En la década de los 80 del siglo XX fue descubierto en la localidad de Darmstadt (Alemania), y durante la mayor parte de este tiempo ha estado en una colección privada. El 19 de mayo del 2009 fue presentado en el Museo americano de historia natural de Nueva York la existencia de este fósil, muy bien preservado y casi completo al 95%. Conservaba uñas y algo de estómago cual revelaba que había digerido hojas y frutas. Data alrededor de los casi 50 millones de años de antigüedad correspondiente al período del Eoceno Medio: Etapa después de la extinción de los dinosaurios cuando comenzaron a predominar los mamíferos.
Parece ser que era una hembra joven que moriría a los 9 ó 10 meses de edad, y medía unos 53 cts. de altura. Lo único que le falta es una pata trasera izquierda. Al principio se consideró que era un primate perteneciente a la especie Lémur (del latín que significa espíritus de la noche), por su apariencia, pero fue descartado tras varias pruebas. Esta especie destaca porque tiene los ojos frente a frente como los humanos, y posee uñas en vez de garras con cinco dedos (similares a los humanos), que le proporciona un agarre de precisión como para la escalada y recolección de frutas por ejemplo. Tiene también dientes parecidos a los monos con molares. Por ello ha sido considerado La octava maravilla del Mundo dentro del mundo científico, por lo que indica que es un fósil de transición entre primates y el linaje humano.
Sus restos fueron descubiertos por un aficionado coleccionista de fósiles en 1983, en Messel - en un antiguo cráter volcánico cerca de Frankfurt, en Alemania-, cual lo mantuvo colgado y limpio en resina de poliéster durante unos 20 años, hasta que se le presentó un tratante perteneciente al museo de historia natural de Noruega que sorprendido se lo compró, pagando más de un millón de dólares. Más tarde junto a dos paleontólogos se comenzaría a estudiar al ejemplar.
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