lunes, 29 de diciembre de 2008

La búsqueda del Santo Grial



El término Grial (Voz francesa que viene a significar plato tipo fuente), fue parece empleado por primera vez por Chretier de Troyes hacia el siglo XII en la narración Perceval o Le Conte du Graal, y según el autor la obra fue tomada de un libro antiguo. La obra quedó inacabada y en ella cuenta como a Perceval,- aspirante a convertirse en caballero de la Mesa Redonda junto al Rey Arturo-, su tutor en usos y costumbres de la Caballería, lo instruye en que: «Un caballero no debe hablar nunca cuando no corresponda, ni hacer preguntas sobre asuntos que no le competan».
En el transcurso de la aventura llega al Castillo del Rey Pelles (Pescador), un lugar fantástico situado en Corbenic, y observa una extraña procesión en la que se lleva un candelabro, una misteriosa lanza goteando sangre, y un objeto llamado Grial. En otra habitación al fondo ve a un anciano moribundo (el rey), recostado que logra revivir con los alimentos que recibe del Grial. Siguiendo la consigna de no preguntar asuntos que no le atañen, y nadie haberle explicado nada, se duerme. Al despertar se encuentra sobre una piedra habiendo desaparecido el castillo junto a todos los personajes...





Sir Thomas Malory (1416-1471) expone en su obra llamada La muerte del Rey Arturo, que tras encargar el rey Arturo a sus caballeros de la mesa redonda hallar el Santo Grial, sólo logran conseguirlo además de Perceval, dos caballeros llamados Bors de Gaunes y Galahad. El cáliz sagrado portaba la leyenda que rezaba: ‘Únicamente los Caballeros puros pueden alcanzar el Grial’. Se cuenta que Sir Galahad -que fue hijo bastardo de Sir Lanzarote y Elaine de Carbonek-, al mirar el Grial, halla lo indescriptible, y pide morir. Bors es el único que regresa vivo para contar la hazaña al rey.
Pero serían Robert de Boron y Wolfran Von Eschenbach, quienes desarrollarían el mito en sus obras poéticas hacia el año 1.200, mitificando a la figura de Joseph d'Arimathie (José de Arimatea).
José de Arimatea, importante comerciante de la época y discípulo en secreto de Jesús de Nazaret, solicitó a Ponce Pilatos que le fuera entregara el cuerpo de Jesús cual lo enterró en una tumba de su propiedad cerca del Gólgota, en Jerusalén. Según las escrituras fue el que se encargó de descolgarlo de la cruz, envolverlo en una sábana, depositarlo en el sepulcro y cerrar el lugar con una gran roca. 
En los evangelios apócrifos añaden además que con el Cáliz de la Última Cena recogió la sangre de Jesús. La leyenda alude que se quedó en su poder con las tres sagradas reliquias: La lanza, La Sábana Santa, y El Santo Grial.
Estas leyendas aseveran que una vez resucitó Cristo, se le presentó ordenándole custodiar el Grial. Narra cómo tuvo que exiliarse de Jerusalén perseguido por profesar el cristianismo, junto a otros apósteles entre ellos María de Magdalena y Salomé, navegando a lo largo del Mediterráneo. 


Un historiador medieval del siglo XII, Guillermo de Malmesbury narró en una de sus obras literarias que estos arriaron en costas británicas hacia el año 63 llevara su Cáliz con su sangre a la Isla de Britania. Cumpliendo este cometido lo lleva a Gran Bretaña en donde se estableció con guardianes para proteger y custodiar el Cáliz Sagrado. En la tarea de evangelización fundaron su primera iglesia en la cima del pueblo de Glastonbury (Somerset).


Junto a los terrenos de la abadía, y frente a la iglesia de San Juan, en la llamada colina de Wearyall, fue plantado un espino que aún florece en Pascua (marzo-abril) y en Navidad (diciembre). En el lugar se afirma que fue enterrado el legendario Rey Arturo. También se localiza allí el peculiar Pozo del Cáliz al pié de un Otero (árbol de la Vida), con su particular historia referente a la historia de la Iglesia de San Miguel, en las cuales sus aguas procedentes de una cámara subterránea, están teñidas de rojo (por la gran acumulación de óxido de hierro). Se la denomina también Fuente de Sangre, y cuenta la tradición popular que allí se halla oculto el Santo Grial llevado por José.


Vinculados al Santo Grial aparecen Los Cátaros (albigenses), a mediados del siglo XI, basaba sus creencias en el dogma de los gnósticos, que el mundo fue engendrado por el diablo, y el papa representaba al anti-Cristo, en un mundo existencial de eterna lucha entre el bien y el mal. Con una idea generalizada de que La iglesia se basa en el materialismo. Fueron reprimidos y perseguidos violentamente por la Inquisición hasta casi quedar extinguidos hacia el siglo XVI. Según leyendas rusas antiguas, fueron portadores del misterioso Grial a las tierras eslavas. Asegurándose que realmente Los Cátaros fueron los guardianes de la reliquia originaria. Se especula con la posibilidad de que pudieran haberla sacado de Jerusalén durante las Cruzadas, y ocultarla en el interior de alguna cueva o gruta secreta, junto con otros objetos de sus reliquias más veneradas.


Por esta teoría se interesó un famoso historiador alemán llamado Otto Rahn (1904-1939), publicando la obra: Cruzada contra el Crial. Tragedia del Catarismo. En aquella época también se hallaban interesados importantes cargos del naciente y tortuoso régimen nazi por el mundo esotérico, entre ellas además del propio Führer, su lugarteniente y comandante en jefe de la S.S., el genocida Heinrich Himnler, encargado del Tercer Reich de la SS.


El escritor alemán y que muy posiblemente fuese fuente inspiradora para la película de Indiana Jones, se había obsesionado con hallar el Santo Grial. Había estudiado el Catarismo a fondo convencido de que estuvo bajo su poder, y concretamente que se hallaba en algún lugar recóndito del Sur de Francia. Para ello se basó en su estudio en el ambiguo poema de trovadores del siglo XIII, Parsifal (Perceval), uno de los caballeros de la mesa redonda del Rey Arturo, que se mencionó con anterioridad.


Al igual que Heinrich Schliemann encontró las ruinas de Troya tomando como referencia los versos del poema de la Ilíada de Homero. Otto quiso emular a su compatriota y exploró durante años el Ariége francés situado en la frontera con España, pero sin éxito. 
Sus aventuras llegaron a oído de Himmler que ambicionaba las reliquias sagradas y en las que tenía profunda fe, encargando sendas misiones internacionales a su búsqueda. De hecho dispuso para los hallazgos sagrados el magnífico Castillo de Wewelsburg, con un pedestal vacío para el Santo Grial. Una vez se entrevistó con el escritor lo convidó a que ingresara en la S.S. destinando una gran cantidad de recursos para financiar la misión.
Pero se sumaron los fracasos. Además descubrieron que Otto Rahn era homosexual y de origen judío. El escritor a su vez, supo de la aversión del régimen nazi a su condición, y los planes de eliminación con centros y campos de concentración para la llamada limpieza étnica. Gradualmente menguó el envío de informes y finalmente fue hallado muerto en extrañas circunstancias.
 

Ernst Schäfer

Heinrich Himmler también promovió la búsqueda de otras reliquias sagradas como La Sábana Santa, La Lanza Sagrada, llamada Lanza del Destino, etc. Adherido a la llamada Sociedad Ahnenerbe (Oficina para el estudio de la Herencia Ancestral), fundada en 1935, encargó una expedición al Tíbet comandada por un zoólogo alemán llamado Ernst Schäfer, entre los años 1938-39, para validar las ideas nazis de la superioridad aria y pruebas sobre su origen, que se compaginó con estudios naturales tanto de flora-fauna, como sobre geografía, y etnología sobre los habitantes tibetanos. 

Himmler estaba convencido de que hubo una super raza primigenia nórdica-atlante, y que dejó vestigios perdidos en el Himalaya. Para ello se alude a textos de Platón y Herodoto sobre la tierra mítica de la Atlántida. Convencido de que vivieron en zonas del Polo Norte como en Groenlandia o Islandia, antes de su extinción como Imperio. También se añadió otras teorías descabelladas como que nuestro planeta es ‘hueco’ conteniendo cuatro esferas concéntricas, surgida la idea a finales del siglo XVII por un astrónomo británico Edmund Halley. Ésta teoría convenció a mucha gente de la sociedad venidera, entre ellos cabe destacar al novelista francés Julio Verne y su obra Viaje al Centro de la Tierra publicada en 1864.
En una mezcla rocambolescas de ambas teorías surgió la idea de que aún la raza aria atlante perdida podría perdurar viviendo bajo tierra con conocimientos científicos muy adelantados, y que planeaba llegado el momento ideal, la conquista del planeta usando una especie de ‘energía psicoquinesia’ producidas por sus mentes avanzadas. Por lo tanto también la expedición tuvo la misión de localizar la ciudad perdida de Shambhala, sobre la que las leyendas locales describían que se hallaba en una cordillera inaccesible, y que era un lugar remanso de sabiduría universal donde vivían seres perfectos con poderes sobrenaturales, y puros de corazón. Un paraíso donde se vivía eternamente en plena felicidad sin conocer la vejez y el padecimiento. Como el lugar en sí se identifica como en un plano no físico, los nazis aventuraron que se hallaba bajo tierra y lo identificaban con la leyenda de la tierra hueca. Por supuesto de este absurdo no hallaron nada. 
El equipo regresó a Alemania por el inicio de La 2ª Guerra Mundial trayendo bastante material de textos sagrados budistas para su estudio. Ernst fue condenado después de terminar la guerra y demostrarse haber participado con el doctor August Hirt en experimentos clínicos con prisioneros que previamente seleccionaba para el exterminio en los campos de concentración. El objeto era para su posterior estudio realizando los más variados y aberrantes experimentos. 
En la búsqueda de pruebas en la convicción a pies juntillas de la leyenda de la Atlántida, también Himmler emplazó investigadores nazis a islas como las Azores y Canarias recopilando toda serie de datos sobre los antiguos aborígenes isleños. 
Prosiguiendo con el cóctel sobre el Santo Grial hay que añadir además las referencias al Piorato de Sion, sociedad fundada hacia el 1090 por el maestre Godofredo de Boullian en Jerusalén, y relacionada con la orden de Los Caballeros Templarios. Se especula que su objetivo aparte de mantener los frentes militares y financieros, se encargaba de proteger a la Dinastía Merovingia, que gobernó el Reino Franco del 447 al 755 d. C., en los tronos de Europa y Jerusalén. Según su doctrina, eran los descendientes directos de Jesús y su esposa María Magdalena. La Orden tenía como misión a través de los tiempos, proteger además del linaje directo, ocultar el sarcófago original con los restos de María Magdalena. Para ellos el Santo Grial hace referencia no a un Cáliz de la última cena de Cristo, sino a Magdalena conteniendo el fruto del hijo de Jesús donde cuenta la leyenda diera a luz una niña que llamaría Sara. 
Estas teorías han sido popularizadas por el consagrado novelista Dan Brown en su obra El Código Da Vinci (2003). Pero relevante es el hecho que su obra parece haberse inspirado del libro menos conocido Holy Blood and the Holy Grail (El enigma Sagrado), escrito por los autores Michel Baigent, Richard Leigh y Henri Lincoln hacia 1982. En donde se especula que Jesús se casó con María Magdalena y ésta tras su muerte huyó embarazada estableciendo la dinastía Merovingia en Francia y consecutivamente traer la leyenda del Grial. Por cierto también queda el juego de palabras de la voz francesa San Greal con algoritmo léxico de Sang Real (Sangre Real). 


Hay muchos indicios que señalan que los primeros cristianos adoraban a María Magdalena como mujer de Jesús. Incluso existe un evangelio sobre ella de cual sólo se ha hallado algunos fragmentos descubierto hacia el año 1896, y cual se especula se escribió entre los años entre los años 30 y 180 d. C, además de mencionarse en diversos textos apócrifos como otra discípula más, e incluso que van más lejos insinuándose tener un trato preferente del Mesías. María Magdalena se la relaciona así mismo con Venus, la diosa de la fertilidad y portadora de la Luz, relacionada con la Luna. En el año 212, el emperador de Roma, Constantino hizo oficial el cristianismo. Un panteón con el que Constantino I en su sincretismo pagano al institucionalizar la secta cristiana de los paulino, representó a Jesucristo como dios Solar, y a Magdalena como la diosa Artemisa, homóloga al Huevo Cósmico; el germen de la creación, fertilidad, y ciclo de la vida. Es conocida también como María Lucifera, o Isis Lucifer; capaz de abrir en comunión mente y alma. La palabra Lucifer es una palabra del latín romano que significa portador de Luz. Los cátaros parece que se mostraron muy devotos de la Virgen Magdalena, y en el sur de Francia existió un sacerdocio en su honor.




















También corre la leyenda que el linaje de los Perellós, fueron descendientes tanto de María Magdalena como de Juan Bautista. Ramón de Perellós fue Gran Maestre de la Orden del Temple-su escudo de armas que porta tres peras hace así mismo alusión a otros mitos-, y existe una nota notarial de la Corona de Aragón fechada en 1632, sobre la existencia en sus terrenos de una Tumba Real Sagrada, de la cual se especula que allí yace, o estuvo enterrada María Magdalena.


Pero realmente a pesar del culto a Magdalena, e indicios, todo son hipótesis porque no se recoge en los diferentes escritos sagrados de manera explícita que fuera la esposa de Jesús. Los defensores de las hipótesis manifiestan que cayó en el olvido y hubo complot de la Iglesia Cristiana Romana, porque no hay que olvidar el carácter patriarcal de la sociedad de entonces con el desprecio hacia puesto de relevancia jerárquica de la mujer.
Actualmente ha sido santificada por su distinción como discípula de Jesús tanto por la Iglesia Ortodoxa, la anglicana, y recientemente sumándose la católica Romana, celebrándose su festividad hacia el 22 de julio.
Hay otras referencias que Dan Brown añade en su obra del Código Da Vinci, que vincula La Capilla de Rosslyn, en Escocia, al mundo de la Orden de los Caballeros Templarios -a posteriori integrado en la Masonería y constructores de este Templo-, responsables de esconder en una cripta secreta, inaccesible desde la Edad Media, donde se oculta el Santo Grial. Siendo este lugar en donde José de Arimatea llevaría en el Santo Cáliz las preciosas gotas de sangre de Jesús recogidas en su goteo desde la Cruz. Aunque también las leyendas lo relacionan con albergar también El arca de la Alianza.



La capilla de Roslyn Chapel se halla en el pueblo que lleva su nombre y fue construida en el siglo XV, hacia 1440-1480, por un conde de origen normando llamado William de Saint Clair (Primer Conde de Caithness), del que se dice fue el primer masón de Escocia. La capilla tardó unos 40 años en acabarse y aporta gran cantidad de detalles y esculturas de referencias bíblicas. Es todo un paraíso de la simbología, ya que abunda además de la cristiana, celtas, druidas, masónicas, etc. En definitiva un edificio panteísta que alberga resquicios de todas las religiones. A esta iglesia se la relaciona con la orden del Priorato de Sion, del que los templarios venían a ser su brazo militar, y entre sus objetivos además de proteger el supuesto linaje de Jesucristo, se hallaba el de localizar el Templo de Salomón con sus innumerables riquezas, y se especula que esta capilla viene a ser una réplica de aquel sagrado templo. Los templarios llegaron a Escocia huyendo de la persecución que fueron víctimas en el siglo XIV, por el rey Felipe IV de Francia, ante la supuesta amenaza de que estos instigaban para derrocar al poder eclesiástico católico. También mencionar como los nazis se interesaron también por esta leyenda encomendándose en la labor el secretario de Hitler y comandante Rudolf Hess que había emprendido la búsqueda del Santo Grial por medio mundo junto a sus compatriotas de lo esotérico: Heinrich Himmler, Richard Walther Darré, y Alfred Rosenberg. Cuales viajaron en su busca a esta capilla tratando de hallar la cripta oculta.