sábado, 4 de julio de 2009

"El doctor Livingstone, supongo" (David Livingstone n.1813 - m.1873)



Frase muy popular que dijo Henry Stanley, un periodista estadounidense cuando al fin halló a David Livingstone en una adea perdida de Ujiji, junto al lago Tanganika hacia noviembre de 1871, ya que había desaparecido desde 1866. Livingstone, un referente en el mundo de los grandes exploradores, viajó casi 50.000 Km cartografiando vastas regiones desconocidas de a mediados del siglo XIX, con descubrimientos como las cataratas de Victoria, el Lago Nyasa, además de otros muchos ríos.




El doctor Livingstone cruzó África como misionero para tratar de abolir la trata de esclavos, cual persistió hasta finales del siglo XIX, a la vez que las potencias europeas se adueñaban de la mayor parte de África. Los esclavos que capturaban tierra adentro iban cargados de cadenas durante fatigosas y largas marchas hasta la costa.
David nació en Escocia con unos padres muy religiosos que transmitieron a sus hijos la pasión por la Biblia. Fue muy humilde y con 10 años ya trabajaba de sol a sol en una fábrica textil para ayudar a sustentar a su familia, a la vez que estudiaba. Le gustaba dar largos paseos, pescar y excursiones. Admiraba la labor de los misioneros y se preparó para ser médico y misionero. Aunque en un principio le intrigaba la gigante China, se decantó por la misteriosa Africa con millones de aldeas sin evangelizar. Además en China se había desencadenado un periodo interminable de guerras. Así el 17 de noviembre de 1840 se embarcó desde Glasgow a Río de Janeiro y luego a Ciudad del Cabo en África, viaje que duró unos tres meses. A bordo aprendió a usar el sextante, a saber exactamente la posición del barco, y orientarse observando la luna y las estrellas, conocimiento último muy valioso para emprender sus viajes de exploración.
Desde Ciudad del Cabo viajó durante dos meses recorriendo unos 1.058 km, hasta Curumá (Kuruman), debiendo aguardar al regreso del misionero que además era su suegro, Robert Moffat (primer traductor de la Biblia en la lengua africana nativa bantú). Se dedicó a aprender la lengua y las costumbres indígenas viviendo entre ellos. Pero quizo establecerse en un lugar mas al Norte -a unos 300 km-, alejado de cualquier otra zona de obra misionera con la tarea de evangelizar a nuevos pueblos. Comenzó a extenderse su fama de médico, y se hizo con una clientela enorme de pacientes que recorrían enormes distancias para recibir tratamiento médico.


Mientras viajaba trazó mapas de los ríos y las sierras de los territorios. En una carta a un amigo suyo le confiesa que había descubierto 32 clases de raíces comestibles, y 43 especies de árboles y arbustos frutales. Desde un punto que alcanzaría en estos viajes estuvo muy cerca de llegar al gran Lago Ngami, cual descubrió siete años más tarde.


Establecido en el valle de Mabotsa tuvo lugar un encontronazo con un león, que se lanzó en salto alcanzándolo en el hombro derribándolo, y rodando ambos por el suelo. Por fortuna fue salvado por un indígena que plantó cara al felino con una lanza. Después del ataque su hombro desgarrado no se curó nunca bien, y lo incapacitó para apuntar con un rifle o llevarse la mano a la cabeza, sin sentir fuertes dolores.
Se casó en 1845 en Kuruman con Mary Moffat, hija de Robert Moffat, y fruto del matrimonio tuvieron 4 hijos.

Viajando durante muchos días llegó hasta el río Zouga, los indígenas lo informan que el naciente se hallaba en una tierra de grandes ríos y bosques. Livingstone pretendió encontrar una vía fluvial para que otros misioneros pudieran llegar a penetrar al interior del Continente llevando el mensaje de Cristo.
El 1 de agosto de 1849 llegaron hasta el Lago Ngami; tan grande y largo que no se podía divisar la orilla contraria. Al igual que fue el primer blanco en cruzar ese año el desierto de Kalahari. Una vez comunica el descubrimiento a la Real Sociedad Geográfica le concedió una recompensa de 25 guineas.
Se mudó debido a la falta de agua a Colobeng, siendo su última y tercera residencia. En ello le llegó  rumores de un inmenso lago que se encontraba más allá del desierto de Calari, y puesto que continuaba la perenne sequía, se decidió por buscar otro sitio mas adecuado para establecer la misión. Estaba convencido de que el interior de África no era un enorme desierto como todo el mundo suponía, por lo que decide atravesar el gran desierto Calari acompañado del guía del grupo Rometobi, cual sabía subsistir en el desierto cavando con las manos y chupando el agua de debajo de la arena mediante una caña.
Unos meses después inició un nuevo viaje al lago Ngami llevando a su familia, pero por el camino sus hijos fueron atacados por la fiebre y tuvo que regresar. Una hija nació muerta debido a la alta fiebre.
En 1851 en compañía nuevamente de su esposa Mary e hijos, pasando mil penalidades descubrió el río mayor de África Oriental, el Zambeze, río del que nadie del mundo civilizado había oído hablar.




Permitió a su esposa regresar a Inglaterra mientras él continuaba sus exploraciones. Tuvo multitud de problemas con los bóer holandeses que invadían territorio robando tierras a los indígenas y sometiéndolos a la esclavitud. Livingstone llevó al resto de su familia a Ciudad del Cabo para que sean embarcados rumbo a Inglaterra, quedando apenado pero proponiéndose la meta de socorrer a las tribus del interior de África, y lograr comunicación entre los territorios Barotse (situado en la parte occidental de Zambia), y Ciudad del Cabo, e influir a las autoridades contra el vergonzoso tráfico de esclavos. Concurría noviembre de 1853, y mayo de 1856, cuando atraviesa en ida y vuelta el continente africano desde la desembocadura del río Zambeze hasta San Pablo de Luanda, llegando endeble y enfermo, pero siendo el primer blanco capaz de lograr tal hazaña. Fueron mas de 6.000 km de territorio inexplorado. Allí, entre las fronteras de Zambia y Zimbabue, descubre en 1855 las famosas Cataratas Victoria, a la que pone el nombre de la reina de Gran Bretaña de por ese entonces.



En 1862 viajó por última vez con su esposa que resulta muerta por las fiebres ese mismo año. Después de su entierro Livingstone afirmó: "Lloré por Mary porque mereció todas mis lágrimas. La amaba cuando me casé con ella, y siempre la llevaré en mi corazón".
En 1865 escribió el libro: Relato de una expedición al Zambeze y sus afluentes, y del descubrimiento de los lagos Shirwa y Nyassa. 1858-1864. En el cual condenaba al comercio de esclavos.
Fue al Norte de África hasta donde ningún misionero había llegado azotado por las fiebres y contrayendo diversas enfermedades, pero con la intención de continuar explorando para abrir camino para los misioneros que vayan detrás suyo.
En 1869 descubriría el lago Moero (situados en la frontera entre Zambia y a República Democrática del Congo), y el lago Bangweulu (en Zambia), poco después llegó al lago Tanganica siendo el segundo lago más grande del mundo en volumen, pero que ya había sido descubierto por los ingleses Richard Francis Burton y John Speke en 1858, quienes buscaban las fuentes del río Nilo.



En 1870 descubre el río Lualaba (perteneciente al río Congo o Zaire), y tras pasar un calvario llega al poblado Ujiji (Tanzania), lugar donde al fin lo halla -ya que había gran preocupación internacional por su paradero-, el periodista Henry Morton Stanley que trabajaba para el periódico norteamericano The New York Herald y había aceptado la misión de localizarlo, hallándolo muy enfermo y desnutrido.
El Dr. Livingstone moriría en Chitambo (Zambia), hacia el 30 de abril de 1873. Fue hallado reclinado muerto de rodillas sobre un árbol, probablemente orando. Como homenaje y agradecimiento, el pueblo de Chitambo enterró su corazón a pie del árbol donde lo encontraron. Su cuerpo y sus escazas pertenencias (documentos y mapas), fueron trasladados a su patria en Inglaterra, en donde fue sepultado en la abadía de Westminster en el centro de Londres.

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