viernes, 23 de julio de 2010

El almirante Horatio (Horacio) Nelson (1758-1805)




Fue uno de los marinos nacido en Inglaterra más famosos destacando en las Guerras Napoleónicas y obtuvo su mayor victoria en La Batalla de Trafalgar, en la cual Reino Unido formó coalición con Austria, Prusia, Nápoles, y Suecia para derrotar a Napoleón Bonaparte en unión con España, y disolver el imperio francés de Europa. En el transcurso de la Batalla perdió finalmente la vida.
Poseía títulos como: Duque de Bronte en el Reino de Nápoles (1799), título que expide la nobleza y consiste en un privilegio legal de carácter sucesorio de posesión de tierras y vasallos, así mismo fue Vizconde y Barón del Nilo y de Burnham Thorpe (1798), más tarde también de Hilborough (1801) en Inglaterra, así como Caballero de la Orden del Baño (1797), que es un título concedido por la Caballería Británica y fundada por el monarca Jorge I, orden formada por oficiales veteranos y civiles, a modo de ceremonia medieval incluye el baño simbolizando la purificación.
Hacia 1801 se le concede el grado máximo de la marina cual equivale a general en otros cuerpos del ejército condecorándolo a Vicealmirante de la Marina Británica.
Ingresó en la marina británica con sólo 12 años, y hacia 1777 ascendió a teniente de navío siendo destinado en las Indias Occidentales, a las Islas del Caribe (Las Antillas y Bahamas), luchando en el ejército británico durante La Guerra de la Independencia de los Estados Unidos.
A los 20 años gobernó su primera fragata, el Hitchenbroke, como capitán, participando en la expedición a San Juan (1780), contra el patrimonio y el flujo comercial del imperio español en Centroamérica tratando de cortarlo, pero la misión resultó un fracaso. En 1781 participó en la batalla contra la fortaleza española del Castillo de la Inmaculada Concepción a orillas del río San Juan en Nicaragua. Ganando la batalla pero enfermando de cólera, cayendo muy enfermo tardando más de un año para recuperarse. Una vez de vuelta al servicio naval, le asignaron el navío de nombre Albemarle, con la que continuó luchando contra los rebeldes americanos hasta que finalmente acabara la guerra hacia 1783.
En 1784 toma cargo de la nave Boreas equipada con 28 cañones y con ella fue destinado al bloqueo comercial del tráfico de naves americanas entre Inglaterra y las colonias británicas, junto a su amigo de toda la vida, Cuthbert Collingwood. Ambos fueron muy impopulares. Tuvo serios problemas legales por arrestos ilegales siendo demadando por cuatro comerciantes de naves norteamericanas en la isla de Navis (Nieves) -isla perteneciente a las Antillas que en ese entonces era territorio inglés desde 1628-,y en ese tiempo conoce a una viuda del lugar llamada Fanny Nesbit con la que contrae matrimonio hacia 1787, ya al final de su destino en el Caribe.



Hacia 1793 retoma la aventura naval en una serie de batallas y combates al mando del Agamemnon equipado con 64 cañones.
Tomó rumbo destino al Mar Mediterráneo y en 1794 recibe un disparo en Córcega, en el rostro lo cual le cuesta la visión de su ojo derecho, debiendo sumar un sobre-esfuerzo con el izquierdo que acabaría por hacerle perder gradualmente con el paso de los años la visión. Para protegerlo en lo posible se cubría ocasionalmente su ojo sano con un parche.
En 1797 fue responsable de la victoria de la Batalla del cabo de San Vicente en la Península Ibérica. Participaría en el ataque a Cádiz al mando de las tropas de desembarco para apresar a la misma escuadra con la que se batió en San Vicente, pero fue derrotado por las fuerzas españolas.
En ese mismo año el 25 de julio trató en una fallida expedición, ocupar Santa Cruz de Tenerife, en la cual perdió de un cañonazo desde el codo derecho el resto del brazo. Con la cual se sumó como su única derrota directa de intento de ocupación de la mas grande de las Islas Canarias. Parece ser que la excusa para el ataque que expone Nelson a John Jervis -su superior, almirante de la Marina Real Británica y primer Lord del Almirantazgo-, es la suma importancia de su puerto en el tráfico de naves corsarias sobre todo francesas, y punto principal de atraque comercial para Las Indias, con lo que se supone albergaba un rico botín.

De precedente ese 29 de Mayo, las Fragatas inglesas Minerve y Lively al mando del capitán Hallowell, entran de madrugada en la bahía de Santa Cruz, abordan al bergantín francés La Mutine, cortan sus amarras y lo arrastran fuera del puerto. Dada la alarma en las defensas españolas, tienen que soltar su presa ante el violento cañoneo de los fuertes.
Jervis da el permiso para la operación a Nelson. Se le confía a Nelson una Division de 9 buques, con 1.600 hombres como fuerza de desembarco de ellos 600 eran infantes de marina y el resto marineros de los navíos y fragatas. Los buques totalizaban 393 cañones. Los navíos se llamaban: Theseus, con 74 cañones y donde se encontraba Nelson, El Culleden de otros 74 cañones, El Zealous también con 74 cañones, El Leander, equipado con unos 50 cañones, El Sheahorse con 38, El Esmerald con 36, El Terpsichore, que sumaba 32, El Cuter-Fox sin cañones, y El Rayo, que sólo disponía de un sólo cañón.


La víspera del ataque se abrió una tronera en el muro del castillo de San Cristóbal donde se colocó un cañón a baja altura para dificultar el desembarco inglés en la playa que separaba este castillo del de San Pedro. Es posible que, como indica la tradición, se tratara del cañón Tigre, pero es un hecho indemostrable ya que eran numerosos los cañones que en fuego cruzado, intentaban impedir el acceso inglés a la playa y al muelle.
Francisco Tolosa cual estaba al mando del Castillo de San Pedro y era el más inmediato al muelle, parece ser que fue el primero cual divisara a la embarcación inglesa y por medio de un cañonazo a ella la que avisara a las otras cuatro fortalezas. Cuales al unísono dispararon a su vez logrando hundir al buque, ya que un único cañonazo no lo hubiera logrado con tanta rapidez.


El general Gutiérrez (1729-1799), Comandante General de las Islas Canarias que llegara a Tenerife desde Cádiz en 1791, fue el responsable de derrotar a las tropas inglesas en el ataque a las islas. Ese día el General tenía crisis asmática, a pesar de ello encerró a los ingleses en el Convento de Santo Domingo venciéndolos. Desfallecido y azagado capituló, dejando reembarcar a los enemigos con sus armas y con honores de guerra, cuando debieron haberlas rendido y quedado nuestros prisioneros. Bien es verdad que con las inexpertas, indisciplinadas e inermes milicias, poco a casi nada se podía hacer, por lo cual don Antonio redactó un bando donde reconoce las indisciplinas y el poco espíritu militar de las tropas y enmienda los fallos encontrados en las unidades de combatientes que intervienen en la defensa de la plaza de Santa Cruz de Tenerife aquel día 25 de julio de 1797. Su Majestad el Rey lo asciende, confiriéndole además la Encomienda de Esparragal en la orden de Alcántara. Su salud empeora y poco antes de las cuatro de la madrugada del día 22 de abril de 1799 fue llamado el médico de cabecera que le diagnosticó perlesía (parálisis en el brazo y en la pierna). Murió el 14 de mayo de ese mismo año y fue sepultado en la capilla del Apóstol Santiago de la parroquia de La Concepción de Santa Cruz de Santiago de Tenerife. (La Laguna).
El general Gutiérrez hizo una mención especial del cabo del Regimiento de Güímar Diego Correa, a quien proponía para el ascenso al grado de subteniente. Era un buen salto. ¿Cuáles fueron sus méritos? Pues Correa estaba de servicio en la batería de La Concepción. Desde su puesto vio que la madrugada del 25 de julio zozobraban unos botes ingleses cuando intentaban acercarse a la costa. Correa arengó a un puñado de soldados y se lanzó sobre los ingleses que intentaban alcanzar la playa. Combatió contra ellos y capturó 17 a los que llevó prisioneros al castillo de San Cristóbal ante la sorpresa general. Además se apoderó de sus armas, entre otras un cañoncito de campaña. Correa, nacido en La Laguna en 1772, fue un aventurero. Se casó a los 19 años con Pilar Bottino, hija de un comerciante genovés afincado en La Laguna. En 1803 le llegó el ascenso a subteniente. Después de ejercer de guarda mayor de montes durante un año, embarcó con el grado de capitán a Cádiz en 1808. En 1810 aparece en Estados Unidos, más tarde en La Habana, en Gibraltar, en Madrid... En 1836 fue nombrado Intendente en Filipinas, donde murió en 1843.
En el museo militar de Almeida (Sta. Cruz de Tenerife), se encuentra expuesto el cañón El Tigre de la desdichada aventura de Nelson que lo dejara manco y responsable de hundir su buque, un cúter Fox, en las que se hallaban oficiales y soldados escogidos. Es de bronce fundido fabricado en Sevilla hacia 1768 con unas dos toneladas de peso. Se encuentra en óptimas condiciones de conservación y capaz actual de hacer fuego. Su nombre Tigre parece ser que se debe, a que su ubicación estuvo en las cercanías de una calle que se llamaba en principio Nuestro Señor del Huerto, y luego pasaría a llamarse El Tigre.

Después de este ataque se preocuparon mucho mejor de la seguridad de Tenerife, pero no obstante se despreocuparon bastante de la isla de Gran Canaria, como ha quedado reflejado según un informe del cónsul francés Pierre-François Clerget en julio de 1797.
En el doscientos aniversario de la batalla contra Nelson, dos arqueólogos, Gabriel Escribano Cobo y Mederos Martín, bajaron a los fondos del muelle a la búsqueda del barco hundido cúter Fox frente a la zona del Castillo de Paso Alto, por las milicias tinerfeñas cuando el almirante se disponía a tratar de desembarcar como se recoge en el libro de Canarias y el Atlántico del historiador Antonio Rumeu De Armas, pero todas estas investigaciones hasta el momento han sido infructuosas.
Nelson al año siguiente (1798), se desquitaría venciendo a los franceses en La Batalla del Nilo, en la que se enfrentaron la flota inglesa contra la francesa, impidiendo que Napoleón conquistara la India una vez conquistara Egipto. Finalmente Napoleón tuvo que regresar oculto a Francia.


Rescató a la familia real napolitana de la invasión francesa y por ese entonces se enamoró de Emma Hamilton, esposa de un embajador británico en Nápoles convirtiéndose en su amante hasta que marcharon a Inglaterra donde vivieron juntos teniendo una hija que llamaron Horatia.



En 1799 participó en la reconquista de Nápoles. Su relación pública con Lady Hamilton ocasionaba muchos escándalos en la sociedad intolerante de entonces, con lo que fue llamado a Inglaterra y gracias a su extenso curriculum de hazañas fue perdonado pero devolviéndolo a las misiones al mar en las continuadas Guerras Napoleónicas, para que se mantuviera alejado de ella.
En 1801 se convirtió en jefe en el Mar Báltico recibiendo el título de Vizconde Nelson del Nilo por la corona británica. Rompió la neutralidad con Dinamarca, Suecia y Rusia por no detener a su comandante de hacer fuego contra la flota danesa, alegando que no vio las banderas de alto el fuego, se sabe, que había llevado intencionadamente el telescopio a su ojo ciego.
Mientras tanto Napoleón reunía fuerzas para invadir Inglaterra, Nelson fue colocado al mando de la defensa del Canal de la Mancha en prevención de la invasión. Tuvo enormes pérdidas al ser repelido su ataque contra el puerto francés de Boulogne.
En octubre se firmó un armisticio El Tratado de Amiens y Nelson, por problemas de salud, regresó a Inglaterra alojándose con el matrimonio Sir William y Lady Hamilton, inmerso en el triángulo amoroso. Decir en que ella tenía 31 años y su marido 68 cuando se casaron, siendo más un matrimonio por conveniencia. En realidad, se sospecha que Lady Hamilton era un agente del gobierno británico.


La paz no duró mucho y Nelson volvió como Comandante Jefe al Mediterráneo. Le fue asignado el buque HMS Victory, y se unió al bloqueo contra Francia. No volvió a poner pie en tierra firme por más de dos años, hasta que fue forzado por problemas de salud.
En 1805 fue llamado a luchar contra la flota francesa y española, y el 21 de octubre Nelson lucharía en la que fuera su última contienda; La Batalla de Trafalgar, puesto que Napoleón al fin había reunido las fuerzas necesarias para invadir Inglaterra.


Nelson disponía de 27 naves, y la coalición de unas 33. Poco antes de iniciarse la batalla, envió en uno de sus últimos mensajes codificado a la flota: 'England expects that every man will do his duty', traducido como, Inglaterra espera que todo hombre cumpla con su deber. Frase histórica que quedaría inmortalizada en referencia usada en multitud de ocasiones.
Tras inutilizar al buque francés Bucentaure, el Victory se enfrentó al Redoutable. El Redoutable atacó al Victory y Nelson resultó mortalmente herido. Una bala de mosquete, disparada por un tirador desde las cofas del Redoutable, alcanzó al Almirante, ingresando por su brazo izquierdo, atravesando un pulmón, y alojándose finalmente en una vértebra. Nelson cayó en la cubierta sobre la que previamente se había esparcido arena para que estuviera menos resbaladiza. «Por fin han acabado conmigo», dijo el almirante al capitán del Victory, Hardy, cuando lo llevaron a la cabina. «Me han atravesado la columna vertebral.»





Para evitar que la tripulación se desmoralizara, se cubrió con un pañuelo la cara de Nelson cuando fue llevado bajo cubierta. Una vez allí, lo acostaron y el cirujano rápidamente dictaminó que el almirante tenía razón y que no se podía hacer nada por su vida. La batalla continuó durante tres horas más. El moribundo Nelson fue informado de que 14 barcos enemigos habían arriado bandera y a cambio no se había perdido un solo navío británico. Murió sabiendo que había logrado su mayor victoria. Sus últimas palabras fueron: "Gracias a Dios, he cumplido con mi deber."
El Victory fue entonces remolcado a Gibraltar, con el cuerpo de Nelson a bordo, conservado en un barril de coñac. Su cuerpo fue enviado a Londres y finalmente enterrado en La Catedral de San Pablo.
Pocos días después de la batalla de Trafalgar, Napoleón Bonaparte, quien no sabía nada del resultado final de dicha batalla, llegó a la costa francesa sobre el Canal de la Mancha acompañado de unos allegados más cercanos y mirando hacia el norte, entusiasmado dijo: "Seguro que ya hemos ganado, entonces, ¿Cuándo nos vamos a tomar Inglaterra?".
Uno de los oficiales, le respondió en tono preocupado: "Me temo decir que no es posible, mi General". Napoleón, más desconcertado ante la negativa, volvió a preguntar: "¿Cómo qué no es posible, si tenemos mejor Armada que ellos?". El oficial le explicó así escuetamente: "Es que nosotros tenemos a Dios, y ellos tienen a Nelson". Así Napoleón supo la derrota oficial de su Armada y tuvo que cambiar de planes.
Tras su muerte Nelson alcanzó una celebridad que sólo el Duque de Marlborough y el Duque de Wellington han logrado tener en la historia británica. La monumental Columna de Nelson y la Plaza de Trafalgar, donde está situada, son lugares destacados en Londres hasta el día de hoy. Sin embargo, el monumento a Nelson en Dublín (Irlanda), fue destruido por una bomba que hizo explosión a las 2:00 de la mañana del 8 de Marzo de 1966, por un grupo de hombres pertenecientes al IRA, episodio en el cual no salió herida persona alguna, dado que la idea era precisamente acabar con la estatua.
Su adorada Emma quedó en la más absoluta de las miserias. Su lugar en el testamento fue impugnado, y es que la sociedad en ese entonces era más intolerante en cuanto a las infidelidades. Llegó a estar encarcelada por no pagar algunas deudas y murió en extrema indigencia...


España durante su época se sucedieron los reyes Carlos III (1759-1788), y luego lo ocuparía Carlos IV (1788-1792), llegando con este último, un gobierno débil y afrancesado...

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