martes, 2 de febrero de 2010

Felipe II de Austria 'Señor de Oriente y Occidente' ( reinado desde 1558-1598), y su Leyenda Negra




Hijo sucesor de Carlos I, fue llamado Señor de Oriente y Occidente el afortunado heredero de un Imperio extensísimo «donde nunca se pone el sol». Dominaba gran parte de Italia, bastas extensiones americanas (Las Indias), territorios africanos, y posesiones asiáticas como por ejemplo las Filipinas. Fue coronado rey de Nápoles desde 1554, Señor de los Países Bajos hacia 1555, y rey de España e Indias desde 1556. Así mismo fue monarca consorte de Inglaterra, y rey de Escocia e Irlanda por su matrimonio con María Tudor desde 1554 a 1558.
Convirtió a la villa de Madrid en la capital de España a partir del año 1561. Por esa época la villa contaba con pocos habitantes, pero como era un lugar muy predilecto del monarca, lo eligió para establecer las Cortes de modo permanente.
Hecho relevante fue también la victoria en la contienda naval llamada Batalla de Lepanto sucedida en 1571 en el Mar Mediterráneo a la altura de Grecia. Esta contundente victoria sobre su máxima potencia enemiga, los otomanos, supuso un respiro a su avance y continúo pillaje en el tránsito comercial.
Durante el reinado también anexiona a Portugal, al contraer matrimonio con María Manuela de Portugal en 1580.



Así mismo personaje destacable de este tiempo fue el corsario o pirata inglés Francis Drake (1540-1596), repudiado enemigo que diezmó en sus ataques las posesiones españolas en América (Nuevo Mundo), además de por la famosa hazaña de circunnavegar el planeta entre los periodos de 1577 y 1580, destacando por ser el primer inglés en cruzar el llamado Estrecho de Magallanes y dar la vuelta al mundo, contando con 55 años.
Sir Francis (Francisco) Drake además de pirata y explorador, fue comerciante de esclavos, político y vicealmirante de la Royal Navy (Cuerpo antiguo muy importante de la marina británica). Su primo fue otro importante pirata John Hawkins del cual fue su aprendiz. En 1572 alcanzó la popularidad por sus incursiones de saqueos en el mar del Caribe. Participó desde 1581, bajo el mando de la reina Isabel I de Inglaterra, y luchó contra la Armada Invencible infringiendo daño en diversos puertos y capturando varias carabelas. En 1589 comandando la llamada Contra-armada tuvo un estrepitoso fracaso protagonizando un ataque contra puertos españoles siendo rechazado por las milicias de Portugal y de La Coruña. En la Coruña donde la población en peso se echó a la calle a repeler el asedio, cabe destacar la figura heroica de María Pita, que tras morir su marido en la defensa de la ciudad luchando encarnizadamente con las tropas inglesas, llena de rabia con bravura se abre paso batiendo con una lanza de la bandera inglesa, al alférez que dirigía el asalto y que era hermano del propio Francis, muriendo en el acto y haciendo que sus tropas se replegaran ante la sorpresa.
Decir que el descubrimiento de América supuso todo un monopolio del comercio para la corona castellana con el tránsito hasta España de todo tipo de mercancías, creándose la llamada Flota de la Plata o de las Indias con numerosos galeones que salían de los principales puertos de las Indias cargados de además de indistintos productos, de riquezas en oro, plata, perlas, y piedras preciosas…
En Canarias hacia 1585 el temible corsario de camino hacia Las Indias, dejó también huella atacando en principio a las islas de La Palma, La Gomera, y El Hierro. Pero fue repelido contundentemente en ambas primeras y desistió. La isla de El Hierro al corroborar que su capital Valverde no respondía a sus intereses logísticos por su lejanía al mar decidió no atacarla y dirigir sus esfuerzos hacia el continente americano.
En 1595 volvió a Canarias a centrar su ataque en la isla de Gran Canaria. Lope Vega le hizo frente resistiendo bravamente su embiste por varios enclaves de la isla: Tanto por los puertos de Santa Catalina, Castillo la Luz y Santa Ana. Teniendo que desistir y huir ante tantas bajas. Aunque no logró resistir su siguiente ataque el archipiélago de Cabo Verde de camino hacia las Indias. En 1596, con 56 años, enfermó de disentería y murió en Panamá.
Canarias durante los siglos XVI y XVII bajo el reinado de los Austrias, se encuentra en un periodo de gran aumento demográfico y despegue económico gracias a la libertad comercial de la época, de neurálgica importancia para el paso de los buques cargados de todo tipo de mercancías y tesoros procedentes de las Indias. Por ello se convierte en un lugar goloso para los piratas. La economía agrícola del archipiélago durante estos siglos se basó casi exclusivamente en el azúcar y el vino.

 Sir Francis Drake (1540-1596)


El desastre de la Armada Invencible (1589)




El principio del declive español se sucede la llegada del desastre de la Armada Invencible en 1589 en el Canal de la Mancha. La Armada Invencible la componía un contingente de 130 naves con una tripulación de 27.543 hombres, y en la derrota que sufre por parte de la flota anglo-holandesa se debió en gran parte al mal tiempo reinante, y por los barcos más ligeros y rápidos que dispuso el enemigo muy superiores en maniobrabilidad. Al poco de reponer algo la flota en el puerto de Calais (Francia fue neutral durante el conflicto), continuó el acoso inglés constantemente sin tregua hundiendo barcos, y al internarse más al Norte durante la huida, se internaron aún más en la tormenta que terminó por hacer añicos a la flota, naufragando mucha de ellas en arrecifes de las costas inglesas e irlandesas.
En cuanto a su vida sentimental, el monarca estuvo casado en cuatro ocasiones y tuvo 8 hijos. En primera instancia contrajo nupcias con:
1. Manuela de Portugal (1543-1545): Desafortunadamente muere al dar a luz a su único hijo, el Príncipe Carlos (1545-1568), al que debía corresponder la sucesión, pero que fallece joven.
2. En 1554 se casó con María Tudor (María I de Inglaterra), soberana así mismo de Inglaterra. Fue apodada la Reina sangrienta sobre la que circulaba todo tipo de leyendas macabras. Contaba con 37 años y se dice que era fea, beata, y que carecía de dientes. Se cuenta que amaba profundamente a Felipe II. Muere en 1558, sin dejar descendencia.
3. En 1559 contrajo matrimonio con su tercera esposa Isabel de Valois, princesa de Francia. Se casaron en Paris y con la boda se restableció la paz entre ambos países. Con ella tuvo dos hijas. Desgraciadamente también fallecería hacia 1568, motivo de gran dolor para Felipe II, ya que parece que estuvo muy enamorado. Tristeza de la que nunca lograría reponerse.
4. Hacia 1570 se casó con su sobrina Ana de Austria (Hija de su hermana María de Austria y del emperador Maximiliano II), un caso de endogamia. Fruto del matrimonio tuvieron 5 hijos, del que Felipe III (1578-1621), se convertiría en heredero de la Corona (1598-1621).
Manuela de Portugal(1543-1545).



María I de Inglaterra (1554-1558).




Isabel de Valois (1559- 1568).

Ana de Austria (1570- 1580).


Una mujer relevante en su reinado y muy poderosa fue Ana de Mendoza de la Cerda; más conocida como La princesa de Éboli (1540-1592). Perteneció a una de las familias castellanas más influyentes de la época: Los Mendoza. Familia que aseguraba que su linaje descendía del propio Cid (Sidi) y de los reyes de Navarra; aunque es pura especulación.
Contrajo nupcias a petición del príncipe Felipe (antes de convertirse en el rey Felipe II), muy jovencita con tan sólo 12 años en 1552, con su amigacho Ruy Gómez de Silva un noble de origen portugués ministro importante de su Corte, y Príncipe de Éboli (Ciudad ubicada en el reino de Nápoles).
Fue una de las mujeres más brillantes y hermosas de la época. Se dice que perdió un ojo a causa de su afición a la esgrima con la punta de un florete, pero la opinión más extendida es que fuera bizca de nacimiento o que tuviera algún otro problema ocular, en cualquier caso no le restaba atractivo a su rostro. Tuvo 10 hijos, pero fallecieron tres, entre ellos dos mellizas.


Se enfrentó en varias ocasiones a la orden de las Carmelitas descalzas, con su fundadora la mística Teresa de Jesús (1515-1582) y sus frailes. Primero por la construcción de unos conventos que legara junto a su marido, que pretendía que fueran según sus dictados. Y más adelante a la muerte de su marido en 1573 -con lo que se vio en disposición de un amplio patrimonio-, se le concediera sus deseos de ser monja junto a todas sus doncellas. Al principio Teresa de Jesús transigió y la dispuso en una pequeña habitación austera, pero no se acostumbró a la vida sin lujos; y marchó a una casa cercana con todas las comodidades que ella creía indispensables teniendo a las monjas a su servicio. Al enterarse Teresa de Jesús expulsó a todas las monjas dejándola sola, por lo que finalmente optó por marcharse a su palacio de Madrid hacia 1574. Además existían rencores porque la madre superiora guardaba excelentes relaciones con la nobleza de la Casa Alba, a los que ella detestaba.
A sus manos llega un polémico manuscrito biográfico de Teresa de Jesús escrito entre 1562-5 llamado Libro de la Vida, que aprovechó para presentarlo como prueba acusatoria ante la sede de la Inquisición acusando a la monja de hereje.
En realidad la Inquisición española llevaba algún tiempo investigando a la madre superiora por los rumores de simpatizar en exceso con otras religiones paganas y particularmente por sus declaraciones de mantener conversaciones directas con Dios.
La obra fue incautada pero al matizarse de que no era un trato directo, sino un reflejo de actos cristianos. Al carecerse también de pruebas recabadas suficientes, fue absuelta de los cargos de herejía. Aunque su obra fue tachado de libro prohibido y se mantuvo sin publicar durante un periodo de 10 años. Aunque tiempo después para lavar la imagen de la Iglesia la monja fue beatificada como Santa en 1614.
Ana de Mendoza a la muerte de su marido parece que mantuvo en secreto relaciones con Antonio Pérez, secretario del rey. Su relación fue descubierta por el controvertido Juan de Escobedo (secretario de Juan de Austria), y éste poco después aparece muerto a estocadas a quien todo el mundo culpa de responsable a Pérez. Un año más tarde el rey que también lo creía el autor, ordena su detención. La muerte de Escobedo parece ser que responde también a intereses e intrigas por la sucesión al trono vacante de Portugal, así como contra Juan de Austria en un intento de casarse con María Estuardo.
Se sugiere también que Ana fuera por su relación tan cercana, amante de Felipe II, principalmente durante su matrimonio con la joven Isabel de Valois, cual fue íntima amiga suya.
En 1579 fue encerrada por orden de Felipe II. Primero en el Torreón de Pinto y más adelante en La Fortaleza de Santorcaz (Madrid), privada de sus bienes y la tutela de sus hijos. No está claro el porqué de esa actitud cruel de Felipe II hacia Ana, pero no obstante siempre cuidó y protegió a sus hijos.
En 1581 la trasladaron a su palacio Ducal de Pastrona. Pero con la fuga en 1590 de Antonio Pérez, Felipe II mandó poner rejas y verjas en todas las puertas y ventanas del palacio.
Finalmente en 1592 fallece siendo atendida por su hija menor Ana de Silva (cual se haría más adelante monja), y con tres criados.
De esta mujer enigmática y carismática se han hecho varias películas como: La conjura del Escorial dirigida por Antonio Real, y recientemente se rueda La princesa de Éboli, interpretándola Belén Rueda.

LEYENDA NEGRA SOBRE FELIPE II:



En torno a su figura circulan varias leyendas oscuras. Felipe II como su padre Carlos V, hizo de la defensa de la fe católica una prioridad y fue presentado por sus enemigos como un fanático al que apodaron “El Demonio del Mediodía”, o del “Sur”, que dista del apodo que utilizaba sus admiradores refiriéndose a su persona como El rey Prudente. Ya que a través de su brazo ejecutor la Santa Inquisición, se le acusa de barbarie por los métodos crueles y ejecuciones en masa de la llevada de la fe en la colonización de la Conquista de América.
Se dice que se creía la reencarnación del mismísimo Salomón, y que mandó a construir El Monasterio de El Escorial (1563-1584), como el Nuevo Templo de Jerusalén, circulando rumores que había hecho traer desde Oriente El Santo Grial para esconderlo entre sus muros. Lo cierto es que se halla decorado de los más curiosos objetos multiculturales, así como impresionante es su vasta biblioteca comparable a la del Vaticano, y en la que se conserva todo tipo de libros, incluso desconocidos y otros totalmente vetados por la Santa Inquisición, como tratados de oscuras artes de hechizos, sanaciones, y de alquimia.
También allí se encuentra su Panteón Familiar, en donde desde el año 1573 se hallan la gran mayoría de los restos mortales de los miembros de la Familia Real; tanto la dinastía de los Habsburgo (incluido su padre Carlos I), como de los Borbones. Goza de un halo de misterio debido a las estancias especiales en el subsuelo de la Basílica llamadas el “pudridero” -que a su vez divididas en dos salas entre Panteón Real y de Infantes-, se conservan los cuerpos durante una media de 30 años para luego proceder a su momificación, y reducción de sus cuerpos llegando a caber en un cofre de apenas un metro de largo por 40 cm de ancho. Fue custodiada en principio por los monjes de la Orden de los Jerónimos, pero siglos después se encargaron los monjes agustinos, hasta la actualidad.
Otra leyenda negra se debe a la muerte de su propio hijo Don Carlos y a su esposa Isabel de Valois. Existen especulaciones que fueran conspiradas por el rey a causa de la relación amorosa que mantenía con su sobrina Ana de Austria, (4ª y última esposa), que llevara al rey a planear la muerte de su mujer e hijo para poder casarse con ella. También se especula que tuviera relaciones sexuales con su propia hermana Juana. Tales rumores difundidos han creado una imagen de un Felipe II monstruoso, sanguinario, sombrío, fanático, y mujeriego.
Su hijo Carlos debía ser el sucesor de la Corona, pero según la documentación histórica, refleja que estaba seriamente perturbado y padecía trastornos mentales de agresividad extrema y sadismo de la que protagonizó muchos episodios violentos de los que fueron víctimas muchos de sus siervos: plebe, y cortesanos. Además de alguna enfermedad de sintomatología parecida a la Malaria que le causaba fiebre alta. De hecho se dice que ordenaba llenar su cama de nieve, así como ingerir agua helada en grandes cantidades.
En 1568 lo arrestaron tras conocer Felipe II a través de Don Juan de Austria (Hermano bastardo del Rey y que fuera héroe de Lepanto), que conspiraba para asesinarlo. Estuvo 6 meses en cautiverio y parece que salió aún más mentalmente enfermo. Falleció con 23 años en 1568, debido a los múltiples problemas de salud que arrastraba, aunque también hubo sospechas de haber sido envenenado.
Otra sombra que alimenta la leyenda negra es su relación con la muerte de Juan de Escobedo hacia 1578, quien fuera su consejero de Hacienda. Aunque la conjura para su asesinato estuvo orquestado por otro hombre fuerte del reino de Felipe II, su secretario personal Antonio Pérez, cual acusó de manera sutil ante el rey de estar conspirando y a la vez actuando de espía para su hermano Juan de Austria con ánimos de derrocarlo del trono. Escobedo sufrió varios atentados, hasta que finalmente el cuarto intento fue el decisivo, muriendo al ser acorralado, de una estocada fatal. En la maquinación además del beneplácito del propio rey, estuvo implicada la Princesa de Éboli quien creía que Escobedo iba a poner al descubierto su relación amorosa con Pérez ante el rey. Parece ser que una vez Felipe II supo los verdaderos hechos, de que el auténtico traidor de la Corona por tráfico de documentos secretos y enriquecimiento ilegitimo fue Pérez, guardó un profundo rencor hacia ambos y acabó al año siguiente por recopilar las pruebas suficientes para la encarcelación de la princesa de Éboli y de Antonio Pérez, aunque éste último acabó por huir y acabar en la más absoluta indigencia en Francia.
La muerte del soberano alimentó aún más la leyenda oscura por su agónica lentitud. Desde 1592 su salud se había deteriorado irremediablemente. La gota había afilado aún más sus garras para clavarlas en las carnes del rey, hasta el punto de que ni siquiera podía firmar los documentos que tenía ante sí. Los dolores eran tan intensos que no podía soportarlos ni siquiera acostado, además de padecer incontinencia, insoportable para alguien que le gustaba ir tan aseado como él. Se trasladó en 1598 ya muy mal, a su monasterio El Escorial desde donde moriría durando el calvario unos 53 días, literalmente pudriéndose con llagas supurantes, gusanos entre el pus, y piojos que masivamente irritaron su piel y que le provocaron pediculosis.
Estos últimos días ordenó poner en las paredes de su cuarto y todos los lados de su cama imágenes sagradas y crucifijos. Además de rodearse de unos cuadros enigmáticos sobre “el más allá” del polémico e intrigante pintor holandés conocido por El Bosco (1450-1516), que tanto su padre como él, habían sido grandes admiradores y coleccionistas de su obra. Entre los cuadros se dice que figuraron los más representativos como fueron: La Mesa de los Pecados Capitales (1490-1500), y el espectacular El Jardín de las Delicias (1505-1510).


El rey falleció tras la ardua agonía a los 72 años. Dejando testamento escrito de que se fabricara un ataúd con los restos de la quilla de un galeón portugués cuya madera era incorrupta y la fatalidad del destino quiso que se llamara “Cinco Llagas”. A continuación pidió que lo enterrasen en una caja de cinc ordenando que «se construyera bien apretada para evitar todo mal olor».
El oleo de la Mesa de los 7 Pecados Capitales lleva en su centro un ojo con la representación central de Jesucristo con la inscripción en latín: “Cuidado, cuidado, Dios lo ve”. Los 7 anillos exteriores muestran representaciones cotidianas de la vida que son ejemplos de pecado, llevando cada recuadro de imagen el nombre: “Ira, Soberbia, Lujuria, Pereza, Gula, Avaricia, y Envidia.”
Los Pecados Capitales se refieren a que ellos son la base, el origen de todos los demás.
Además el cuadro en las esquinas de cada lado lleva 4 círculos ilustrando: “La Muerte, Juicio, El Infierno, y La Gloria.”Arriba reza en latín la leyenda: «Porque son un pueblo que no tiene ninguna comprensión ni visión, si fueran inteligentes entenderían esto y se prepararían para su fin».
Y abajo entre el Infierno y la Gloria el texto dice: “Yo esconderé mi rostro de ellos, y veré cual será su fin”.

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