La duquesa de Alba (Cayetana), ha exigido que se tomaran medidas cautelares contra la publicación en la citada revista de humor satírico, donde aparece caricaturizada desnuda acostada y tapándose sobre billetes con el título Braguetazo grande de España. La portada está obviamente inspirada en la película estadounidense American Beauty (1999) multitudinariamente premiada y que recibió la estatuilla del óscar a la mejor película. Las diligencias han sido denegada, pero según los abogados de Cayetana, habrá recurso de apelación convencidos de pueden ganar, dado los precedentes de la demanda que interpusieron los abogados del Príncipe de Asturias, y que se resolvieron a su favor teniendo que indemnizarlo con una elevada suma.
La Casa Alba tiene gran tradición histórica, y fue en el pasado monárquico una de las familias castellanas nobiliarias más influyentes de España, y que se remonta al siglo XIV. Atrás quedan los desencuentros que tuvo la princesa de Éboli, Ana de Mendoza de la Cerda (1540-1592), apellido de familia rival a los Alba, con la santa Teresa de Jesús (1515-1582), la mística fundadora de la Orden de Las Carmelitas Descalzas, a propósito de sus excelentes relaciones con la nobleza de la Casa Alba. Los Mendoza aseguraban que su linaje descendía del propio Cid y de los reyes de Navarra; aunque es pura especulación.
Dentro de la Casa Alba destaca la figura de del avilés Fernando Álvarez de Toledo (Tercer Duque de Alba), conocido como El Gran Duque de Alba (n. 1507- m. 1552), cual trajo como general grandes victorias no tan sólo al reinado de Carlos I sino también al de su sucesor Felipe II. Infringiendo serios reveses a los turcos otomanos en 1532-5, así como en las batallas en Alemania contra los protestantes (1547). Pero gozó de mala fama a posteriori como gobernador de los Países Bajos (1566), considerado como una persona despiadada y sanguinaria a la hora de resolver las revueltas. Tuvo desencuentros con Felipe II que lo llevaron al destierro, pero dada su veteranía de general sobresaliente, el monarca tuvo nuevamente que readmitirlo de carácter urgente para comandar los ejércitos contra el nuevo frente abierto de Portugal, al que logra el ya anciano Duque, vencer contundentemente y hacer entrega de la Corona de Portugal a Felipe II, cual lo recompensa a su vez concediéndole el título de Condestable de Portugal, cargo jerárquico máximo con equivalencia de rey en ausencia del mismo.
La democracia, el llamado poder del pueblo, es algo muy endeble y no muy lejos quedan las épocas arcanas de las censuras dictatoriales, y no me parece ético vulnerar haciendo partícipe a la justicia, el derecho básico de la libertad de expresión. Una de cal y otra de arena, porque tampoco me parece ortodoxo que la Generalitat de Cataluña halla clausurado las emisoras de la COPE por las continuas críticas desde este medio a su política. Aunque me confieso que no soy lector de esta revista así como tampoco suelo escuchar la emisora COPE, con los discursos variopintos subidos de tono de Jiménez Losantos, la censura a los medios críticos es una vuelta atrás a la intolerancia.
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