lunes, 18 de octubre de 2010

¿Riesgos para la salud el consumo de pescados como el Panga, la Perca, o la Tilapia?



Los dos primeros pescados que son originarios del agua dulce, han estado siempre bajo sospecha, sobre todo por el peligro de su cultivo en piscifactorías. Amén de las nuevas tecnologías en los avances genéticos y alimentos transgénicos como ejemplo tenemos lo ocurrido con la contaminación alimenticia con el pienso al ganado que dio origen de aquella enfermedad ya olvidada de Las vacas locas.
Entre los que más repercusiones mediáticas tienen últimamente es el del pez Panga (Pangasius Hypophtalmus), pescado que ha inundado los mercados y muy económico para el bolsillo en comparación a otros en pescaderías. Este pescado proviene de criaderos en acuicultura de los deltas del río Mekons en Vietnam y del Lago Victoria de África. Es un pez omnívoro con hábitat naturales en ríos y lagos asiáticos (Camboya, China, Malasia, y Tailandia). Su medida varía según la especie desde 1 m hasta llegar a 5 ms. con un peso de unos 250 Kg. Su forma se asemeja al tiburón, y tiene un aspecto horrible. Su carne es muy blanca sin piel ni espinas. Fácil de confundir en filetes porque se asemeja al lenguado. No contiene apenas grasa ni cantidades relevantes de aceite Omega 3 ni otros nutrientes esenciales.
Este alimento está bajo sospecha intoxicado desde su lugar de origen por ríos en donde se vierten sin control todo tipo de vertidos y desechos. Con alto contenido en cianuros, metales pesados, pesticidas cancerígenos, PVC (químico de plásticos), etc. Algunas remesas congeladas procedentes de Vietnam han sido rechazadas en los controles de la U. E. por tener colonias de listeriosis y contaminantes con diversos pesticidas. La O.C.U (Organización de Consumidores y Usuarios), ha analizado filetes de pescado y han detectado restos de los ya dicho pesticidas, y trazas de mercurio (Aunque dentro de los márgenes tolerables) -Ello sin contar del nuevo peligro contaminante de los micro plásticos de la que no se salva ningún habitat del mundo-.  En su conclusión informa que los contaminantes son bajos, y no sería un riesgo inmediato para la salud.
Su cría es barata y engorda al poco tiempo. El problema radica en la cautividad, ya que el modo de reproducirse es muy parecido a la del salmón cual nace en un sitio, luego viaja y vuelve al lugar de su origen para desovar en época de apareamiento. Este problema lo vienen solucionando inyectándoles a las hembras hormonas especiales en sus lomos excluyendo a los machos pero incluyendo los espermas en el medio, y así consiguen que desoven en el mismo lugar.
Desconozco la técnica exacta de esta reproducción asistida, pero la conclusión es que se obtiene los resultados pretendidos. Otra causa de preocupación radica en la harina especial de pescado que le suministran, y cual se baraja que sea transgénica así como sus vitaminas de dudosa procedencia. Algo similar ocurre también con otro pez que salta a la candelera como el Perca del Nilo que se cultiva en ríos y lagos de África de forma intensa. Hemos de concluir que son países tercermundistas con escasos medios de control en alimentos. Aunque hay que ser justos y afirmar que tampoco son tácticas exclusivas de los países pobres. El tratamiento dudoso de estas especies cautivas en criaderos también es omnipresente en el primer mundo con tácticas de ambigua legalidad, permitidas por la OMS, pero dentro de la estrecha línea entre legal e ilegal.
De todos modos el afán lucrativo no sólo se limita a estas especies de agua dulce, también las piscifactorías en mar salada de otras especies marinas están sujetas a estas experimentaciones para ganar beneficios redondos, como por ejemplo es el caso del pescado de nombre Tilapia. Este pez, todo lo contrario, si tiene una apariencia bonita y en sí en su entorno natural es un producto sano. El peligro nos llega cuando proviene de las piscifactorías -que es el que masivamente se halla en el mercado-, consumiendo el pienso modificado, además del suministro que se les suministra de antibióticos para prevenir enfermedades y epidemias que puedan acabar por contaminar las granjas y matar los ejemplares. Cada vez son más las especies que logran adaptarse a los criaderos como se ha logrado con otras como son el salmón, el róbalo, el bagre, el bacalao, camarones... La lista cada vez se vuelve más interminable. Y es que, ¿realmente sabemos lo que comemos?



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