjeros, una zona de exclusión de seguridad diplomática, de 2x2 Km, que se denominó Comité Internacional para la Zona de Seguridad de Nankín. Desde allí logró acoger a numerosa población china e incluso en su propio terreno, pero sus esfuerzos fueron en balde porque fue obligado a abandonar Nankín en febrero de 1938. Solicitó ayuda escribiendo al propio Führer creyendo que lo ayudaría ante esta locura de violencia desatada, pero su sorpresa fue que es detenido por la Gestapo, acusado de entorpecer la política nacional y tras un breve encarcelamiento lo sueltan pero destruyendo todas sus pruebas fotográficas. Japón había hecho un pacto de alianza tripartito con Alemania en 1936. Dejó para la posteridad un diario como muestra de la barbarie acaecida en su estancia en China, y tras caer en desgracia murió en la miseria absoluta, como una víctima más de la guerra, en Berlín.

Otras huellas del terror nazi fueron los tan renombrados campos de concentración. A cuales en condiciones inhumanas hacinados en los llamados Trenes de la Muerte, llevaban al exterminio o a trabajar sin descanso, a miles de presos desahuciados de todos sus derechos de dignidad en pésimas condiciones de insalubridad y falta de alimentos. Además una parte de ellos sirvieron para aberrantes experimentos científicos. Los campos acogían principalmente judíos, pero también se nutrieron de opositores políticos (como republicanos españoles deportados), grupos étnicos o religiosos específicos, personas de una determinada orientación sexual, prisioneros de guerra, y discapacitados tanto físicos como psíquicos. 

Los campos de concentración surgieron desde el mismo momento de la llegada al poder de Hitler en 1933, en principio custodiados por las secciones de asalto (S.A.), pero que hacia el año siguiente la regentaría la S.S., el cuerpo especial de protección y combate del Führer. Debido a la cantidad de gente llevada a ellos a los que no habían podido exiliar, ni tiempo para ser fusilada por el camino, se tuvieron que abrir muchos campos y crear ramificaciones especializadas para regentarlas dividiéndose en 5 grandes unidades a partir de 1939 cuando ya eran llevados en masas y se deportaban por distintos países. También a sus presos los identificaban con variados distintivos para hacer más fácil su clasificación. Así los que portaban una estrella amarilla referida a la estrella de David eran judíos, al restante de presos se los marcaban con triángulos de colores según perteneciera a una u otra condición. Con el decreto de la Solución Final para llevar a cabo una forma de exterminio eficaz masivo en campos para tal fin hacia 1941 se idea el uso de simuladas duchas que eran en realidad cámaras de gas.

Entre las principales brigadas conocidas popularmente destacó la temida Gestapo, unidades de policía secreta y de espionaje creadas hacia 1936 cuales se encargaban de investigar e interrogar a toda persona que considerara enemiga del estado. Su poder estaba al margen de la legalidad y podían impunemente torturar a los presos para conseguir información o que confesaran. 
Otras unidades de mala fama fue las unidades especiales de la 3ª división de la S.S., los ‘Totenkopf’ (los calaveras), cuales llevaban los distintivos de una calavera negra encima de su gorra y en la solapa. Cuales en origen fueron guardianes de los campos de concentración, y que desde 1939 además también fueron enviados primero como fuerzas de combate en las campañas contra Polonia para acabar con los flecos de resistencia, continuando su apoyo en sucesivas contiendas militares en los países ocupados, y durante toda la guerra.


De los más de 71 campos de concentración esparcidos por Europa estaban por ejemplo: Auschwitz (Polonia), Treblinka (Polonia), Buchenwald (Alemania), Westerbork (Holanda), Sachsenhausen (Alemania), Stutthof (Holanda), etc…


Añadir que el gobierno de Stalin tenían sus campos de concentración, análogos, en condiciones penosas y de extrema crueldad al de los alemanes. Se denominaban Gulag; acrónimo de Dirección General de Campos de Trabajo, que llego a ser un gran motor de la economía rusa gracias a su mano de obra gratis, y a los que iba a parar no sólo presos políticos sino también judíos. De hecho a ellos fueron a parar judíos fugados de los campos de los nazis que en su huida equivocada dirección al este, acabaron siendo apresados por el ejército rojo. Campos de trabajos forzados donde los presos no duraban muchos reventados y que continuaron activos hasta después de la muerte de Stalin en 1953, desmantelándose definitivamente hacia el año 1960.
También los japoneses además de los severos genocidios y violaciones que cometieron en China y Corea (1937-45). Tuvieron a semejanza de los nazis sus duros campos de concentración en donde cometían toda clase de barbarie y atrocidades con los prisioneros que además de coreanos y chinos, se nutría de extranjeros capturados. También los sometieron a experimentos médicos y aberraciones. 
Decir que también fueron importante los campos de concentración que EEUU mantuvo desde los años 1942 al 1948 al oeste del país principalmente en zonas de California y Arizona, para confinar mayoritariamente a millares de presos japoneses la mayoría proveniente de Hispanoamérica, medida tomada tras sucederse el ataque japonés a la base norteamericana del Pacífico Pearl Harbor.

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