Actualmente se entiende por canarios a los habitantes nativos pertenecientes a cualquiera de las islas. Aunque todavía se emplea diferentes gentilicios según la procedencia de la isla: Gran Canaria (canariones), Tenerife (chicharreros), Fuerteventura (majoreros), Lanzarote (conejeros), La Gomera (gomeros), El Hierro (herreños), La Palma (palmeros).
Debido al “Tratado” acordado con la nobleza, guanartemes, y menceyes, Canarias tuvo un régimen fiscal especial de libertad comercial cuando se incorporó a la Corona castellana-aragonesa, con exenciones fiscales, y pagando a la Corona sólo un irrisorio 3% sobre las mercancías que entraban o salían del puerto. El poder de gestión-administración se derivó a los Cabildos insulares que tenía plena capacidad para cobrar impuestos.
Como muestra de la vinculación a la Monarquía Hispánica los monarcas españoles pasarían a titularse Reyes de las Islas Canarias, con lo que llevaba aparejado un escudo heráldico propio, siendo los primeros los de los cabildos de Gran Canaria, Tenerife y La Palma. Luego se extendieron al resto de islas cuando comenzara a partir del siglo XVI a ponerse de moda en cualquier territorio que fuera un señorío, principado, etc.
Hubo a lo largo de la historia diferentes escudos representativos del Reino de Canarias, aludiendo, unos más fantásticos que otros, a elementos dispares como estrellas, un cerdo, o fauna salvaje africana. En 1580 un manuscrito titulado Nobiliario de España, y escrito por Alonso Téllez de Meneses, representa al escudo en color amarillo llevando tres cañas de azúcar en color verde, y por medio un perro en color púrpura con collar de oro. Siendo la primera vez que se representa al perro (can) en un escudo canario.
A partir de mediados del siglo XVII surgen en diferentes manuscritos varios escudos en donde aparecen representativos islotes que se asemejan al escudo presente actual. Así, en 1665, se halla el siguiente grabado en el manuscrito Títulos de los Reyes de España, de Francisco Valonga y Gautuellas, reinando Felipe IV (1621-1665), portando 7 peñas (islas), pero colocadas en dos filas horizontales de 3 en 3, a excepción de la fila última, y con una palabra debajo que dice OCEANI. El escudo evoluciona en los años sucesivos, repitiéndose más o menos igual conteniendo los esbozos de las islas representando el archipiélago canario, cambiándose la palabra por OCÉANO, y que en unos escudos se escribe posicionada debajo o arriba.
El historiador tinerfeño José Viera y Clavijo, en 1772 en su obra Noticias de la Historia General de las Islas de Canarias, incluye en el capítulo 90 un grabado del escudo que contiene todos los elementos del actual: Las 7 representaciones de islas ordenadas de par a par, siendo una, la de la última fila horizontal. La inclusión de la cinta del lema Océano, encima de la corona real cerrada, y la custodia del escudo por dos grandes canes alzados sobre sus patas traseras.
Debido al “Tratado” acordado con la nobleza, guanartemes, y menceyes, Canarias tuvo un régimen fiscal especial de libertad comercial cuando se incorporó a la Corona castellana-aragonesa, con exenciones fiscales, y pagando a la Corona sólo un irrisorio 3% sobre las mercancías que entraban o salían del puerto. El poder de gestión-administración se derivó a los Cabildos insulares que tenía plena capacidad para cobrar impuestos.
Como muestra de la vinculación a la Monarquía Hispánica los monarcas españoles pasarían a titularse Reyes de las Islas Canarias, con lo que llevaba aparejado un escudo heráldico propio, siendo los primeros los de los cabildos de Gran Canaria, Tenerife y La Palma. Luego se extendieron al resto de islas cuando comenzara a partir del siglo XVI a ponerse de moda en cualquier territorio que fuera un señorío, principado, etc.
Hubo a lo largo de la historia diferentes escudos representativos del Reino de Canarias, aludiendo, unos más fantásticos que otros, a elementos dispares como estrellas, un cerdo, o fauna salvaje africana. En 1580 un manuscrito titulado Nobiliario de España, y escrito por Alonso Téllez de Meneses, representa al escudo en color amarillo llevando tres cañas de azúcar en color verde, y por medio un perro en color púrpura con collar de oro. Siendo la primera vez que se representa al perro (can) en un escudo canario.
A partir de mediados del siglo XVII surgen en diferentes manuscritos varios escudos en donde aparecen representativos islotes que se asemejan al escudo presente actual. Así, en 1665, se halla el siguiente grabado en el manuscrito Títulos de los Reyes de España, de Francisco Valonga y Gautuellas, reinando Felipe IV (1621-1665), portando 7 peñas (islas), pero colocadas en dos filas horizontales de 3 en 3, a excepción de la fila última, y con una palabra debajo que dice OCEANI. El escudo evoluciona en los años sucesivos, repitiéndose más o menos igual conteniendo los esbozos de las islas representando el archipiélago canario, cambiándose la palabra por OCÉANO, y que en unos escudos se escribe posicionada debajo o arriba.
El historiador tinerfeño José Viera y Clavijo, en 1772 en su obra Noticias de la Historia General de las Islas de Canarias, incluye en el capítulo 90 un grabado del escudo que contiene todos los elementos del actual: Las 7 representaciones de islas ordenadas de par a par, siendo una, la de la última fila horizontal. La inclusión de la cinta del lema Océano, encima de la corona real cerrada, y la custodia del escudo por dos grandes canes alzados sobre sus patas traseras.
En 1852 se firma la Ley de Puertos Francos promovida por Juan Bravo Murillo, Jefe de Gobierno durante el reinado de Isabel II, facilitando el ‘librecambismo’ en la entrada y salida de mercancías de Canarias libre de gravámenes fiscales a la exportación e importación. Resultando la implantación un éxito económico para el archipiélago, favoreciendo el comercio del plátano y tomate en esos momentos en auge.
Con ello, aparece la figura del Cambullonero que surge hacia finales del siglo XIX en los principales puertos de ambas provincias insulares, y este tráfico de mercancías fue un soplo de prosperidad para muchas familias sumidas en la más absoluta miseria. El cambullón era un oficio de trapicheo como medio de ganarse la vida, dedicado a la compra-venta generalmente usando el trueque, subiendo a bordo de los barcos mercantes atracados o fondeados de distintas nacionalidades. Del origen del vocablo confluyen varias teorías: Por una parte de procedencia portuguesa derivando de palabras como cambulhar, cambalache… Aunque la más aceptada es que su origen provenga de la expresión inglesa Come Buy On? (¿Puedo comprar arriba/ a bordo?). Debido a que en muchas ocasiones la voz no era suficiente para ser oído, usaban un cartel que ponía Cambuyon.
En 1972 la Ley se muestra obsoleta con el empuje de los nuevos tiempos y entra en funcionamiento la llamada Ley del Régimen Económico y Fiscal (REF) de Canarias.
Cuando Canarias dejó de ser tratada por el estado español como una colonia, y ser considerada una provincia más dentro de la reforma de la división provincial territorial de 1833, Tenerife se consolida como única isla que ostenta la capital provincial del archipiélago. La capital de Canarias se emplaza a Sta. Cruz de Tenerife, arrebatando además la capitalidad de la isla a la ciudad de San Cristóbal de la Laguna, que de hecho ostentó la capitalidad de Canarias tras la conquista de Tenerife, convertida en el centro del poder político, económico y cultural del archipiélago apodada “Ciudad de los Adelantados”, ya que en ella residieron el Capitán (Adelantado) Alonso Fernández de Lugo y sus descendientes. De este modo, el puerto de Sta. Cruz de Tenerife a mediados del siglo XIX se convierte en un referente como puerto de escala y avituallamiento en las travesías entre Europa y América.
Gran parte del mérito fue el político liberal tinerfeño José Murphy y Meade (1774-1841), apodado “Padre de Sta. Cruz de Tenerife”, magnífico orador que convenció al gobierno español en Madrid, que Sta. Cruz de Tenerife ofrecía mejores garantías tanto comerciales, logísticas (gran parte de las instituciones militares se hallaban en Sta. Cruz de Tenerife), etc., que otras ciudades como Las Palmas de Gran Canaria. Ello dio lugar al llamado Pleito insular enfrentándose políticamente ambas islas, Tenerife y Gran Canaria por la hegemonía provincial.
El militar y político Nicolás Estévanez Murphy (1838-1914), fue un aguerrido defensor de la división provincial. Oriundo de Las Palmas de Gran Canaria, tuvo desde muy niño una vida muy viajera, viviendo en Sta. Cruz de Tenerife, y trasladándose para completar la carrera militar a la Península. Fue entre otros destinos a Marruecos cayendo herido en combate, y a posteriori fue enviado a la defensa de las colonias españolas en América. En Cuba, fue muy crítico con la política isabelina por el trato colonial hacia la población. En 1868 deja el ejército para dedicarse a ejercer en la política luchando por la constitución de una República Federal. De nuevo en el ejército, fue al poco encarcelado entre los años 1869-70 por sus ideales republicanos. Acabó dejando el ejército, y en Madrid participó en varias revueltas, hasta que en 1873 se instauró la Iª República y volvió a la política siendo diputado de las Cortes y luego aceptando la cartera del Ministerio de Guerra. En este año de 1873 llega el llamado Compromiso Estévanez, firmando el pacto los políticos Fernando de León y Castillo, Santiago Verdugo, Luis Benítez de Lugo, Eufemiano Jurado, Ramón Domínguez, y por supuesto, Nicolás Estévanez, basado en el marco de un Estado Federal en la creación de una doble capitalidad (sub-estados) de Canarias: Una en Sta. Cruz de Tenerife para las islas occidentales, y otra en Las Palmas de Gran Canaria para las islas orientales. Aunque no progresó por la firme oposición del ayuntamiento de Sta. Cruz de Tenerife, a lo que siguió la caída de la República con el golpe de Estado del General Pavía a principios de 1874, y restablecerse la monarquía en la figura de Alfonso XII.
En la lucha por Canarias es necesario mencionar al tinerfeño político Secundino Delgado Rodríguez (1867-1912), considerado padre del nacionalismo canario y amigo de Nicolás Estévanez con quien tuvo ocasión de entrevistarse. Durante su vida fue obrero, herrero, periodista, escritor, y político anarquista-independentista.
En 1912 se creó La ley de Cabildos para cerrar las disputas entre las dos principales islas, concediendo cierta independencia que las islas se pudieran administrar con sus respectivos cabildos, pero fue insuficiente, y desde Gran Canaria se continuó pugnando por una necesaria división provincial. Sobre todo económicamente por la lucha de ambos puertos de las islas principales por hacerse con el tráfico comercial con Reino Unido (en Gran Canaria había una importante comuna inglesa), y la escala del tráfico marítimo hacia América.
Tiene que llegar el año 1927, curiosamente bajo la dictadura del General Primo de Rivera, para lograr hacerse efectiva la división de la capitalidad entre Tenerife y Gran Canaria, aunque el Pleito insular hegemónico continúa avivado. Histórica fue la lucha por la creación de la Universidad de Las Palmas, sobre la Virgen patrona de Canarias, etc.
El día de la Comunidad de Canarias es el 30 de mayo (fecha histórica en alusión al Pacto de Calatayud del 30 de mayo del 1481), y se declaró festivo en celebración del aniversario de la primera sesión del Parlamento de Canarias hacia 1983. En cuanto a su himno representativo fue aprobado el 28 de abril de 2003, resultando ganadora la composición del músico Benito Cabrera, llamada Arroró, una variación de la letra Arroró de la obra Cantos Canarios, del compositor tinerfeño Teobaldo Power.
Últimamente han surgido polémicas sobre las representaciones de los perros en el escudo, los perros de presa canarios, puesto que se identifica con el emblema de la isla de Gran Canaria, y no al conjunto del archipiélago en su totalidad, por ello se ha suprimido en parte, en diversos documentos oficiales.
En cuanto a las banderas no hubo de identificación propia hasta el 30 de julio de 1845, cuando se establece la 1ª bandera motivada para tráfico marítimo en la única provincia de entonces en el puerto de Santa Cruz de Tenerife: Consistiendo en una X blanca sobre un fondo azul que con el tiempo simbolizaría la bandera propia de la isla de Tenerife.
Con ello, aparece la figura del Cambullonero que surge hacia finales del siglo XIX en los principales puertos de ambas provincias insulares, y este tráfico de mercancías fue un soplo de prosperidad para muchas familias sumidas en la más absoluta miseria. El cambullón era un oficio de trapicheo como medio de ganarse la vida, dedicado a la compra-venta generalmente usando el trueque, subiendo a bordo de los barcos mercantes atracados o fondeados de distintas nacionalidades. Del origen del vocablo confluyen varias teorías: Por una parte de procedencia portuguesa derivando de palabras como cambulhar, cambalache… Aunque la más aceptada es que su origen provenga de la expresión inglesa Come Buy On? (¿Puedo comprar arriba/ a bordo?). Debido a que en muchas ocasiones la voz no era suficiente para ser oído, usaban un cartel que ponía Cambuyon.
En 1972 la Ley se muestra obsoleta con el empuje de los nuevos tiempos y entra en funcionamiento la llamada Ley del Régimen Económico y Fiscal (REF) de Canarias.
Cuando Canarias dejó de ser tratada por el estado español como una colonia, y ser considerada una provincia más dentro de la reforma de la división provincial territorial de 1833, Tenerife se consolida como única isla que ostenta la capital provincial del archipiélago. La capital de Canarias se emplaza a Sta. Cruz de Tenerife, arrebatando además la capitalidad de la isla a la ciudad de San Cristóbal de la Laguna, que de hecho ostentó la capitalidad de Canarias tras la conquista de Tenerife, convertida en el centro del poder político, económico y cultural del archipiélago apodada “Ciudad de los Adelantados”, ya que en ella residieron el Capitán (Adelantado) Alonso Fernández de Lugo y sus descendientes. De este modo, el puerto de Sta. Cruz de Tenerife a mediados del siglo XIX se convierte en un referente como puerto de escala y avituallamiento en las travesías entre Europa y América.
Gran parte del mérito fue el político liberal tinerfeño José Murphy y Meade (1774-1841), apodado “Padre de Sta. Cruz de Tenerife”, magnífico orador que convenció al gobierno español en Madrid, que Sta. Cruz de Tenerife ofrecía mejores garantías tanto comerciales, logísticas (gran parte de las instituciones militares se hallaban en Sta. Cruz de Tenerife), etc., que otras ciudades como Las Palmas de Gran Canaria. Ello dio lugar al llamado Pleito insular enfrentándose políticamente ambas islas, Tenerife y Gran Canaria por la hegemonía provincial.
El militar y político Nicolás Estévanez Murphy (1838-1914), fue un aguerrido defensor de la división provincial. Oriundo de Las Palmas de Gran Canaria, tuvo desde muy niño una vida muy viajera, viviendo en Sta. Cruz de Tenerife, y trasladándose para completar la carrera militar a la Península. Fue entre otros destinos a Marruecos cayendo herido en combate, y a posteriori fue enviado a la defensa de las colonias españolas en América. En Cuba, fue muy crítico con la política isabelina por el trato colonial hacia la población. En 1868 deja el ejército para dedicarse a ejercer en la política luchando por la constitución de una República Federal. De nuevo en el ejército, fue al poco encarcelado entre los años 1869-70 por sus ideales republicanos. Acabó dejando el ejército, y en Madrid participó en varias revueltas, hasta que en 1873 se instauró la Iª República y volvió a la política siendo diputado de las Cortes y luego aceptando la cartera del Ministerio de Guerra. En este año de 1873 llega el llamado Compromiso Estévanez, firmando el pacto los políticos Fernando de León y Castillo, Santiago Verdugo, Luis Benítez de Lugo, Eufemiano Jurado, Ramón Domínguez, y por supuesto, Nicolás Estévanez, basado en el marco de un Estado Federal en la creación de una doble capitalidad (sub-estados) de Canarias: Una en Sta. Cruz de Tenerife para las islas occidentales, y otra en Las Palmas de Gran Canaria para las islas orientales. Aunque no progresó por la firme oposición del ayuntamiento de Sta. Cruz de Tenerife, a lo que siguió la caída de la República con el golpe de Estado del General Pavía a principios de 1874, y restablecerse la monarquía en la figura de Alfonso XII.
En la lucha por Canarias es necesario mencionar al tinerfeño político Secundino Delgado Rodríguez (1867-1912), considerado padre del nacionalismo canario y amigo de Nicolás Estévanez con quien tuvo ocasión de entrevistarse. Durante su vida fue obrero, herrero, periodista, escritor, y político anarquista-independentista.
En 1912 se creó La ley de Cabildos para cerrar las disputas entre las dos principales islas, concediendo cierta independencia que las islas se pudieran administrar con sus respectivos cabildos, pero fue insuficiente, y desde Gran Canaria se continuó pugnando por una necesaria división provincial. Sobre todo económicamente por la lucha de ambos puertos de las islas principales por hacerse con el tráfico comercial con Reino Unido (en Gran Canaria había una importante comuna inglesa), y la escala del tráfico marítimo hacia América.
Tiene que llegar el año 1927, curiosamente bajo la dictadura del General Primo de Rivera, para lograr hacerse efectiva la división de la capitalidad entre Tenerife y Gran Canaria, aunque el Pleito insular hegemónico continúa avivado. Histórica fue la lucha por la creación de la Universidad de Las Palmas, sobre la Virgen patrona de Canarias, etc.
El día de la Comunidad de Canarias es el 30 de mayo (fecha histórica en alusión al Pacto de Calatayud del 30 de mayo del 1481), y se declaró festivo en celebración del aniversario de la primera sesión del Parlamento de Canarias hacia 1983. En cuanto a su himno representativo fue aprobado el 28 de abril de 2003, resultando ganadora la composición del músico Benito Cabrera, llamada Arroró, una variación de la letra Arroró de la obra Cantos Canarios, del compositor tinerfeño Teobaldo Power.
Últimamente han surgido polémicas sobre las representaciones de los perros en el escudo, los perros de presa canarios, puesto que se identifica con el emblema de la isla de Gran Canaria, y no al conjunto del archipiélago en su totalidad, por ello se ha suprimido en parte, en diversos documentos oficiales.
En cuanto a las banderas no hubo de identificación propia hasta el 30 de julio de 1845, cuando se establece la 1ª bandera motivada para tráfico marítimo en la única provincia de entonces en el puerto de Santa Cruz de Tenerife: Consistiendo en una X blanca sobre un fondo azul que con el tiempo simbolizaría la bandera propia de la isla de Tenerife.
Hacia 1888 la bandera de matrícula para el Puerto de la Luz en Las Palmas de Gran Canaria consistió en dividir diagonalmente el amarillo con el azul, cual acabó representando la isla de Gran Canaria. El significado que representa el amarillo hace referencia al tradicional pájaro canario, y el azul a la mar. No hubo más bandera identificativa propia hasta 1907, que aparecería durante un tiempo en La Laguna (Tenerife), cual hacía referencia sobre un fondo de mar simbolizando a 7 estrellas dibujadas hacia el centro en color blanco, como caídas del cielo al mar representando a nuestras islas canarias. Había cierta similitud con la bandera de Venezuela en donde también se hallan 7 estrellas de los antiguos territorios de la Federación en 1811.
Bandera de Venezuela.
La bandera oficial de Canarias con su escudo, fue aprobada por el gobierno canario el 10 de agosto de 1982. Se basa en una mezcla de los colores combinados de las dos provincias canarias. La conforman tres colores verticales, siendo el blanco a su asta, el azul en el centro, y por último el amarillo. Porta el escudo heráldico al centro de la misma.
La bandera canaria que conocemos debe sus inicios al movimiento Canarias Libre, de ideología nacionalista de izquierdas, que entre los años 1961 creó la bandera tricolor (blanca, azul, y amarilla), basándose en las banderas marítimas de las dos provincias que existían hasta entonces. El movimiento estuvo formado por el comunista y abogado laborista Fernando Sagaseta, el poeta canario Agustín Millares Sal, así como integrantes del Partido Comunista español y un grupo anticlerical canario llamados Iglesia Cubana, un movimiento que parodiaban los dogmas católicos, en especial la censura contra la sexualidad establecida en la época franquista.
Parece que se gestó en Gran Canaria y Fernando Sagaseta Cabrera propuso que las franjas fueran iguales verticales, contrarias a las horizontales propia de la monarquía española. Se empezó a hacer pública repartiéndose copias en papel, durante la Fiesta del Pino el 7 de septiembre de 1961.
Pero gana en popularidad la creada el 22 de octubre de 1964 por el líder nacionalista tinerfeño Antonio Cubillo (1930-2012), al frente del grupo independentista MPAIAC, basada en cierta manera en la bandera que a principios del siglo XX, en 1907 ondeó en el Ateneo de La Laguna. Una institución cultural privada para la divulgación cultural situada en el municipio lagunero de Tenerife, consistente en un paño azul con 7 estrellas blancas. Decidiéndose una combinación con la bandera canaria que se ideó en 1961 representativas de ambas provincias, llevar al centro en forma circular las 7 estrellas sobre el fondo azul representativo del mar. El color verde tiene alusión a la cercanía del continente africano. Las 7 estrellas quieren representar la ecuanimidad entre todas las islas del archipiélago. MPAIAC también agregó el lema para su causa independentista: ¡Viva Canarias Libre!
Bandera de Ateneo en La Laguna en 1907.
Precisamente relacionado con el terrorismo se culpabiliza a este partido independentista creado por Antonio Cubillo, el MPAIAC (Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario), fundado en 1964 desde Argel (capital de Argelia), por medio de su brazo ejecutor el FAG (Fuerza Armada Guanche), del más grave accidente aéreo ocurrido en el mundo por cuestiones técnicas, chocando el 27 de marzo de 1977 en la pista dos Jumbos, ostentando el record de cobrarse el mayor balance de víctimas de la historia, falleciendo 583 personas. El accidente ocurrió tras el desvío del tráfico aéreo al entonces precario aeropuerto de Los Rodeos en Tenerife, debido a la detonación de una bomba, seguido de otros avisos de bomba, en el aeropuerto de Gando en Gran Canaria.
Un año antes el FAG había cometido su primera acción terrorista colocando un artefacto explosivo en unos grandes almacenes del puerto de Las Palmas de Gran Canaria, concretamente en los antiguos Galerías Preciados, aunque explosionó sin causar víctimas. Poco después del atentado de Gando en marzo de 1977, muere uno de los integrantes de la banda en un tiroteo con los vigilantes del cuartel de la Armada de la Isleta a donde había entrado para robar armas y municiones. En ese mismo año en mayo, el FAG atenta contra Galerías Preciados de Madrid, colocando una bomba que explosiona, aunque tampoco se produce víctimas. En 1978 se produce la primera víctima directa de la banda, cuando un agente artificiero de la policía nacional tratando de desactivar una bomba colocada en San Cristóbal de La Laguna, le acaba por explosionar de lleno. Ese mismo año unos meses después, Cubillo sufre un intento de asesinato en Argel siendo apuñalado quedando tullido. Con la llegada de la transición democrática y la ratificación del referéndum de la Constitución a finales de 1978, el MPAIAC decide poner fin a la lucha armada.
Pero gana en popularidad la creada el 22 de octubre de 1964 por el líder nacionalista tinerfeño Antonio Cubillo (1930-2012), al frente del grupo independentista MPAIAC, basada en cierta manera en la bandera que a principios del siglo XX, en 1907 ondeó en el Ateneo de La Laguna. Una institución cultural privada para la divulgación cultural situada en el municipio lagunero de Tenerife, consistente en un paño azul con 7 estrellas blancas. Decidiéndose una combinación con la bandera canaria que se ideó en 1961 representativas de ambas provincias, llevar al centro en forma circular las 7 estrellas sobre el fondo azul representativo del mar. El color verde tiene alusión a la cercanía del continente africano. Las 7 estrellas quieren representar la ecuanimidad entre todas las islas del archipiélago. MPAIAC también agregó el lema para su causa independentista: ¡Viva Canarias Libre!
Bandera de Ateneo en La Laguna en 1907.
Precisamente relacionado con el terrorismo se culpabiliza a este partido independentista creado por Antonio Cubillo, el MPAIAC (Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario), fundado en 1964 desde Argel (capital de Argelia), por medio de su brazo ejecutor el FAG (Fuerza Armada Guanche), del más grave accidente aéreo ocurrido en el mundo por cuestiones técnicas, chocando el 27 de marzo de 1977 en la pista dos Jumbos, ostentando el record de cobrarse el mayor balance de víctimas de la historia, falleciendo 583 personas. El accidente ocurrió tras el desvío del tráfico aéreo al entonces precario aeropuerto de Los Rodeos en Tenerife, debido a la detonación de una bomba, seguido de otros avisos de bomba, en el aeropuerto de Gando en Gran Canaria.
Un año antes el FAG había cometido su primera acción terrorista colocando un artefacto explosivo en unos grandes almacenes del puerto de Las Palmas de Gran Canaria, concretamente en los antiguos Galerías Preciados, aunque explosionó sin causar víctimas. Poco después del atentado de Gando en marzo de 1977, muere uno de los integrantes de la banda en un tiroteo con los vigilantes del cuartel de la Armada de la Isleta a donde había entrado para robar armas y municiones. En ese mismo año en mayo, el FAG atenta contra Galerías Preciados de Madrid, colocando una bomba que explosiona, aunque tampoco se produce víctimas. En 1978 se produce la primera víctima directa de la banda, cuando un agente artificiero de la policía nacional tratando de desactivar una bomba colocada en San Cristóbal de La Laguna, le acaba por explosionar de lleno. Ese mismo año unos meses después, Cubillo sufre un intento de asesinato en Argel siendo apuñalado quedando tullido. Con la llegada de la transición democrática y la ratificación del referéndum de la Constitución a finales de 1978, el MPAIAC decide poner fin a la lucha armada.
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