jueves, 21 de octubre de 2010

Carlos III de Borbón, apodado El Político ( reinado desde 1759-1788)




Nació en 1716 siendo el tercer hijo de Felipe V, y el primero que tuvo con su segunda mujer Isabel de Farnesio. Ostentó el título de Duque de Parma (1731-1735), rey de Nápoles y Sicilia (1734-1759), y finalmente de España hasta su muerte (1759-1788).
Al morir sin descendencia su medio hermano Fernando VI, en 1759, Carlos tomó la Corona de España y entregó la corona del reino de Nápoles y Sicilia, a su tercer hijo Fernando.
Contrajo matrimonio en 1737 con María Amalia de Sajonia (1724-1760), hija de Federico de Augusto II (Duque de Sajonia y Lituania y rey de Polonia). Fue solamente reina de España durante dos años ya que muere de tuberculosis. El rey nunca más volvió a querer desposarse.
De su relación tuvieron trece hijos, pero sólo siete de ellos llegaron a la edad adulta.

· María Josefa Carmela (1744-1801): Infanta de España.
· María Luisa, infanta de España (1745-1792): Casada con Leopoldo II de Austria, Sacro Emperador Romano Germánico.
· Felipe Antonio; Infante de España y duque de Calabria (1747-1777): Excluido de la sucesión al trono de España y al de Nápoles debido a su condición de deficiente mental.
· Carlos IV, rey de España (1748-1819): Casado con María Luisa de Borbón-Parma, Princesa de Parma.
· Fernando I, rey de las Dos Sicilias (1751-1825): Casado con María Carolina de Habsburgo, archiduquesa de Austria.
· Gabriel, infante de España (1752-1788): Casado con Mariana Victoria de Braganza, infanta de Portugal. Murió joven -antes que su padre-, debido a la viruela como su madre. Lo que fue devastador para Carlos III cual falleció poco después.
· Antonio Pascual: Infante de España (1755-1817). Casado con María Amalia de Borbón: Infanta de España.
· Francisco Javier: Infante de España (1757-1771). Murió en la adolescencia.

 
Al ascender al reino de España trató de recuperar la influencia española en Italia, continuando las guerras contra Austria. En 1761 firma el Tercer Pacto de Familia con Francia contra el enemigo común, Inglaterra. España también participó en ese año en la llamada Guerra de los 7 años (1756-63), motivadas por haber ocupado Gran Bretaña el país de Honduras, además de para tratar de frenar el creciente expansionismo británico por toda América.
España acaba cediendo a Inglaterra los territorios del Golfo de México y Florida, a cambio de La Habana y Manila. La Luisiana francesa pasa a manos de España y con ello en 1781 el gobernador de Luisiana, Gálvez, recupera las dos Floridas para España, en un audaz golpe de mano contra los británicos. Al siguiente año se recuperará la isla de Menorca. Así mismo se liberaliza el comercia con América.
En su época se idearon los actuales colores en horizontal (roja, amarilla, y roja), de la Bandera nacional de España, después de convocarse en 1785 un concurso de diseño de la misma. Fue usada en principio por el cuerpo de la Marina siendo izada en los buques de guerra, y más adelante en fortificaciones, propulsándose y formando parte del emblema del ejército. Se desarrolló las Fuerzas Armadas con un himno como identidad nacional y fraguado durante el reinado de su antecesor Fernando VI, y con el nombre de Marcha Real o Granadera, derivando hasta el actual. El himno no se empleó durante el llamado Trienio Liberal (1820-23), La 1ª República (1873-74), y durante la 2ª República (1931-9), en cuyos periodos se cambió por el Himno de Riego.
De relevancia cultural fue su autorización para permitir las excavaciones arqueológicas de las poblaciones sepultadas por el volcán del Vesubio de la Bahía de Nápoles, con el resultado de quedar al descubierto tres templos griegos en muy buen estado de conservación. También se logró limpiar las aguas del norte de África de la plaga de corsarios y piratas berberiscos, liberando el Mediterráneo.


Aliada con Francia, España intervino en La Guerra de la Independencia de Estados Unidos (1775-83) contra Gran Bretaña, apoyando la emancipación de las 13 colonias británicas. Con su contribución creó un precedente para la independencia de las colonias españolas en el siglo XIX.
Como nota curiosa, parece ser que el origen de la palabra del whisky americano llamado “Bourbon” (destilado de puré de maíz y originario del condado del estado de Kentucky), se debe a un reconocimiento hacia los Borbones por su ayuda con la Independencia. La palabra ‘Borbón’ es una castellanización del vocablo francés ‘Bourbon’.
El Tratado de Versalles (1783), puso fin a la guerra. España recuperó los territorios del Golfo de México, aunque no pudo hacer lo mismo con Gibraltar.
En política interior destacan las reformas que el monarca designó a su secretario de Hacienda, El Marqués de Esquilache, con medidas innovadoras como recortar los poderes de la Iglesia e Inquisición. Así mismo moderniza la agricultura y liberaliza el comercio de cereales, aunque origina una subida escalonada de productos de 1ª necesidad debido a los especuladores e intermediarios, que encima se conjugó con las malas cosechas de los últimos años. Además aumentó la presión fiscal para el continuo ritmo de gastos causados por las guerras. Histórica fue también la creación de la Lotería Nacional (1763), y que resultó ser un ingenioso medio para recaudar dinero para las arcas del Estado. Esta lotería ha perdurado en el tiempo hasta nuestros días denominándose La Primitiva, cual la sucedería después la actual Lotería, tal como la conocemos (1814).
En 1766 se produjo el Motín de Esquilache; Un levantamiento popular por la prohibición del uso de la capa larga y sombrero ancho sustituido por una capa corta y sombrero de tres picos. El movimiento manifestaba su descontento por la crisis económica y el afrancesamiento. Finalmente el monarca tuvo que claudicar y derogar la orden de la vestimenta así como desterrar al Marqués de Esquilache, y los ministros extranjeros, sustituyendo a éste por el Conde de Aranda (1766-73).
Buscando los autores entre bastidores que habrían gestado la sublevación se culparon a los jesuitas, expulsándolos del territorio de España aunque no de los de ultramar. Se aprovecharon sus riquezas para destinarlas a crear más hospitales, medios para la investigación, y centros de enseñanza. Se impulsa más las obras públicas como el alcantarillado, transportes y comunicaciones.
Otro dato de importancia fue que a pesar de España perder la hegemonía del liderazgo imperial, no lo es así su poder financiero. La moneda española llamada Carolus, Real de 8, o también Dólar Español, dominó las finanzas internacionales y se interpuso con la reforma monetaria emprendida por Carlos III en 1772 como moneda de cambio mundial, en las transacciones mercantiles no sólo América-Europa, sino con Asia, triunfando sobre todo en la floreciente China.
El llamado Dólar Español, fue una moneda de plata con valor de 8 reales que se acuñó a finales del siglo XV hacia el año 1497, con la llegada del auge de la Conquista de América. Pervivió como moneda internacional de pago acuñándose mayoritariamente en México, hasta mitad del siglo XIX, hacia el año 1857, cuando Estados Unidos vetó su uso.
En Canarias el reinado de Carlos III supuso sin embargo una de las épocas más esplendorosas del archipiélago debido a la liberación del comercio con las Indias, con un importante tráfico comercial y el empuje de la economía autóctona predominante de la pesca, e introduciéndose cultivos del tabaco y algodón. También reaparece el comercio de la orchilla y barrilla; líquenes y plantas apreciados destinados a la industria textil. Cuajó con intensidad también el auge del movimiento cultural de la Ilustración. Figura destacable del arte fue el escultor canario José Miguel Luján Pérez (1756-1815), al igual que el tinerfeño Fernando Estévez de Salas (1788-1854), destacando por los legados de gran cantidad de esculturas religiosas de vírgenes y Cristos.
El rey fue más bien físicamente feúcho, bajo y delgado con una nariz prominente. Fue un apasionado de la cacería y era una persona serena y segura, con cierto humor irónico. Se dice que fue muy campechano y no tan preocupado por la elegancia al vestir. Con la edad va perdiendo progresivamente facultades, y hacia 1786 sufrió un desmayo que hizo que delegara gradualmente sus tareas de gobernar sobre el Conde de Floridablanca. Hacia 1788, la muerte de su hijo Gabriel minaron aún más su ya delicada salud, quien ese mismo año tras una breve enfermedad fallece. Su sucesor sería Carlos IV cual tuvo que hacer frente a la invasión francesa de la Revolución (1789-1799).





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