lunes, 11 de diciembre de 2023

Andrés de Urdaneta (n.1508-m. 1568) y el "Nao de China"

Hoy quiero recordar al aventurero marinero, militar y cosmógrafo fray Andrés de Urdaneta (n. 1508-m.1568), que descubrió en 1526, junto al capitán de la expedición, García José de Losaísa (n.1490-m. 1526), el Cabo de Hornos y las islas Marshall con el objetivo de colonizar las Islas Molucas, situadas en Indonesia y ricas en especias. Aunque España pugnaba con Portugal tales derechos por las demarcaciones marinas, Carlos I no renunció a este paso marino hasta la llegada del Tratado de Zaragoza en 1529 y cual fue el sucesor del Tratado de Torsesillas de 1494, en donde ambas naciones acordaron la división del mundo siguiendo el meridiano situado a 370 leguas al oeste de Cabo Verde.

Andrés de Urdaneta se considera un personaje histórico a la altura de Colón, Magallanes, o Juan Sebastián El Cano, puesto que abrió una importante ruta comercial para alcanzar Oriente que respetaba la demarcación por el Extremo oriente entre ambas potencias, en el cual recogía que el meridiano situado a 300 leguas al este de las islas Molucas servía para separar las áreas de influencia: Al oeste para Portugal y el este para Castilla. El paso que abrió entre 1564 y 1565, fue a través del Océano Pacífico conectando Acapulco (México) con Manila (Filipinas), debido a su conocimiento de los monzones del este. Fue llamada la “Ruta de Urdaneta” o tornaviaje, aunque el primero en completar el viaje con un par de meses de diferencia fue el explorador Alonso de Arellano, que se separó de la flota conjunta que había mandado el Virrey de Nueva España. Hasta principios del siglo XIX, las naves españolas emplearon esta ruta comercial a poco camino de China en donde fluyó un próspero intercambio mercantil, que iba más allá de las especies, la valiosa porcelana y la seda. El rey Felipe II establece en principio una nao y después un galeón, un súper barco de aquella época, para recorrer el trayecto de ida-vuelta, que como nota adicional, iba normalmente contraviniendo las ordenanzas, cargado a tope de todo tipo de género exótico. Fue el trayecto más peligroso de entonces, un itinerario sin escalas de generalmente 6 meses sorteando un sinfín de peligros, aunque compensaba las altas ganancias de cada viaje, que con sólo uno de ellos podía hacer al propietario de la mercancía inmensamente rico. Como siempre, el contrabando de productos y la flexibilidad de las leyes estatales, fue clave importante del éxito de aquella ruta. Los primeros beneficiados fueron los asentamientos de Manila y Acapulco. El monarca quiso impulsar esta ruta premiando a los colonos que se quisieran instalar en este territorio tan alejado en los confines del mundo como era Filipinas, con la propiedad de uno de estos galeones. El compulso siglo XIX con llegada las guerras napoleónicas y la cada vez mayor autosuficiencia de China, que incluso prácticamente lo único que compraba fue plata para su moneda pero que debido a un problema de inflación dejó de comprarla, llevó a serios problemas con Occidente. China siempre ha sido un régimen con occidente de cerrarse sobre sí misma y practicar la autarquía. El Imperio Británico llega a provocar las llamadas Guerras del Opio para exigir poder comprar, mercadear, con opio procedente de La India, entre 1839-1842 y, posteriormente Francia, también se implica entre 1856-1860. Con estas guerras, durante la segunda guerra las tropas llegaron a entrar en la Ciudad Prohibida de Pekín, el poder del emperador de China y los sucesivos emperadores, fueron cada vez en mayor declive. El último viaje de la Nao de China, como se llamaba coloquialmente, se sucede en 1821 coincidiendo con la Independencia de México.

Quiero añadir en cuanto al viaje de Magallanes la controversia que existe con que si el corsario o pirata inglés Francis Drake (1540-1596), repudiado enemigo que diezmó en sus ataques las posesiones españolas en América (Nuevo Mundo), fue el primero en circunnavegar el planeta. Se halla documentado que el Señor Drake completa la vuelta al mundo entre 1577-1580, cruzando el llamado Estrecho de Magallanes, cuando tenía 55 años, en 1578. Su gesta trascendió históricamente y ha sido recogido en los mapas actuales como Pasaje o Paso de Drake, aunque existen registros detallados que fue con anterioridad realizado, nada menos que 58 años antes, por la expedición de Magallanes, que lo realiza en 1520. Cierto que Magallanes no logró completar la misión porque fallece en Filipinas en la isla de Mactán, en 1521, cuando se acercó a hacer aguada y recoger provisiones a la isla en enfrentamiento directo con los indígenas, que los superaba en número, siendo muerto a machetazos en el lugar y sin poderse recuperar su cadáver ya que tuvieron que salir echando leches del lugar. Pero si lo completó su segundo a bordo, el capitán guipúzcoano Juan Sebastián Elcano a bordo de su nave "Victoria", llegando al puerto de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), el 8 de septiembre de 1522.

 Grabado de la reina Isabel I de Inglaterra nombrando a Sir Francis Drake caballero.

Sir Francis (Francisco) Drake además de pirata y explorador, fue comerciante de esclavos, político y vicealmirante de la Royal Navy (Cuerpo antiguo muy importante de la marina británica). Su primo fue otro importante pirata John Hawkins del cual fue su aprendiz. En 1572 alcanzó la popularidad por sus incursiones de saqueos en el mar del Caribe. Participó desde 1581, bajo el mando de la reina Isabel I de Inglaterra, contra la Armada Invencible infringiendo daño en diversos puertos y capturando varias carabelas. En 1589 comandando la llamada Contra-armada tuvo un estrepitoso fracaso protagonizando un ataque contra puertos españoles siendo rechazado por las milicias de Portugal y de La Coruña. En la Coruña donde la población en peso se echó a la calle a repeler el asedio, cabe destacar la figura heroica de María Pita, que tras morir su marido en la defensa de la ciudad luchando encarnizadamente con las tropas inglesas, llena de rabia con bravura se abre paso batiendo con una lanza de la bandera inglesa, al alférez que dirigía el asalto y que era hermano del propio Francis, muriendo en el acto y haciendo que sus tropas se replegaran ante la sorpresa.

En 1585 el temible corsario de camino hacia Las Indias dejó su huella en Canarias atacando en principio a las islas de La Palma y La Gomera, pero fue repelido contundentemente y tuvo que desistir. Tomó rumbo hacia la isla de El Hierro, aunque al corroborar que su capital Valverde no respondía a sus intereses logísticos por su lejanía al mar, decidió no atacarla y dirigir sus esfuerzos hacia el continente americano.

 

El 6 de octubre de 1595 regresa a Canarias, aliado con otro famoso pirata, John Hawkins, para centrar su ataque en la isla de Gran Canaria. Las fortificaciones en costa de Las Isletas, Santa Catalina y Santa Ana, resistieron bravamente el asedio de los 27 ó 28 navíos, repeliendo con éxito su escuadra,  logrando poner muy difícil su desembarco. Las fuerzas de la isla forman un contingente principalmente de milicianos y militares destacados, como el capitán Alonso de Alvarado y su lugarteniente Antonio Pamochamoso,   logrando expulsar a los invasores que acaban retirándose. Aunque sí consiguen un premio agridulce saqueando el archipiélago de Cabo Verde de camino hacia las Indias. En 1596 Sir Drake con 56 años, enfermó de disentería y murió en Panamá. Su colega John Hawkins falleció dos meses antes en 1595 también de disentería.

Drake en Maspalomas (sur de Gran Canaria), para hacer aguada antes de poner rumbo hacia Panamá.

jueves, 9 de noviembre de 2023

EL REGIMEN FISCAL EN CANARIAS TRAS LA CONQUISTA POR LA CORONA CASTELLANA

Cuentan las crónicas que el guanarteme de Gran Canaria, Tenesor Semidán, tras haberse enterado de la capturada de su mujer, se rinde. Siendo apresado entre 1481 ó 1483 y enviado a la Península ante la presencia de los mismo Reyes Católicos. Cuales le proponen unas capitulaciones ventajosas para Canarias si se convertía en vasallo de Castilla y se acogía al cristianismo. La negociación de la rendición de Canarias, convencieron a Tenesor y, según cuentan estas crónicas, Fernando de Aragón ofrece a Tenesor un “trato de igual a igual”, así como en señal de cortesía, “ropa de grana y seda” como las de otro rey más. De su bautismo, pasando a llamarse Fernando Guanarteme, se encarga el arzobispo de Toledo, Pedro González de Mendoza, siendo realizado en presencia de los Reyes Católicos en el Alcázar de Córdoba. El pacto de 1483 denominado Tratado de Córdoba, evitaba que su pueblo fuera masacrado, garantizaba acuerdos comerciales ventajosos y un régimen fiscal específico por la condición de lejanía de Canarias, limitar la esclavitud, libertad de circulación de los isleños de Gran Canaria, así como capitulaciones con el reparto de tierras a los canarios no alzados.

En el Alcázar de los Reyes Cristianos (Córdoba), hay un relieve escultórico realizada por el artista palmero Facundo Fierro con una inscripción que dice: “La Reina Isabel de Castilla acogió en este alcázar bajo su protección y cuidado a la cautiva Reina de Canaria. Aquí vivió y alumbró una hija. Terminada la conquista regresó a su Isla con su esposo Fernando Guanarteme. 1482-1483”.


Según se desprende de estas mismas crónicas, Abenchara, la mujer de Fernando Guanarteme, recibió muy buen trato, viviendo en el mismo palacio real que la reina Isabel. También existe otra leyenda sobre que Fernando Guanarteme dejó a sus hijas y su sobrina Masequera (bautizada como Catalina), bajo la tutela de la reina, que había simpatizado con ellas al punto que las viste con ropas de su propio vestuario personal.

Fernando Guanarteme, como fiel aliado de Pedro de Vera, no sólo intervenía en las negociaciones como mediador para que los isleños sucumbieran a la rendición, también llevó a los invasores por los senderos secretos por cuales sino lograban sorprender a los rebeldes, se llevaban los víveres y mataban todo el ganado para debilitarlos. Por estos hechos algunos lo consideran en la historia de canarias como un traidor, aunque otros lo valoran como negociador, salvador de muchas vidas poniendo fin a la guerra. El fin de la conquista de Gran Canaria se establece en el 29 de abril de 1483, aunque otros historiadores discrepan calificándola de errónea afirmando que este suceso histórico aconteció en 1485. La resistencia no acabó con la muerte de su líder Bentejuí y continuó durante algunos meses más, pero ha quedado a la posteridad esta fecha como el fin de suspensión de hostilidades de los canarios.

En 1494 se inicia la conquista de Tenerife al mando del capitán  Alonso Fernández de Lugo. Lo acompaña Fernando Guanarteme que lleva a centenares de canarios fieles para mediar y guerrear contra los reinos insurrectos. En la isla había en ese momento 9 menceyatos de los que logra acuerdos de paz con 4 de ellos situados al sur de la isla. El 25 de julio de 1496, tras concurrir una decisiva batalla que pierde los guanches, La Victoria de Acentejo, se firma La Paz de Los Realejos, mediando Fernando en el lugar de Los Realejos ante el Sabor que reunía a los principales líderes guanches. Allí se firma la capitulación ante Alonso Fernández de Lugo y en ese año de 1496, con esta última isla de Tenerife se da por concluida la conquista de Canarias.

Debido al “Tratado” acordado con la nobleza, guanartemes y menceyes, Canarias tuvo un régimen fiscal especial de libertad comercial cuando se incorporó a la Corona castellana-aragonesa, con exenciones fiscales y pagando a la Corona sólo un irrisorio 3% sobre las mercancías que entraban o salían del puerto. El poder de gestión-administración se derivó a los Cabildos insulares que tenía plena capacidad para cobrar impuestos.

El REF canario (Régimen Económico y Fiscal) surge como un decreto (Real Cédula), promulgado por los Reyes Católicos el 20 de enero de 1487 para fomentar el poblamiento, reconociendo sus condiciones especiales por lejanía y singularidad territorial, otorgándose la compensación económica de quedar exento de impuestos, tanto las mercancías como los bienes urbanos y rústicos, así como las contribuciones propias de vasallaje de la época a la Corona. Esta particularidad se prolongó durante 20 años y en 1507 queda recogido, según la ley, para perpetuidad. Las últimas islas conquistadas, La Palma y Tenerife, quedaron así mismo beneficiadas de este régimen fiscal especial. En 1510, durante el reinado de Juana I de Castilla, se ratifica la ley, aunque no sería hasta la siguiente década cuando se unificaría por igual el sistema tributario en las tres islas de realengo. La contribución a la corona castellana se limitaba casi exclusivamente a un impuesto muy bajo que gravaba las importaciones y exportaciones.

El Cabildo de las islas se establece en 1528 y, por ese entonces, los cabildos son los gobiernos de las islas con un techo competencial altísimo.

Llega el año 1802 y con la invasión francesa de la revolución se anula en las Cortes de Cádiz el acuerdo ventajoso tributario canario con un afán de igualar fiscalmente todas las regiones. La economía canaria se hunde al imponerse altos aranceles a las mercancías extranjeras, reservándose el mercado insular para los intereses peninsulares.

 


En 1833, reinando Isabel II, Santa Cruz de Tenerife se convierte en la capital de Canarias (hasta entonces la había ostentado San Cristóbal de La Laguna). En 1852 llega de manos del teldense Juan Bravo Murillo, jefe de Gobierno durante este reinado de Isabel II, la llamada Ley de Puertos Francos, cual facilita el ‘librecambismo’ en la entrada y salida de mercancías de Canarias libre de gravámenes fiscales a la exportación e importación. Resultando la implantación un éxito económico para el archipiélago, favoreciendo el comercio del plátano y tomate en esos momentos en auge. La capital continuaba en Santa Cruz de Tenerife, pero dividida en dos distritos económicos y administrativos: Santa Cruz y Las Palmas. Se puede considerar que fue el primer intento para la división provincial.

Con ello, aparece la figura del Cambullonero que surge hacia finales del siglo XIX en los principales puertos de ambas provincias insulares, generando un tráfico de mercancías que fue un soplo de prosperidad para muchas familias sumidas en la más absoluta miseria. El cambullón era un oficio de trapicheo como medio de ganarse la vida, dedicado a la compraventa generalmente usando el trueque, subiendo a bordo de los barcos mercantes atracados o fondeados de distintas nacionalidades. Del origen del vocablo confluyen varias teorías; una parte tiene procedencia portuguesa derivando de palabras como cambulhar, cambalache, etc., aunque la más aceptada es que su origen provenga de la expresión inglesa Come Buy On? (¿puedo comprar arriba o a bordo?),  debido a que en muchas ocasiones la voz no era suficiente para ser oído, usaban un cartel que ponía Cambuyon.

Los cambulloneros usaban la picaresca ante capitanes de navíos desconfiados haciéndose pasar por prácticos falsificando, si era preciso su identidad y, en la que la rapidez de las operaciones en el intercambio era esencial. Con la proliferación del oficio los había que desarrollaban su actividad en tierra, en el propio muelle esperando a que bajara la tripulación y pasaje. Las autoridades portuarias ayudaban haciendo la vista gorda en una corruptela generalizada y, fue tanta la gente que comenzó a vivir de este medio, que las autoridades administrativas para llevar un censo decidieron expedir unos carnés, una forma de legalizar el oficio. Al carné se lo conoció por ‘carné negro’, por su aspecto oscuro.

 

En 1912 se crea la ley de Cabildos para tratar de acabar con la disputa que existía entre las principales islas por ostentar la capitalidad, pero no resultó y, en 1927, bajo la dictadura de Primo de Rivera se crea la división provincial compartiendo capitalidad con Las Palmas de Gran Canaria.

Mientras, La ley de Puertos Francos se mantiene durante la dura época franquista, pero se vuelve obsoleta con el empuje de los nuevos tiempos y en 1972, para contribuir al desarrollo económico de Canarias entra en funcionamiento la nueva Ley del Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF), cual se aprueba el 22 de julio de ese año. En junio de 1994 sufre nuevas modificaciones para adaptarse a la UE y el 5 de noviembre del 2018 se aprueba el REF constitucionalmente, así como dentro del Estatuto autonómico y de la fiscalidad europea de la UE, promoviendo con ello el desarrollo económico y social, garantizado por medio de una serie fijas de partidas presupuestarias en ámbitos como transporte, telecomunicaciones, turismo, empleo, educación, incentivos a la inversión, energías renovables, etc. En virtud del REF, se posee una excepción tributaria dentro de la UE, que abarata los precios en todas las actividades de consumo de los ciudadanos aplicándose en vez del IVA, el IGIC (Impuesto General Indirecto Canario), de enorme ayuda para sobrellevar la economía doméstica canaria. En torno al REF surgen las siglas ZEC (Zona Especial Canaria), referido a la baja tributación que tienen derecho las empresas de todos los sectores para promover su desarrollo económico y social en el archipiélago canario. Ello deriva a otros instrumentos fiscales como el RIC (Reserva para inversiones en Canarias), o la Deducción por Inversiones en Canarias (DIC). Según los críticos, las ayudas fiscales del RIC y DIC son más teóricas que pragmáticas, por sus lagunas legales de cara a la Dirección General de Tributos del Estado y la tardanza en el tiempo de ejecutarse su aprobación o desestimación.

Asimismo, desde la aprobación del decreto de ley en 1994, las partidas presupuestarias designadas por el ejecutivo estatal para el REF nunca han sido del todo respetadas a lo largo de los años, sometidas las ayudas a reducciones y retrasos. Durante el año 2021 el gobierno central volvió a ajustar las cuentas a la baja haciendo peligrar la competitividad de la economía canaria y de la recuperación económica, más cuando se encontraba devastada a causa de la pandemia por el coronavirus, ello sin contar con la creciente inflación que ha continuado debido a la crisis europea por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, acrecentado por el actual panorama belicista de confrontación entre las principales potencias en una nueva etapa de Guerra Fría.


 EL LLAMADO TRIBUTO DE SANGRE

 

No siempre se ha respetado este convenio ventajoso hacia Canarias. Tras la conquista del archipiélago canario, los nuevos terratenientes se volcaron en el cultivo de la caña de azúcar que supuso un revulsivo que impulsó la economía. Pero el descubrimiento del Nuevo Mundo acabó hundiendo este mercado originando una grave crisis entre finales del XVI y comienzos del XVII. Debido al empobrecimiento de la población, se produjo un flujo migratorio creciente hacia estos nuevos territorio allende los mares que prometían prosperidad. Por lo que, a mediados del siglo XVI, se comenzó a prohibir la emigración canaria. Años después llega un nuevo boom económico con el cambio de modelo agrícola por el cultivo del vino, que acaparó mucho éxito en la exportación, en particular la malvasía. El crecimiento económico incentivó un paulatino aumento demográfico de la población que llegó a ser alarmante y, según esta excusa, en 1678, se aprueba una real cédula, el Tributo de Sangre, para estimular la emigración de familias a América, especialmente hacia Santo Domingo que tenía una tasa de población muy baja y se corría peligro de perder la colonia a manos de las potencias extranjeras. La cédula obligaba a los caciques (aunque muchos empleaban esta ley como una forma de coaccionar al trabajador), a enviar familias canarias para la repoblación de América, como un “impuesto” a cambio de mantener sus privilegiadas condiciones comerciales. Estableciéndose que por cada 100 toneladas de mercancías que llevaran los barcos con productos de las Islas Canarias tenía que llevar cinco familias para América. Aplicando sucesivamente la misma equivalencia matemática para por ejemplo: 1.ooo toneladas correspondía llevar a 50 familias. Algunos investigadores señalan que esta práctica se llevaba aplicando desde años antes, desde 1663, en los navíos que iban de registro para Cuba, obligándose a embarcar cinco o seis familias con destino a esa isla. Este cupo de emigración forzosa siguió intermitentemente alternándose con años que se pausaron, debido a causas mayores como epidemias, malas cosechas, etc. Así, la cédula fue prorrogada en mayo de 1682 por cuatro años más. En 1688 se establece una nueva prórroga, pero esta vez obligaba durante 10 años. En 1697 se prórroga la cuarta real cédula del comercio canario-americano. Se calcula que se vieron obligados a emigrar por esta fórmula unos 15.000 canarios. Las familias con medios económicos podían saltear este tributo por medio de una tasa, pero la gran mayoría de la población de condición humilde estaban expuestos a ser embarcadas. Eso sí, la Corona española costaba su viaje y daba tierras sin tributar durante unos meses para su explotación. El Tributo de Sangre acabó abolido en 1778 durante el reinado de Carlos III.

 


LAS LEVAS DE RECLUTAS

 

En 1635, durante el reinado de Felipe IV, se incorporó a las islas otra obligación parecida a la del Tributo de Sangre y fue Las levas de Reclutas, que obligaba, para paliar la imperiosa necesidad de soldados debido a las constantes guerras que estaba inmerso el Imperio español, el reclutamiento forzoso o voluntario de un número indefinido de hombres según se requiriera, llegándose en ocasiones hasta 1.000 hombres entre todas las islas, hacia la Península o América para la defensa territorial. La primera de las levas se hicieron en 1638 llevándose a 1.200 hombres del archipiélago canario. La siguientes levas fueron: En 1645 se reclutaron 700 hombres; en 1646 se reclutaron 800 hombres y en 1648 otros 200 hombres. En 1654 se exigió el reclutamiento de 1.500 hombres y durante este siglo XVII hasta que finalmente se pusieron fin, se supera la cifra de 6.000 hombres.

 


viernes, 3 de noviembre de 2023

ZENOBIA Y SU SIMILITUD DE CARÁCTER CON OTRAS MUJERES ABORÍGENES PALMERAS

 Estando ayer en la playa de Amadores, mi mujer y yo nos coloquemos en las cercanía de un restaurante de nombre Zenobia, que me sonaba de una mítica reina siria rebelde. Por ello, me ha parecido interesante llevar a este blog, de cómo Zenobia llegó a reinar en Palmira y llegó a crear un fabuloso Imperio en el siglo III (entre el 268 y 272), e incluso osar enfrentarse con el todopoderoso Imperio Romano que atravesaba de lleno una crisis, sucediéndose durante ese periodo, una serie de emperadores.

 




Palmira, situada en el desierto de la actual Siria, fue una importante y próspera ciudad con más de 10.000 habitantes según algunas fuentes (datos superiores a esa cifra me parece exagerados), vasalla de Roma desde el siglo I a. C. , aunque gozaba de bastante autonomía propia. El éxito de Palmira en su esplendor, se basó en el comercio, puesto que era un oasis de paso que se hallaba ubicada en un lugar estratégico de tránsito de las caravanas por la ruta de la Seda, conectando Oriente con Europa. La ciudad estaba flanqueada por dos imperios a sus puertas: Roma y Persia (o Imperio Sasánida).










Zenobia, según cuenta las crónicas, se casó muy joven con unos 14 ó 15 años. Fue la segunda mujer, entre el 255 al 267, del príncipe Septimio Odenato de Palmira, cual era muy leal a Roma. Zenobia se implicó con él en el gobierno de la región, ganándose muchos apoyos por sus acertadas decisiones políticas y carisma, puesto que al igual que Cleopatra, era muy culta y hablaba varios idiomas. En esos momentos era emperador Publio Valeriano (253-260), cual acabó siendo apresado por los Persa en el 260, traicionado por su prefecto, convirtiéndose en el primer emperador capturado. Fue torturado y obligado a tragar oro fundido y su piel sirvió de trofeo que era exhibida en el templo principal. La neutralidad que gozaba Palmira fue rota al declarar la guerra a los persas sasánidos, cuyo emperador Sapor I, comenzaba a expandirse tomando tierras romanas y Odenato demostró su habilidad guerrera recuperando vastos territorios a los persas y mostrando su lealtad al hijo de Valeriano, Publio Galieno (260-268), que había sido proclamado al igual que otro ursurpador al trono de Roma, Fulvio Quieto. Odenato atacó y asesinó a este aspirante a emperador consiguiendo con esta acción el favor de Galieno que lo nombra “Rey de Reyes”, así como a su heredero Hairán (Herodes), fruto del primer matrimonio.

Pero Odenato junto a su hijo fue asesinado en el año 267, dentro de las tan comunes en estos tiempos, intrigas palaciegas de luchas por el poder, se cree que por orden de su primo Meonio. Aunque de poco le sirvió porque tan pronto como fue coronado, fue asesinado.

La corona correspondía al hijo menor de Odenato y hijo de Zenobia, Lucius Septimio, conocido por Vabalato, pero debido a su corta edad, su madre, que tendría unos 25 años, actuó de regente.

Aprovechando que el Imperio Romano, en donde había un nuevo emperador, Claudio II El Gótico (268-270), pasaba por momentos de debilidad combatiendo a intermitentes tribus germánicas que cruzaban la frontera del Danubio, Zenobia, en este año del 268, declara su emancipación contratando un gran ejército de mercenarios basado en arqueros y caballería, gracias a las riquezas que habían generado y generaba su ciudad. Pronto comenzó su sed de territorios y conquistó toda Siria, Anatolia (que corresponde a Asia Menor), Palestina,  el Líbano y, en Egipto, en el 270, se proclamó su reina ordenando decapitar al prefecto romano y se comenzó a acuñar monedas con la imagen de su rostro. Esta última hazaña por la que empezó a conocerse por la “reina guerrera”,  fue la gota que rebosó el vaso de la paciencia del flamante emperador recién llegado, Lucio Aureliano (270-275),  puesto que Egipto, el granero de Oriente de Roma, era de vital importancia. La ambición de la reina guerrera continuó creciendo, capturando más plazas romanas importantes para el comercio en Medio Oriente. Aureliano, que era un veterano militar, pronto pacificó todas las fronteras de Roma con Europa así como su zona oriental. Y marchó hacia el norte de África y próximo Oriente, recuperando el territorio que había tomado Zenobia. La emperatriz no tuvo más opción que refugiarse en el año 272 tras las murallas de su capital Palmira. Aureliano la sitió dejándola sin suministros, hasta que finalmente, fue capturada junto a su hijo cuando trataban de huir viajando a camello hacia Persia. Fueron llevados a Roma para ser exhibidas públicamente en un desfile humillante arrastrada por cadenas de oro en el 274. El final que tuvieron, madre e hijo, no se sabe. Algunas fuente dicen que fueron perdonados por Aureliano y la dejó exiliarse con su hijo a Tibur (el actual Tívoli, una provincia de Roma situada al centro oeste de Italia), aunque creo que esta hipótesis es muy romántica y en mi opinión lo más probable es que acabara decapitada y su hijo vendido como esclavo, que es como solían actuar los romanos, sin benevolencia hacia sus enemigos castigando de manera ejemplar, para provocar el temor ante todo aquella provincia o estado que trate de sublevarse.

En la actualidad, debido a la guerra en Siria que comienza con las primavera árabes en el 2011 y la llegada del radicalismo del Estado Islámico (EI), en especial con su intensificación en el 2015-2016, se desconoce con exactitud el grado de destrucción de este patrimonio histórico, que es probablemente muy grave.



La hazaña de esta gran mujer me recuerda a las mujeres aborígenes de la isla de San Miguel de La Palma que, según describe el cronista religioso franciscano, Juan de Abreú Galindo, autor de la “Historia de la conquista de las siete islas de Canaria”, escrita probablemente hacia 1630, copiada a su vez de otro autor que dejó inacabada su obra a finales del siglo XIV, el historiador militar Gonzalo Argote de Molina, las mujeres benahoarita (auarita), presentaban batalla a igual que los hombres. El autor hace referencia -mezcla entre leyenda y realidad-, a dos de estas bravas guerreras semejantes a las vikingas: la hermana de los caudillos del cantón de Tigalate, Juguiro y Garehagua, llamada Arecida; así como la nativa Guayafanta, alta y de cuerpo atlético, cual pudo haber sido reina del cantón (o de un subcantón) de Aridane. Ambas se defendieron con gran pericia y arrojo de los embistes de muchos cristianos. Guayafanta cayó abatida por certeras lanzas arrojadas a sus piernas que consiguieron doblegarla y de esta manera brutal, capturarla. Ambas mujeres compartieron en común su rebeldía a pesar de quedar presas y, fue tal su resistencia, que sus captores determinan matarlas.

En el municipio de Puntalla, en una necrópolis en el Barranco del Espigón, se descubrió junto a otros doce, el cuerpo momificado de una mujer envuelta en piel de cabra, práctica que solo la llevaba a cabo los nativos entre sus personajes más destacados.

El cronista portugués Gomes Eanes de Zurara relata que hacia 1453-1456, entre la captura de mujeres benahoaritas había una mujer sobresaliente que era reina de un subcantón de Puntagorda, y que de ella nace el origen de la leyenda que da nombre al topónimo de Cruz de la Reina, en donde se cuenta que prefirió antes de caer prisionera de los conquistadores, despeñarse por el acantilado.

También existen las crónicas sobre una mujer peculiar de fuerte carácter y dotes de mando, de la que se dice había sido caudilla del territorio de Gazmira (El Paso), perteneciente al Cantón de Aridane. Se menciona como es trasladada a Gran Canaria y es bautizada con el nombre de Francisca de Gazmira, enviándola de regreso a La Palma, en 1492, como traductora de mediadora entre los cantones, y con la misión de ayudar a la evangelización de los suyos, pero allí se convierte en un verdadero quebradero de cabeza para el conquistador adelantado, el capitán Alonso Fernández de Lugo, interponiéndose ante la masiva venta de esclavos nativos y denunciándolo ante los Reyes Católicos, logrando el hito de que fallaron a su favor a finales de 1494, siendo obligado éste a liberar a unos 3.000 canarios que había vendidos y movilizados por Andalucía de forma ilegal, teniendo que volver a retornarlos. 


lunes, 31 de agosto de 2020

La bandera Amazigh

Una bandera independentista que está arraigando en la sociedad canaria es la bandera Amazigh, aunque no es propia de Canarias sino que representa a la población bereber del Norte de África como pueblos hermanados en defensa de sus raíces e identidades culturales y en lucha contra la injusticia colonizadora europea y musulmana. Se exhibe cobrando cada vez mayor auge en los eventos políticos, culturales y deportivos, como lucha por la libertad de los pueblos. Canarias por el cúmulo de pruebas aborígenes se siente parte íntegra de la Tamazgha. La Tamazgha es una amplia región norteafricana donde se ha desarrollado durante siglos la cultura amazigh, que comprende desde el Archipiélago canario hasta el oasis de Siwa, en Egipto. Integrando en total 9 países: Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Mauritania, Malí, Níger, Burkina Faso y Egipto. La bandera se propuso hacia 1970 por el intelectual argelino Arab Besaud en Cabilia (Norte de Argelia), pero no sería hasta el 30 de agosto de 1997 cuando se hizo oficial en el Primer Congreso Mundial Amazigh en Tafira (Gran Canaria). El Congreso Mundial Amazigh (CMA) durante sus 23 años ha celebrado 7 Congresos celebrándose el último en Agadir (Marruecos), en julio del 2015


La bandera en tricolor consta de tres franjas horizontales de igual tamaño con la Z en lenguaje amazigh centrada: El color azul superior representa al mar Mediterráneo y el Océano Atlántico. El color verde de la banda central se identifica con el verdor del Norte de África y las montañas de Atlas, y el amarillo inferior se identifica con las arenas del desierto sahariano. El símbolo centrado compone la palabra Amazigh; el yaz, que significa «Hombre Libre». Su color es en rojo en simbolismo con el color de la sangre y la resistencia de su pueblo. 


La bandera tiene representación en los países del Norte de África, excepto en Argelia, país originario del movimiento, donde se prohíbe reprimiendo de manera violenta cualquier protesta y manifestación en las calles. Actualmente en el país se lucha para que el tamazight, que es hablado por casi 4 millones de personas, se reconozca como lengua oficial. El CMA ha denunciado a Marruecos por los tratos discriminatorios y derechos hacia los bereberes, aunque éste país si reconoció desde el 2011 la lengua amazigh como lengua oficial. Otros países donde se reprimen brutalmente a los bereberes, así mismo denunciados internacionalmente son Libia y Malí.


Mi opinión es que aunque los aborígenes que habitaron las islas fueran de origen bereber -muchos de los yacimientos lo avalan-, la realidad es que los genes de gran parte de los habitantes canarios no provienen del mestizaje que hubo tras la arcaica época de la conquista. Ciertamente si hubo gran cantidad de mestizaje, incluso lineales no cruzados, de canarios con canarios, pero se obvia que el paso del tiempo con sucesivos cruzamientos ha diluido la raza pura. Por la sangre del canario moderno circula un porcentaje elevado de sangre de procedencia preferentemente europea, y por lo tanto, en el presente, canarios de pura cepa, ninguno. Y a pesar de que geográficamente el archipiélago canario se halla muchísimo más cercano de África que de Europa, nuestro modelo social y cultural es indudablemente europeo. Incluso es seguro afirmar que el tamazight aborigen canario no es el mismo que el hablado por los bereberes africanos. Las lenguas progresan y sufren todo tipo de variaciones por el paso inexorable del tiempo, llegando lingüísticamente a diferir de la lengua original. Podemos poner como ejemplo el idioma español actual en donde gran mayoría de su vocabulario es diferente al hablado (y escrito) en la Edad Media, ello ocurre con todos los idiomas, es decir, dudo que un canario aborigen entendiera el bereber actual hablado en una zona concreta de África.
Eso no quita que pienso que puede que nos hubiera ido mejor económicamente a Canarias si fuéramos un territorio independiente, aunque sinceramente tampoco soy especialmente optimista con ello.