jueves, 6 de agosto de 2009

Isabel Bathory (Erzsébet Báthory de Ecsed), la Condesa Drácula




La leyenda dice que era aficionada a secuestrar y torturar a muchachas cuya sangre bebía para preservar la eterna juventud.
Nació hacia el año 1560 en la localidad de Nyírbátor, dentro de la región de Transilvania en la actual Hungría. En aquella época el territorio estaba dividido en dos partes: una parte ocupada por los turcos, y la otra por los Habsburgo austriacos, siendo uno de los países más salvaje de la Época Feudal. Isabel pasó su infancia en el castillo Ecsed, era sobrina de Esteban I Báthory, príncipe de Transilvania y rey de Polonia entre 1575 y 1586. El escudo de armas de la familia los conformaba tres dientes de jabalís en color plata dentro de un campo de gules. En aquella compulsa época eran frecuentes entre la nobleza los matrimonios consanguíneos, así muchos de sus familiares nacían tarados o con algún tipo de degeneración que conlleva secuelas tanto físicas como mentales.
Se narra que Isabel sufrió diversos ataques de epilepsia y de algún que otro trastorno neurológico, pero que estos episodios fueron remitiendo con el paso del tiempo hasta desaparecer. Tenía un intelecto alto y así recibió una educación con esmero siendo una de las pocas nobles con cultura hablando húngaro, latín, y alemán. Además de ser muy bella se cuenta como pronta anécdota que a los 13 años quedó en cinta de uno de sus sirvientes cual acabó castrado y arrojado luego a los perros, siendo enviada Isabel a otro remoto castillo hasta que pariera el bebé al cual luego hicieron desaparecer.
A los 15 años en 1575 fue desposada con su primo el Conde Ferenc Nádasdy cual contaba con 26 años, y como la mayoría de los caballeros de la época se pasaba todo el tiempo combatiendo. Lo apodaban El Caballero Negro de Hungría, y se pasaba la vida luchando encarnizadamente contra los principales enemigos del momento, al que gustaba empalarlos, los otomanos. Al casarse se trasladaron junto a su odiada suegra Úrsula y otros miembros de la familia al famoso Castillo Cachtice.

Castillo de Cachtice lugar donde supuestamente cometió sus atroces crímenes, y en donde fue emparedada hasta su muerte.

Promiscua y muy sádica, se iba tanto con sirvientes que con sirvientas. Acostumbraba a aplicar brutales palizas a su plebe con un pesado mazo, o a castigarlas con agujas debajo de las uñas. Hacia 1585, diez años después del matrimonio, tuvo a su primera hija a la que llamaron Ana, más adelante tuvo otras dos hijas: Úrsula y Katherina. Y hacia 1598 a su único hijo varón llamado Pal.
Hacia 1604 el Caballero Negro de Hungría fallece tras caer enfermo durante una de sus últimas batallas, contando ella con 44 años, quedando dueña de un extenso y fértil condado. Pero sin un ejército para proteger sus dominios. La primera medida que tomara fue la echar a su suegra del Castillo junto al resto de la familia Nádasdy, y decide encerrar a la servidumbre que los atendía en el sótano a los complacía castigar de vez en cuando. Por esta época apoya económicamente a su hermano Gábor I Báthory que ocupara el Principado de Transilvania, y lucharía contra los alemanes, poniéndola en peligro de que fuera acusada de traición por el entonces rey Mátyás II de Hungría.
Parece que practicaba la brujería, concretamente La Magia Negra (acusaciones muy comunes por la época como pasaría de igual modo a la célebre Juana de Arco), y tras una serie de acusaciones que llega a oídos del rey Mátyás II y que seguramente ambicionaba como muchos, el importantísimo condado que ahora regentaba sóla como viuda señora feudal, envía a un primo de ésta, el Conde Jorge Thurzó, que también estaba enemistado con ella, para que llevara a cabo una investigación personal sobre los muchísimos rumores de sadismo, torturas y muertes. Tomando el lugar con sus soldados sin haber apenas resistencia por no tener ejército.



Según cuenta la leyenda los horrores se sucedieron a partir de precisamente cumplir los 44 años, ya que en esa época se era una anciana, y convertida en asesina en serie utilizaba la sangre de jóvenes sirvientas y pupilas para conseguir a su través, la ansiada eterna juventud y estar siempre bella.
Lo primero que observara el Conde con sus hombres, fue a una sirvienta atrapada en un cepo en el patio en un estado agónico habiendo recibido una soberbia paliza que le había destrozado la cadera. En el interior hallaron a una chica desangrada en el salón, y a otra aún viva pero con todo su cuerpo agujereado. En la mazmorra había una docena de moribundas, algunas de las cuales habían sido cortadas a trozos en sendas ocasiones a lo largo de las últimas semanas. Enterradas hallaron unos 50 cadáveres de chicas jóvenes. Más en su diario personal, relataba con todo tipo de detalles macabros, su despiadado vicio, con lo que haciendo balance sumaron que debió asesinar brutalmente a unas 612 jóvenes. Se decía que el castillo estaba cubierto de manchas oscuras, y despedía un tenue olor a putrefacción.


Parece que todo empezó al poco de morir su marido hacia el año 1604 cuando al castigar a una doncella con un fuerte bofetón, por un tirón involuntario de sus pelos cuando la peinaba, y al sangrarle copiosamente la nariz, a ella le pareció que el lugar en su piel donde había salpicado la sangre, las arrugas desaparecían, y su piel rejuvenecía. La condesa quedó fascinada y se convenció de haber hallado el secreto de la juventud. Tras consultar a brujas y alquimistas, con ayuda de su mayordomo llamado Juan Ujváry, más conocido por Ficzkó, y una corpulenta ayudante llamada Dorottya desnudaron a la muchacha, la degollaron y llenaron un barreño con su sangre en el cuál se bañaría Erzsébet (Isabel) y bebería su sangre hasta saciarse...




Entre 1604 y 1610 los ayudantes de Isabel la proveyeron de chicas entre los 9 y 26 años para sus rituales sanguinarios. En un principio para mantener las apariencias contaron con la ayuda de un cura local que se aseguraba de que las chicas tuvieran sepultura, pero cuando la suma se elevó tanto que comenzaba a ser sospechoso y el párroco se negara a continuar, tuvieron que amenazarlo y dejar sus servicios para comenzar a enterrar en secreto los cuerpos desangrados. (Su testimonio en el juicio fue crucial para destapar estas abominaciones).
El mayordomo era un sádico que daba rienda suelta a sus mas depravados instintos, a lo que les hacía de todo a las muchachas ayudado siempre para inmovilizar a sus víctimas con su corpulenta ayudante. Llegando a morder directamente en las mejillas, cuello, pechos y hombros, a las chicas para beber hasta la extenuación su sangre. Hacia 1609 se llegaron a quedar sin sirvientas y comenzaron a tomar a niñas y adolescentes de buena familia para educarlas. Aquellas comenzaron a morirse por las mismas causas misteriosas y desconocidas; aunque tampoco en esta época era inusual el alto número de muertes, pero sí concentrado en aquel internado de Cachtice. Pero siendo víctimas ahora pertenecientes a la nobleza atrajo la atención. Además, con el aumento proporcional de cadáveres, eran mayores los descuidos a la hora de esconderlos, y no teniendo donde meterlos los ocultaban en los campos de cultivo cercanos y alrededores en zonas accesibles del castillo. Hasta que finalmente una de las víctimas logra escapar, e informar a las autoridades religiosas.
Utilizaba también un artilugio de tortura llamado Doncella de Hierro que era una especie de sarcófago con silueta de mujer, que por dentro tenía afiladas cuchillas. Allí introducía a la víctima y la encerraba para que los pinchos se le incrustasen en el cuerpo.
Todos los seguidores de Erzsébet fueron severamente castigados como era habitual en aquellos tiempos, decapitados y luego quemados. Salvo a la más joven de las ayudantes que contaba con 14 años, a la que perdonaron la vida aunque recibió unos 100 latigazos. Erzsébet por pertenecer a la nobleza la ley impedía que la procesaran, así que determinaron encerrarla en su castillo. La introdujeron en una mazmorra, sellando puertas y ventanas, dejando sólo un pequeño orificio para pasar la comida.
Hacia el 31 de julio de 1614 con 54 años dictó su testamento y últimas voluntades, ordenando que sus posesiones fueran divididas entre sus hijos, los cuales años más tarde fueron acusados de traición por ayudar a los alemanes. Moriría un 21 de agosto de 1614 tras cuatro años de estar cautiva sin ver la luz del sol. La enterraron en su poblado natal en la cripta perteneciente a la familia Ecsed, situada al noreste de Hungría, y todos sus documentos fueron sellados durante más de un siglo, prohibiéndose hablar de ella en todo el país.
Los juicios de este tipo, fácilmente manipulables, eran comunes en la compulsa época de entonces, por lo que muchos historiadores creen que todo pudo ser un plan conspirativo para regentar la rica comarca de la que al quedar viuda, fue su dueña absoluta. En la Hungría contemporánea, Erzsébet Báthory está rehabilitada junta a Juana de Arco. De su reputación siniestra se ha hecho varias novelas y documentales así como ha sido llevada al cine no con muy buen criterio cinematográfico.

Algunos de los carteles de films que se han rodado sobre la condesa vampira.



Otra dama con mala fama fue María Tudor; la reina María I de Inglaterra (1516-1558), apodada María La sanguinaria por sus actos de persecución contra los protestantes. Fue la esposa de Felipe II de España, convirtiéndose este con el enlace en Felipe I de Inglaterra.
María Tudor ascendió al Trono de Inglaterra e Irlanda en 1553 casándose con Felipe II de España y I de Inglaterra, pero sólo de modo consorte con cláusulas de respetarse la independencia de Inglaterra, consolidando con ello el Tratado de no agresión entre ambos países. Fue la 4ª monarca de la Dinastía Tudor, y la 3ª mujer en acceder al trono inglés. Fue hija de Catalina de Aragón y Enrique VIII de Inglaterra; rey controvertido que no paraba de casarse (por ello se lo apoda  Barba Azul), y que para conseguir su propósito se convirtió a la religión protestante, para así poderse divorciar cuando se le antojara.
María detestó junto a su madre a su padre, por las múltiples humillaciones de las que fue objeto. Por ello durante su reinado, antes que tomara el trono su hermana Isabel, rechazó las leyes protestantes aprobadas por Enrique VIII restableciendo en 1554 las leyes contra los herejes, y durante casi cuatro años se persiguieron a los líderes protestantes ejecutando a unos 300 a la hoguera, es decir, a todos los que pudo pillar y se negaban a convertirse al catolicismo. Alcanzó una tremenda popularidad entre la población católica. Los ingleses le pusieron el nombre en su honor, al popular coctel Bloody Mary: consistente en mezclar homogéneamente Vodka con zumo de tomate.


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