No hay que pertenecer a guaguas, los autobuses amarillos urbanos de Las Palmas de Gran Canaria, para percatarse de la dejadez en la prestación de servicio. No hay interés por parte de los implicados en una gestión fructífera que satisfaga a los ciudadanos, más al contrario, parece que el cúmulo de despropósitos cada vez ha aumentado a más, con la llegada al ayuntamiento del PSOE.
Tras unos 30 años de historia, Guaguas Municipales se enfrenta a su desaparición como entidad pública. Guaguas municipales es una de las mayores empresas pública de transporte urbano de España que opera para la novena ciudad del país y con una plantilla de casi 700 trabajadores. El cada vez más multimillonario déficit debido principalmente a la ineptitud de los políticos de turno, ha llevado a la empresa al colapso de quiebra. Como solución el alcalde Jerónimo Saavedra, decide deshacerse del muerto vendiendo casi la mitad de las acciones a manos privadas, en una operación en tinieblas sin aclarar y sospechosamente especulativa. Las consecuencias de esta privatización, y cual no hay que ser muy listo para entender, conllevará una brutal reducción de costes y una política de capitalización, que implicaría despidos en excedente de plantilla al recortar las líneas menos rentables y congelación salarial, e intentar quitar derechos de convenio adquiridos de muchos años de lucha. El público tendría indudablemente un servicio más caro y rancio por la eliminación de líneas improductivas, y trazados de lineas conjuntas aglomerando varios trayectos en uno para atender a diversos barrios.
Tanto el Cabildo como Coalición Canaria no hacen más que demadogia prometiendo un dinero que no llega. No podemos creer en la palabra de los políticos, tenemos el precedente de nuestro amigo el concejal de hacienda Rodolfo Espino, que se olvidó de pagar la nómina del mes de septiembre del año pasado, entonces ¿como podemos creer que garantizará los futuros pagos más allá de mayo?. Ahora nos vemos inmerso, unos 13 años después, a una nueva huelga de guagüeros, no exigiendo subida salarial sino estabilidad de nuestro futuro laboral, y no acabar perdiendo el caracter público de la empresa así como nuestros derechos sociales. El paro de la empresa se ha seguido en su totalidad por los trabajadores exceptuando los servicios mínimos exigidos por ley, y se ha descombocado ante la redacción de un acuerdo a modo de borrador, de compromiso de no venta de la empresa... La huelga prevista que continuaba se ha descombocado, pero habrá que estar pendiente de los acontecimientos siguientes... La manifestación será el jueves 26, y veremos como se mueve el pueblo ante tanto recortes de los servicios, y la mala calidad que presta.
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